Alicia Esquiera habla con una singular combinación de firmeza y suavidad. No extraña saber que esta mujer, cuando tenía poco más de 30 años y carecía de una base económica que le permita concretar sueños,se puso manos a la obra y logró contra viento y marea fundar el hoy sumamente conocido servicio de acompañamiento SECOM.
Como católica muy creyente, acaba de realizar una peregrinación a Israel, Tierra Santa, por segunda vez en su vida. Esta vez, acompañada por su esposo Nelson, visitó el país con la particularidad de haber invitado a entrañables amigos a los que apoya en sus respectivas obras: el cura Juan Andrés “el gordo” Verde y el periodista Juan Carlos López, “Lopecito”, que presenta hace décadas su programa Americando, que vino con su esposa.
Tuvimos el gran gusto de conversar con Alicia. Este es un resumen de la entrevista.
P: Alicia, un gustazo y un honor conocerte y tener esta oportunidad de conversar contigo. ¿Cómo se resume una visita así a Israel?
R: La verdad es que yo en 2017 vine por primera vez a Jerusalén y ahora vengo con mis amigos. Sinceramente me impactó el desarrollo que ha tenido, no solo turístico. Estoy sumamente impactada. En lo que se trata de arquitectura, increíble, me han dejado de boca abierta. La verdad que vengo por segunda vez, soy una mujer de fe, y lo que me llevé de acá la primera vez lo estoy triplicando en esta oportunidad, porque la vivencia, lo que tiene Jerusalén en vivencia con la religión, con Jesús, con María, con todos esos personajes a los que nosotros oramos, amamos, pedimos, agradecemos, estar pisando la tierra, es algo que a mí me ha emocionado muchísimo.
P: Jerusalem es sagrada para las tres religiones, y capital de Israel, el Estado judío. Como católica, ¿te sentiste, cómoda, segura, respetada?
R: Yo acá me siento primeramente como en casa, totalmente segura, respetada, muchísimo, y eso lo admiro mucho. Yo soy muy respetuosa, pero a veces a uno le cuesta en su país poder decirle al otro cómo respetar. Creo que si la gente pasara dos o tres días por Jerusalén aprendería realmente lo que es el respeto, como ser humano, dentro de las religiones… Acá se unen distintas religiones y hay respeto, eso es sumamente importante.
P: Has estado en otros lugares de Israel ¿verdad?
R: Si, estuve en Tel Aviv, ciudad que amo, en el Mar Muerto, que me pareció maravilloso, aunque lo vi decayendo bastante.
P: Se reduce el agua. ¿Te sacaste una foto flotando?
R: La vez anterior lo hice, sentada en una silla flotando.
Una misión de vida
P: Al hablar de Jerusalem destacas tu fe como persona creyente, católica. Y yo diría que precisabas tu fe en ti misma también, y la de otros en ti, para hacer el gran emprendimiento que hiciste, Secom. Y es muy especial que haya surgido de una necesidad tuya cuando de jovencita estabas internada.
R: Así es. Fue por una necesidad mía. Era muy enferma de joven y es horrible cuando sos joven, estás y sola y necesitás que alguien te acompañe.
P: Es que te habías ido sola de Tacuarembó a Montevideo ¿no?
R: Yo nací en Tacuarembó, pasé por Las Piedras y después estudié y mi vida se desarrolló en Montevideo. Mi familia en el interior. Ahora conocemos bien el fenómeno de gente que está sola, porque la familia no puede dejar el trabajo para acompañarla, entonces se enojan, no quieren tomar los medicamentos, no se quieren levantar, no quieren comer… Y sin embargo llega el acompañante, que es alguien que ellos no conocen, y ese gran amor que puede darse entre ellos forma parte de la recuperación.
P: ¿Cuál es el alcance hoy de Secom?
R: Tenemos unos 150.000 afiliados y más de 2.000 empleados. Son unas 12 sucursales en Uruguay, en distintos departamentos, con personal local. La última la abrí el mes pasado en Tacuarembó, que fue donde nací.
P: Debe ser impresionante dar ahora estos números, cuando de hecho las perspectivas cuando empezaste eran complicadas.
R: Si, según el estudio de prefactibilidad hasta los tres años iba a pérdida. Yo miré y dije: no, esto está mal. Y realmente el segundo año crecí un 300%, porque era una necesidad.
P: Me pregunto qué aprendiste del pueblo uruguayo a través de este emprendimiento. Porque se tocan eslabones de la sociedad en un momento débil, difícil. Creo que se aprende tanto de la gente que sabe ser solidaria, cómo se trata, esa relación familia-acompañante…
R: Sobre las acompañantes, primero que yo tengo la escuela de capacitación, que está avalada por el Ministerio, está con todos sus papeles en orden. Las acompañantes por los menos los primeros seis meses pueden ir a acompañar, por ejemplo, después de una apendicitis, pero no casos graves. Después de los seis meses reciben un diploma como acompañantes y están preparadas. La escuela funciona con un médico que les enseña terminología médica, una nurse que les enseña el confort del paciente y un psicólogo, porque la acompañante cuando viene el médico está sola con el paciente. (El médico) le transmite al acompañante, el enfermo si está bien le pregunta qué dijo el doctor, y después tiene que transmitirlo a la familia, entonces tiene que estar muy preparada, muy fuerte. Te puedo asegurar que me siento muy orgullosa de mi gente, porque realmente lo hacen de corazón. Secom no es para los acompañantes una changa sino uno trabajo al que hay que dedicarse mucho.
P: Imagino que ves todo tipo de familias…
R: Hay familias que no quieren estar con la persona que está enferma, no importa si es la mamá, la hermana, no quieren cuidarlas. Eso se sufre mucho, muchísimo, porque una cosa es que yo tenga que dejar en manos de una persona extraña a un familiar muy querido porque tengo que trabajar, y otra que tenga que dejarla porque no quiero cuidarla, no tengo ganas de estar ni ocho ni doce horas en un sanatorio. No te voy a citar ningún caso en particular, pero he tenido momentos de mucha frialdad en familias y a veces le doy gracias a Dios porque nosotros existimos, yo sé que con el acompañante les estoy dando seguridad, tranquilidad, respaldo, de que les van a dar amor.
Recuerdos imborrables
P: ¿Podés compartir un ejemplo de una situación que te haya resultado especialmente emocionante, positiva, y una diametralmente diferente?
R: La que más me impactó, al principio, hace muchos años, fue una señora que se alimentaba por sonda y nunca aparecía un famliar a visitarla. Y cumplía 103 años. Entonces fui yo, fue la acompañante, fuimos otras personas de ahí, y ella se daba cuenta de que era su cumpleaños. No le pudimos llevar torta ni masitas ni nada, pero la acariciamos, la mimamos, le dijimos que era su cumpleaños... A los días falleció. También he ido a velorios donde ha estado la persona que hemos estado cuidando, el acompañante, un vecino y yo. Son situaciones que son tristes. Como también por ejemplo ha fallecido gente y las cartas que nos mandan de agradecimiento las familias por cómo cuidaron las acompañantes a sus padres, hasta último momento, que realmente, si eso era lo que quería, y se llevó a cabo, y además me lo transmiten, ¿qué más puedo pedir?
Cuestión de FE
P: Tu fe religiosa me imagino que incidió mucho en todo este empuje para hacer esto, ¿no?
R: Si. Yo trabajo con la Biblia en mi escritorio, tengo un altarcito donde enciendo una velita. Tengo la Biblia abierta, me la regalaron cuando tenía 13 años.
P: ¿Tenés un libro preferido?
R: No, yo abro la Biblia y dejo que Dios me dé un mensaje. A veces no lo comprendo y lo vuelvo a leer, porque a veces no es fácil de entender o no queremos entender. Ayer me llegó un mensaje de una chica que hace 30 años que trabaja conmigo y me dijo: “La extrañamos mucho, pero paso por su escritorio, veo la Biblia abierta y sé que nos dejó cuidadas por Dios”. Me pidió si le permitía encender una velita. Entonces quiere decir que si uno es ejemplo… lo que te pasa con la familia, si tú sos una persona de fe, pero además… nadie puede exigirle nada a nadie, y muchísimo menos la fe. La verdad que se formó una empresa linda, trabajamos con la vida y la muerte, pero estamos fortalecidos por la FE.
Un mensaje de aliento para animarse a soñar y concretar
P: Alicia, para terminar, ¿qué mensaje le quisieras transmitir a una jovencita uruguaya, del interior o de la capital, que tiene sueños, convicciones, que quiere y piensa que puede hacer, pero siente que es ir contra molinos de viento?
R: Yo los molinos de viento los conocí del Quijote, pero en realidad uno tiene que tener convicción, que sigan lo que les dicta el corazón y que no comenten demasiado, porque en realidad si uno comenta a una masa determinada van a haber muchas opiniones, y a veces pueden ser buenas, pero a veces no. Si quiero hacer algo, debo analizar si tengo la fortaleza realmente para poder hacerlo y realmente pedirle fortaleza a Dios. Y vuelvo a este viaje a Israel y te digo que es la segunda vez que vengo a Jerusalén, pero cada vez me voy más fortalecida.
Y concretamente, a tu pregunta, digo que se puede. Mirá esto, que era una idea loca y donde estamos hoy. Yo tenía 33 años cuando empecé, sin recursos, pero la idea era clara y seguí. Aquí estoy.
P: Gracias mil Alicia. Te deseo que siempre tengas fuerza para concretar sueños. Ha sido un privilegio conocerte.
R: Gracias a ti Ana.