Entrevistas

Con el Ministro de Defensa Nacional Javier García,a los 50 años del golpe de Estado

“Así como el MLN no puede decir que peleó contra la dictadura, los golpistas no pueden decir que dieron un golpe de estado para evitar a los criminales. Los dos fundan en una mentira histórica su ataque a la libertad”

El Ministro Javier García recalca la importancia de destacar la verdad, y no sólo sobre los archivos de la dictadura que últimamente han estado en los titulares sino sobre todo lo ocurrido antes y durante de aquella oscura noche en la que quedó sumido Uruguay durante 12 años. Condena el terrorismo de Estado y condena a quienes, así lo dice, se levantaron contra la democracia.

Le solicitamos esta entrevista especial al cumplirse el 27 de junio, en pocos días, medio siglo del golpe de Estado. Nos parece muy relevante escuchar su opinión dada la responsabilidad que tiene hoy sobre su hombros.

 

P: Ministro García, gracias por aceptar conversar con nosotros. ¿Cómo ve un aniversario así, 50 años del golpe?

R: Es una fecha que se conmemora con un sentido de dolor, pero también de esperanza en el aprendizaje. El saber que estas cosas deben recordarse, recordar la tragedia que significó, pero de esa tragedia, que fue una tragedia nacional de dolor y sufrimiento y enfrentamiento, surgir la esperanza de que nunca más vuelva a suceder. Que fue tanto lo que quedó por el camino, tanto la fractura de la sociedad uruguaya, tanto la abolición de la libertad y tanto los derechos pisoteados y no ejercidos y no haber podido ejercerlos, que se espera que de ese dolor surja la posibilidad de entre todos lograr que nunca más suceda.

 

P: ¿Cómo vivió usted aquel 27 de junio? Era aún un niño.

R: Yo tenía 9 años, cumplí los 10 en  noviembre de 73.  Y de esa cosas de gurí que nunca me olvidaré, fue que  la noche del 26 de junio, yo estaba en el dormitorio con mis padres y mi padre me dijo “mañana no vas a tener escuela”. Imaginate que a esa edad, es motivo de alegría. Yo iba a la escuela México. Uno no se daba cuenta en ese momento de la tragedia que ello significaba. Recuerdo que al levantarme al día  siguiente, era un día gris, frío, y en todas las radios había marchas militares.

 

P: Simbólico. ¿Y qué entiende de todo eso un niño de 9 años?

R: En mi familia no había grandes antecedentes de  militancia política, salvo mi hermano Guillermo, de 18 años, que si demoraba en llegar a casa, mi madre enseguida se preocupaba. Era un hogar  politizado en el sentido de estar muy atento a todo lo que ocurría. El tema de la actualidad política estaba arriba de la mesa permanentemente. Mis padres eran demócrata cristianos.  Y además yo vivía en la calle Bulevar Artigas y Guaviyú, que era la ruta que usaba Bordaberry para ir desde el centro hasta hacia Suárez. Y me acuerdo que pasaban una serie de autos con camionetas militares y policiales, y la imagen de ver a personas de civil con metralletas sentados en el borde de la ventana del auto, con el auto andando, era muy potente. 

A medida que iba creciendo iba politizándome . Mi hermano militaba en el Movimiento Universitario Nacionalista y a mí me fue atrapando la figura de Wilson . Recuerdo cuando empezaron a llegar los casettes que se escuchaban clandestinamente. Fue un período sumamente triste. Pero al mismo tiempo, saber que  se iban abriendo pequeñas rendijas de libertad y de militancia, era importante. Mi militancia política la empecé a los 16 años con las coordinadoras de la Juventud del Partido Nacional, en 1979. Era estudiante  de cuarto año de preparatorio de bachillerato de medicina, pero delegado de las coordinadoras de derecho del Partido Nacional. Cuando entré en Facultad en el 83 y me eligieron delegado de generación, ahí ya tuve otra etapa de militancia. Venía militando políticamente, empecé a militar gremialmente, antes tenía una militancia social en la Iglesia, con los Salesianos, lo cual de hecho también tenía una dimensión política . Teníamos actividades que implicaban que varios compañeros muchas veces terminaran presos o terminaran en Inteligencia.

P: Y de a poco, algunas cosas comenzaron a cambiar.

R: Aunque todavía estábamos en dictadura, empezaban a pegar los coletazos de la debilidad que había significado el plebiscito del 80, que fue quizás el golpe más duro que recibió la dictadura. Y la expresión más clara de esas raíces democráticas del Uruguay, porque haber ganado un plebiscito organizado por el propio régimen, los votos contabilizados por el régimen, era de verdad  la expresión de un pueblo muy, muy, muy democrático en sus raíces . Y que retomaba en buena medida la pérdida del sentido democrático. Los  enfrentamientos de la década del 60 y 70 fueron un signo de debilidad de esas instituciones.

Foto; Matías Peloche

 

Las culpas

P: ¿Cómo reparte las responsabilidades de que Uruguay haya llegado a ese punto, al golpe?

R: El deterioro democrático fue empujado por muchos. No me creo la teoría de que hubo un golpismo que apareció y un autoritarismo que apareció de un día para otro. Notoriamente, hubo acá responsables múltiples. Siempre se habla de si hubo uno o dos demonios. Yo no sé cuántos demonios hubo, pero hubo muchos más de los que todos pensamos, y hubo menos ángeles también de los que pensamos, porque sin duda ninguna que acá hubo movimientos políticos y dirigentes políticos. El MLN  quiso tomar por asalto el poder y  violó la Constitución. Y que guste o no, en democracia, cometió acciones que violaron los derechos humanos. Hubo violadores de derechos humanos del MLN y es notorio, es irrefutable. Y después hubo militares golpistas que terminaron dando el golpe. Por eso vuelvo a decir, responsables hubo varios y seguramente también se aprovecharon de un debilitamiento del sistema político y también se aprovecharon de acciones que se tomaban o actitudes que se tomaban muchas veces del sistema político, que desprestigiaron el sistema político. Por eso, no hay responsabilidades únicas. Sería simplificar y  tergiversar la historia decir lo contrario. Vuelvo a ver qué hubo responsables de lo que nos pasó, que hasta el día de hoy miran para el costado y fueron tan responsables como los golpistas que violaron los derechos humanos y lo golpeó el Estado del 73. Al golpe de Estado del 73 se llegó por un deterioro de la libertad y la democracia, producto de quienes también golpearon a la libertad y la democracia, tratando de tomar el gobierno por las armas.

 

P: Pero en estos múltiples responsables  hay que incluir también la responsabilidad del gobierno electo de Bordaberry y  ya antes de él, que fueron  erosionando, como sostienen en la izquierda, los derechos de los trabajadores, por dar sólo un ejemplo.

R: Pero también sabemos todo que surgió una presidencia cuestionada por un fraude. Sabemos que en la elección del 71, hubo más votos que votantes. Y surgió un presidente que surgió con la falta de legitimidad de una elección limpia.

Todos sabemos lo que sucedió en el 71 con la elección. Y al mismo tiempo, un presidente sin poder legítimo y sin poder real, que fue utilitario muchas veces a los sectores golpistas, que fueron en definitiva quienes protagonizaron también toda esta tragedia.

Además, fue un golpe que tuvo  un antecedente inmediato que fue convalidado por parte de la izquierda, por la parte más fuerte de la izquierda política, el partido Comunista, otros partidos de izquierda y la central de trabajadores. Entonces, estas fechas que estamos rememorando de 50 años deben servir también para reflexión y para la verdad, y para asumir las responsabilidades que nunca se asumieron. Es decir, la reconstrucción y la unidad de una sociedad pasa por la verdad y pasa por la paz que necesariamente necesita la verdad. Usar el dedo acusador sin asumir las propias responsabilidades son datos históricos, irrefutables.Quijano, desde la izquierda, hizo sentir su voz rutilante, democrática, fuerte, para advertir que la cuestión era entre democracia y autoritarismo, y no entre la oligarquía y el pueblo que decían los militares golpistas y aplaudieron sectores de la izquierda.

 

Una presentación equivocada de la historia

 

P: Y saltando hacia adelante, durante años creo que se intentó insertar la versión que los Tupamaros trataron de salvar a Uruguay de la dictadura.

R:  El MLN estaba terminado en el 72. El MLN nunca peleó contra la dictadura.  Es una mentira grande como el universo. Había sido terminado militarmente en el 72, prácticamente un año antes del golpe de Estado. Y así como el MLN no puede decir que peleó contra la dictadura, los golpistas no pueden decir que dieron un golpe de estado para evitar a los criminales. Los dos fundan en una mentira histórica su ataque a la libertad. Y los dos, esos dos bandos, vuelvo a reiterar, se separan arriba de una mentira histórica para justificar su responsabilidad histórica en haber terminado con la libertad. Pero vuelvo a decirlo, los dos tienen sus manos manchadas de violar los derechos humanos. Antes y después.

 

 

El gobierno y el pasado reciente

Javier García y el Presidente Luis Lacalle Pou (Foto: Ministerio de Defensa Nacional)

 

P: ¿Cuál diría que es el punto principal de discordia en este tema, en un Uruguay aún dividido en lo político?

R: En este gobierno,  hemos construido una política de derechos humanos referida al pasado reciente. Sus tres clave son  transparencia en la información - toda la información que se nos ha solicitado, toda la que tuvimos acceso, toda la proveímos -, colaboración con los organismos institucionales de derechos humanos y justicia  , y toda la verdad. Y aquí a nosotros nos llamó mucho la atención cuandmo presentamos la idea, ya desde el año pasado, del conocimiento público, sin limitaciones, de todos los archivos y de toda la verdad, que algunos dieran a entender que cuando decían la verdad, no se referían a tanta verdad. Verdad recortada, verdad limitada, no es verdad, se asimila mucho a la mentira. Por eso nos llamó la atención que hubiera sectores políticos, el  propio presidente del Frente Amplio, que se opuso a esto.

Y ¿por qué es esto? Porque yo creo que se extendió en el tiempo una especie de aquello que se conoció como el Pacto de los combatientes del MLN con los sectores militares golpistas, que alguno unilateralmente creyó que eso debía respetarse en el tiempo y transformarlo en un pacto de silencio. 

Me parece que acá hay una diferencia muy clara entre quienes queremos la transparencia, la publicidad y toda la verdad, y quienes prefieren que haya cosas que permanezcan ocultas y lejos, tapadas.

Las víctimas


P: ¿Qué responder a quienes creen que las únicas víctimas directas del golpe fueron uruguayos de izquierda?


R: Todos los partidos políticos tuvieron la tragedia que golpeó en su casa. Basta recordar el asesinato de Gutiérrez Ruiz,  cómo Wilson se salvó por minutos de que lo asesinaran, el asesinato de Cecilia Heber. Todo el Uruguay sufrió, el Uruguay democrático  sufrió los golpes de la dictadura y la tragedia. Lo que no está bueno es negar una parte. Toda la historia, militantes de todo color sufrieron. No es bueno andar con dedos a acusadores. Ni abrogarse el monopolio ni de la resistencia ni de la democracia, porque todos lo sufrimos. Y mucho menos abrogarse un monopolio y acusar a los demás, cuando, creo que, vuelvo a reiterar, hubo culpas múltiples y de todas tenemos que aprender.

 

P: ¿Algún mensaje final con el que desee resumir esta entrevista?

R: En definitiva a 50 años del golpe, el mensaje es claro: la libertad siempre triunfa. La fortaleza de Uruguay es su institucionalidad en una sociedad plural. Debemos cuidarla. Discutir todo lo necesario, sabiendo que la libertad de quien piensa diferente a nosotros es aún más importante que nuestra propia libertad.  Eso nos diferencia también con los autoritarios de derecha e izquierda.

P: Muchas gracias.

R: A ti Ana.

Ana Jerozolimski
(25 Junio 2023 , 15:16)

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(Texto y fotos: Lily Dayton, cristiana israelí residente en Haifa)

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