Entrevistas

Recordando una entrevista singular, en homenaje al 20 de mayo en Uruguay

 Luisa Cuesta, que murió sin saber qué ocurrió con su hijo desaparecido

Luisa Cuesta: "Ya estoy cansada"

 

Esta entrevista ya tiene varios años. La entrevistada, para mí la inolvidable Luisa Cuesta, descansa hace ya cuatro años y medio. Precisaba el descanso, tras tantos años luchando. Esperamos que descanse en paz, como merecía, aunque no logro la misión de su vida, hallar a su hijo desaparecido, uno de tantos que fueron arrebatados a la vida por la dictadura militar en Uruguay o por sus pares argentinos.

 

Al conmemorarse este 20 de mayo nuevamente la tradicional ocasión de la Marcha del Silencio, nos adherimos a la distancia, con esta historia personal , la de Luisa Cuesta, porque tuvimos el privilegio de entrevistarla en su casa años atrás. 

Para todos aquellos que se encuentran fuera del país y quieren seguir el evento, compartimos la nota publicada al respecto en Montevideo Portal.

Apretando aquí pueden acceder a ella.

El objetivo de esta nota es honrar la lucha de los uruguayos que vivieron y viven largos años de angustia esperando saber algo de un hijo o una hija, un padre, una madre, una hermana o  un hermano al que le hicieron desaparecer en la época de la dictadura militar. Y que nunca más volvió.

Y cuando pienso en este tema, la imagen que claramente viene a mi mente es la de Luisa Cuesta de bendita memoria a la que entrevisté hace muchos años en su casa en Montevideo. Su hijo Nebio desapareció en Buenos Aires. 

Cuando nos recibió en su casa, Luisa Cuesta hablaba de su hijo , mezclando los recuerdos de su niñez y sus travesuras de pequeño, con el dolor de su desaparición durante la dictadura.

"Mi hijo había ido allí con todas sus cosas y perdió todo, porque lo borraron, lo mataron", nos dijo, sin especificar a qué se refiere con ese "allí". "Lo hicieron desaparecer, yo no lo encontré para nada".

Luisa agregaba frases que cada tanto, era  difícil interpretar. "Yo quiero seguirlo al menos una vez, quiero seguirlo para poder decir: No, hay que hacerlo, aunque uno no pueda, hay que ir y hay que hacerlo. Voy a intentar hacerlo", decía mirándonos a veces directamente y otras, al vacío. Tratamos de precisar.."Luisa..¿se refiere a que tratará de encontrarlo?". "Sí",responde de inmediato. "¿Y usted diría que todavía tiene fuerza para seguir buscando?". Luisa no duda: "Yo digo que sí, y voy a seguir buscando".

Preguntamos cómo se sigue buscando...Luisa habla de "la misma forma", de "un papel que no tenía nada" y agrega: "Después seguiré, pero después de seguir tengo que esperar a alguien más que mueva, porque sola no me puedo mover tampoco.Estoy muy viejita".

Con tono melancólico , Luisa decía que "pensaba que sí, que podría encontrarlo"  y que "yo quería buscarlo..quería buscarlo..quería que él viera cosas como para vivir en el lugar".

Preguntamos a Luisa cómo era su hijo y ella esboza una amplia sonrisa: "Para mí era mi único hijo... y bien, era bien. Se reía, se reía mucho...y bueno, es así…". Recuerda que "le gustaba mucho estar con la nena, tirarse con ella al agua" y hasta un chaleco que ella le tejió y él perdió "pero salía muy campante, porque era muy bandido"...mezclando sonrisas y expresiones pícaras , con una mirada en la que nosotros sentimos  una profunda nostalgia.

Al plantear temas del pasado, de la niñez y la desaparición, se mezclan un tanto los tiempos. Pero vuelve la claridad absoluta, cuando comentamos el esfuerzo que ella hizo para hallarlo. "Sigo haciéndolo ahora, a ver si puedo llegar en algún momento a encontrarlo", aseguraba Luisa Cuesta.

Dudamos un tanto y decidimos finalmente preguntarle si estaría más tranquila si pudiera dar digna sepultura a su hijo. "Realmente no lo sé", responde . "Realmente no lo sé, porque en ningún momento pensé en llevar la muerte a él".

Recuerda su propia prisión en Mercedes ."Sé que estuve mucho tiempo...después me dieron para irme...y me quedé en casa. Pero era más difícil no encontrar a mi hijo".

 

¿Usted se siente una luchadora?, le preguntamos.

No, qué voy a ser luchadora yo..., respondió de inmediato.

¿Pero entiende que no es común tener esas fuerzas?

Pero sucede, uno ve las cosas y… tiene que ser así, uno empieza a buscar a ver en qué forma puede ser así.

¿Hay momentos en esa lucha en los que uno dice: “No puedo más, no busco más”?

No es buscar sino que es encontrar y recibir. Seguimos hasta que podemos.

¿Usted sabía que él estaba en temas políticos que podían ser peligrosos?

Si, sabía sí.

¿Y no tuvo miedo nunca, de que eso le causara problemas?

No.

Uno nunca piensa en lo peor, ¿no?

No, claro que no. Para mí estaba bien.

Tiene esperanzas todavía.

Y sí, yo sí, pienso que sí… 

¿Lo extraña mucho a Nebio?

Sí, lo extraño sí. Sí... ya habíamos estado mucho tiempo juntos. 

Usted dice que está viejita y yo digo que tiene muchos años, pero no es viejita de espíritu..Eso es otra cosa. ¿Le gustaría seguir viviendo mucho más?

No, yo estoy cansada. Ahora salgo y digo: Estoy cansada, no joroben más, no me digan más nada, ya estoy cansada. Y todos me  miran como diciéndome: “¡Qué vas a estar cansada!”.

 

Bendita sea su memoria.

Ana Jerozolimski
(20 Mayo 2023 , 16:59)

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