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El Embajador de Uruguay Bernardo Greiver finalizó su misión en Israel

No es fácil resumir cinco años de actividad de un diplomático dinámico que finaliza su período como Embajador de Uruguay en Israel, sin entrevistarlo a él. Pero  esta vez no hay más remedio que intentarlo recurriendo a nuestra memoria y a apuntes que hemos tomado a lo largo de los años, porque por un lado, sabemos que a Bernardo Greiver no le entusiasman las entrevistas y por otro, a nosotros siempre nos constó que no se acostumbra que los embajadores hablen con la prensa. Afortunadamente, el embajador sí aceptó que le tomemos algunas fotos en la oficina de la Embajada, en la que los uruguayos siempre nos podemos sentir bien rodeados por símbolos patrios e  imágenes del país.

 

Este es pues el momento de despedirlo, al haber finalizado su segundo período como Embajador de Uruguay en Israel, partiendo de regreso a Montevideo junto a su esposa Karen, gran compañera desde jóvenes.

Bernardo Greiver llegó por primera vez a Israel como embajador en el 2009 y tras aproximadamente un lustro, volvió un poco antes del fin de su período a Uruguay para desempeñarse como Director General del Ministerio de Relaciones Exteriores, el número 3 en la jerarquía ministerial, o sea el primero después del Ministro y el Subsecretario. Cerca de fines del 2017 volvió a Israel como Embajador y esta semana regresó a Uruguay.

Está claro que su trabajo es reconocido al más alto nivel en Israel. El propio Presidente Itzjak Herzog, en un paso que creemos no tiene precedentes, le hizo llegar una carta especial de despedida. “Tengo certeza que disfrutaremos de los frutos de su trabajo en los años venideros”, le escribió. “Quisiera compartir con usted mi más fuerte aprecio por todo lo que ha hecho en nombre de la relación bilateral entre nuestras dos naciones”, agregó el Presidente.

El embajador Greiver y el presidente Herzog

 

En su trayectoria tiene una gran variedad de cargos dentro de la Cancillería: Director General de Cultura, Director General de Cooperación, Director del Instituto Artigas  -que es de hecho la escuela diplomática uruguaya -, Director de Personal y Presidente de AFUSEU, el gremio de funcionarios diplomáticos.

Algo que nos contó una vez en una conversación como amigos, dado que tratamos de contactarlo por un tema puntual en determinado momento y no estaba en Israel, nos soprendió mucho en su momento. Paralelamente a su trabajo como Embajador de Uruguay en Israel , Bernardo se desempeñó- y continúa haciéndolo- como Presidente de la Comisión de Contribuciones (o cuotas) de las Naciones Unidas. Es la comisión que determina cuánto dinero debe poner cada uno de los 193 países miembros para el presupuesto del organismo mundial. Según se lo explica en internet, no se trata de ninguna determinación automática, sino del producto de un estudio de la situación económica de cada país, para que la decisión sea justa y proporcional. Una responsabilidad interesante sin duda. Bernardo Greiver la cumple desde antes de llegar por primera vez como embajador a Israel.

Claro está que nadie alcanza solo los grandes logros diplomáticos en las relaciones entre dos países. Hay siempre equipos de fondo. Pero seguramente el trabajo de los embajadores es una pieza central en ello.

Cabe suponer pues que Bernardo Greiver nunca olvidará que poco después de llegar a su primer lustro como embajador, entró en vigencia el Tratado de Libre Comercio entre Uruguay e Israel, como primer eslabón del TLC del Mercosur con Israel. En este marco de cooperación , Uruguay e Israel avanzaron con acuerdos la ANII y la Autoridad de Innovación de Israel, variados emprendimientos entre empresas de ambos países  y distintas iniciativas de exportación,en lo que la balanza comercial es claramente favorable a Uruguay.

En los últimos tiempos los uruguayos en Israel-y el público israelí en general-pudimos disfrutar de arándanos uruguayos, que creemos fue la primera vez que llegaron al país. Dado que se cosechan de setiembre a noviembre, se exportan únicamente cuando los hay frescos. Pero claro que eso fue un agregado novedoso a los  ya tradicionales productos uruguayos exportados a Israel: carne, arroz, jugo de mandarinas , pescado, vacunas veterinarias, semillas de girasol y algunos otros.

Hace pocos meses, en lo que el embajador Greiver presentó como el lanzamiento de los festejos por los 75 años de relaciones diplomáticas entre Uruguay e Israel, contó con gran entusiasmo que hacía poco habían entrado al  mercado israelí vinos uruguayos Garzón, con los que invitó a brindar por la emotiva ocasión.

 

La parte económica en relaciones bilaterales es claramente palpable cuando se concreta una venta y un producto nacional alcanza el mercado israelí. Pero la actividad que un diplomático trata de impulsar se manifiesta también en otros ámbitos, y nos consta que el cultural suele gustar mucho a los embajadores.

Y lo mencionamos porque inclusive cuando hay actividades promovidas por otros lados, de iniciativas originadas en otros planos, la Embajada de Uruguay juega un papel central para impulsar, coordinar y apoyar en todo lo necesario. Es más de una oportunidad nos ocurrió que se dirigieron a nosotros personas que a distintos niveles pensaban que podía ser interesante entablar un vínculo para una presentación en Israel, y nuestra respuesta siempre fue que lo más apropiado es contactarse con el Embajador Bernardo Greiver. “Todo lo que pueda hacer para impulsar un proyecto uruguayo en Israel, lo hará, abrirá todas las puertas necesarias”. Y así fue siempre.

En los últimos meses se presentó en Israel el libro “La niña que miraba los trenes partir” de Ruperto Long, en hebreo, traducido por la editorial “Tésha Neshamót”. Nos consta el entusiasmo con que el Embajador Greiver apoyó la iniciativa y ayudó en forma concreta.

Uriel Kon, editor de Tesha Neshamot, el escritor Ruperto Long y el Embajador Greiver, en la presentación del libro en hebreo hace algunos meses

 

En aquella hermosa velada de uruguayos –y otros-reunidos en la vereda junto a la entrada de la editorial en Tel Aviv, recordamos que el embajador recordó que también habían sido traducidos al hebreo libros de los escritores Mario Levrero y Ecole Elissardi. Más de 15.000 ejemplares han sido vendidos.

En cuanto a actividad cultural en general en su período, especial interés despertó un concierto original, por el invitado y por la forma en que hubo que hacerlo, en plena pandemia: por zoom, con Ruben Rada, en honor a un 25 de agosto. El espectáculo virtual y muy real al mismo tiempo, tuvo 3600 visualizaciones de pantalla y de más está decir que en muchas de ellas no era una persona sola mirando y disfrutando sino famillias enteras o grupos de amigos. Recordamos que en su momento el embajador contó que había sido ideado, organizado y financiado por la embajada, gracias a la buena onda y generosidad del artista.

Una hermosa pieza en ese evento fue contar con Lucía Abelar, que había participado en el programa Got Talent Uruguay, cantando lo mismo que allí: el himno nacional de Israel “Hatikva”. Con su interpretación se abrió la actividad y luego se presentaron Rada y su banda.

Aquí puedes leer una nota sobre aquella actividad.

Recientemente se presentaron en Israel el actor Franklin Rodríguez y el director y actor Iván Solarich, con gran éxito de público.

Hace bastante-si no estamos confundidos fue en el primer período de Greiver en Israel- el Museo Rally de Cesarea fue escenario de una gran exposición de arte uruguayo, en la que se destacaba Figari, pero no sólo él.  Incluía 55 cuadros en total, de los cuales 19 eran de Figari. Pero también de Figari hijo, o sea Juan Carlos Figari, otros de José Pedro Costigliolo, Juan Storm, Jorge Páez Vilaró, Jorge Damiani, Nelson Romero y otros. Y hay cuadros de pintores nacionales también en otros museos israelíes.

 

Una época especialmente desafiante fue la pandemia. Desafiante para la ciudadanía y para los diplomáticos también. Esto sí nos lo contó una vez el Embajador, explicando que fue necesario un esfuerzo especial para desarrollar las gestiones necesarias en época de Covid.Para Uruguay era muy importante poder mostrar su buena situación cuando países vecinos estaban sumamente mal. Luego, como todos recordamos, hubo un gran deterioro-y allí fue que viajó la delegación del hospital Sheba Tel Hashomer-pero durante no poco tiempo, Uruguay era un ejemplo en la región. El embajador tenía el desafío de explicarlo en forma muy clara a las autoridades israelíes que pintaban-como pasaba en todo el mundo- a cada país de verde, rojo, anaranjado o amarillo, según el índice de contagiados. Y logró que Israel se convenza-cuando los números así lo justificaban-que aunque Argentina y Brasil estuvieran mal, Uruguay merecía estar en verde. Era importante para todos los interesados en viajar y muy especialmente para los “shojatim”, los encargados de faenar la carne uruguay de acuerdo a las normas de Kashrut, para que pueda ser exportada a Israel.

Tratando de recordar diferentes cosas hechas a lo largo de los años durante el período del embajador Greiver, es probable que se nos pasen algunas que serían dignas de mencionar. Pero la verdad, lo principal es que el embajador estaba siempre pronto a saltar como un resorte para ayudar y atender a uruguayos que llegaban a Israel por distintas razones. No sólo representantes oficiales sino también becarios, periodistas, técnicos, docentes. Y no para que se publique o se diga cuánto hizo, ya que-al contrario- nunca quiso dar entrevistas .

El Embajador Greiver y la Cónsul Ifigenia Xifré Villar junto a gigantografías de los sellos emitidos en Uruguay e Israel hace 10 años como señal de amista entre ambos países

 

No podemos terminar esta nota sin destacar a Karen, la esposa del Embajador, por su don de gente, su distinguida y elegante encillez, todo manifestado en una sonrisa cercana e informal que siempre hace sentir cómodo a quien está con ella.

Bernardo y Karen abrieron su casa a innumerables reuniones con la comunidad uruguaya en Israel. “Esta es la casa de Uruguay”, suele decir el embajador Bernardo Greiver.

Bernardo y Karen, en una actividad reciente en la residencia, en la que fueron presentados documentos del archivo nacional relativos a las relaciones diplomáticas entre Uruguay e Israel. Aquí, con Muki Tsur, hijo del primer embajador de Israel en Uruguay Yaakov Tsur, y con la cónsul Ifigenia Xifré Villar.

 

Pues ahora que regresaron a Montevideo, no resta más que desearles a ambos lo mejor de todo corazón. Y que la despedida sea solamente el comienzo de la cuenta regresiva hacia el reencuentro. Ya lo escribió el Presidente Hertzog en  la carta especial que envió al Embajador Bernardo Greiver: “Usted siempre será un bienvenido invitado de honor aquí en Israel”.

¡Gracias!

Qusiéramos finalizar estas líneas, deseando el mayor de los éxitos a la cónsul Ifigenia Xifré Villar, que queda ahora al frente de nuestra misión diplomática en Israel, hasta la llegada del próximo embajador Manuel Echevarren , quien hace muchos años ya ocupó un cargo diplomático en Israel. 

Ana Jerozolimski
(09 Marzo 2023 , 02:19)

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