Mundo Judío

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¿Dar o Recibir? - Insensatez Santa - Chinatown y el Rebe - Shatnez

 

 

 

No. 193

Teruma
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Horario de velas en Montevideo, Viernes  17/2 19.10 hrs

Demás localidades ver en  www.jabad.org.uy

¿DAR O RECIBIR?

Por Yossy Goldman

La primera solicitud judía de donaciones fue lanzada esta semana. Nuestra parashá trata de la primera campaña de recaudación de fondos de la historia. Moshé la inició para construir el Santuario en el desierto como también para adquirir todos los materiales necesarios para los utensilios especiales requeridos en los servicios sagrados. Este es, por lo tanto, un buen momento para hablar acerca del arte de dar.

El santo Rabino Israel de Ruzhin dijo que a pesar de que alguna gente afirma que “Si das, eres un tonto; si recibes, eres listo”, la tradición judía nos enseña que aquellos que dan y piensan que están sólo dando, son de hecho, los tontos. Pero aquellos que dan y comprenden que también están recibiendo al mismo tiempo son verdaderamente sabios.

La verdad es que al dar, de hecho recibimos más de lo que damos. Y no solo un pedazo del cielo en un paraíso distante, sino incluso en el aquí y ahora. Ciertamente, en nuestras relaciones, sean familiares, de negocios o sociales, nuestra generosidad es frecuentemente reciprocada y encontramos a la otra parte respondiendo de la misma forma. Pero esto va más allá de dar para recibir. El mero hecho de que hemos hecho bien, que de por sí es correcto y noble, nos da un sentido de satisfacción. “Los que sólo reciben puede que coman mejor, pero los que dan duermen mejor”.

Esto explica la expresión inusual en las palabras de D-os a Moshé en nuestra parashá: “veikju li terumá” - “tomarán para mi una ofrenda” (Shemot 25:2). ¿Por qué “tomarán”? Seguramente, “darán” debería haber sido el término más correcto. Pero porque siendo que al dar también estamos recibiendo, la palabra “tomar” es también apropiada. Por la misma razón encontramos que la expresión en hebreo para “actos de bien” (“guemilut jasadim”) está siempre en plural. Porque cada vez que alguien hace un solo acto de bondad, al menos dos personas se están beneficiando: el que recibe y también el que da.

He visto personas a través de los años que eran buenas, gente generosa, que compartía y se preocupaba por los demás. Luego, después de años de ser dadores, dejaron de serlo. ¿Por qué? Se vieron frustrados por la falta de apreciación por todo su arduo trabajo. Después de todo lo que hicieron por los demás, nunca tuvieron ni un simple “gracias”. Así que se decepcionaron y desilusionaron, y en algunos casos con amargura. Renunciaron a la vida pública y a todo servicio a la comunidad en que estuvieron involucrados.

Que triste que no se hayan dado cuenta que aunque los seres humanos son notoriamente desagradecidos, D-os Todopoderoso toma nota de cada acto de bondad que hacemos. Y Él responde con bendiciones infinitas en su propia forma. Nuestros sabios nos enseñaron que si expresamos remordimiento por el bien que hicimos, podemos perder todos los méritos que de otra forma hubiéramos merecido.

El rabinato es una de las profesiones de ayuda. Cualquiera involucrado en una posición comunitaria no solo hace charlas y enseña Torá; uno es llamado a servir en un rol pastoral, visitando, ayudando, aconsejando y consolando. A pesar que puede ser muy pesado y frecuentemente agotador emocionalmente, es sin duda una fuente de satisfacción profunda; particularmente cuando uno puede hacer una diferencia real en la vida de la gente.

Hay, por supuesto, mucha gente que he tenido el privilegio de ayudar de una manera u otra a través de los años. Uno siente un fuerte sentido de propósito sabiendo que fue capaz de ayudar a alguien a través de una crisis, o levantar sus ánimos en un hospital, o darles esperanza y consuelo en momentos de pérdida. Seguro, yo fui el dador. Pero recibí mucho más a cambio. Mi vida se hizo mucho más significativa, más digna, por haber ayudado a una persona necesitada.

Nunca olvidaré la mirada de una joven mujer cuando le di la buena noticia que había logrado localizar a su esposo ausente y descarriado y convencerlo de firmar la línea punteada para darle a ella el largamente esperado Guet (divorcio) que finalmente la liberaría para proseguir con su vida. Estaba tan radiante, resplandeciente de alegría. Cualquier esfuerzo que haya hecho por ella valió la pena para poder verla sentir la libertad.

Así que si usted piensa que usted es una gran cosa porque hizo algo por una buena causa, recuerde; está recibiendo mucho más de lo que está dando. Que seamos todos dadores y seamos bendecidos por ello.

INSENSATEZ SANTA

"Debes hacer los tablones para el Tabernáculo de madera de acacia, [puestos] verticalmente." (Shemot 26:15)

La palabra hebrea para “acacia” (shitim) significa “encorvarse”. El árbol de acacia es llamado el árbol que se encorva porque se inclina a un lado a medida que crece en vez de crecer derecho. La palabra hebrea para “insensatez” (shetut) es otra aplicación de esta palabra dado que la insensatez es un acto de “doblarse” del camino dictado por la lógica.

La insensatez puede ser sagrada como también no sagrada. La insensatez no sagrada es el pensamiento ilógico que nos lleva a ir contra la voluntad de D-os. La “insensatez” santa es nuestra disposición a ir más allá de los requerimientos estrictos de la Torá al cumplir nuestra misión Divina o al refinarnos a nosotros mismos.

Alegóricamente, entonces, poner los tablones “encorvados” de acacia verticalmente significa usar nuestro poder de ser “insensatos” para propósitos sagrados. Podemos así convertir este rasgo de carácter negativo en una fuerza positiva en nuestras vidas, permitiéndonos alcanzar niveles de dedicación a D-os y unión con Él que no hubiéramos sido capaces de alcanzar de otra forma.

Séfer HaMaamarim 5710, pág. 114.

Éxodo (Shemot)  25:1 – 27:19

Como la Torá relatará más adelante, cuando los judíos cometieron el pecado de hacer un becerro de oro, D-os retiró Su presencia de ellos. Para restablecerla, D-os les ordenó que construyan una “casa” portátil, consistiendo de una tienda como santuario (el “Tabernáculo”), un patio alrededor y varios elementos puestos en lugares específicos dentro del santuario y su recinto. La séptima sección del libro de Éxodo comienza con la orden de D-os al pueblo judío de contribuir (Terumá en Hebreo) para la construcción de este Tabernáculo.

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CHINATOWN Y EL REBE

Entre los tantos líderes comunitarios y políticos que vinieron a ver al Rebe buscando su consejo, había un senador del estado de Nueva York. Había concertado una entrevista privada con el Rebe. Cuando terminó el encuentro, después de haber estado más de una hora con él, salió entusiasmado. “Hasta hoy no sabía qué hombre extraordinario es vuestro Rabino”, le dijo al Rabino Leibl Groner, uno de los secretarios del Rebe.

El senador le contó que se había acercado buscando la opinión del Rebe con respecto a determinados temas que tenían que ver con la comunidad judía. Después de haber ofrecido su parecer con respecto a esos asuntos, el Rebe le preguntó si le podía pedir un favor.

“Y”, siguió contando el senador, “pensé para mis adentros: ‘acá viene el pedido. Igual que todos los demás, está buscando el pago por su consejo”.

“Pero, ¿qué fue lo que me pidió el Rebe? ”

“Me dijo: ‘En Chinatown (barrio en Nueva York cuya población se compone primordialmente de inmigrantes de origen chino), hay una comunidad que está creciendo. Son personas tranquilas, sumamente trabajadoras y respetuosas de las leyes. El tipo de ciudadanos que la mayoría de los países apreciarían mucho. Pero, como los norteamericanos son tan extrovertidos y los chinos, por naturaleza, tan reservados, muy a menudo no son tenidos en cuenta en los programas de asistencia gubernamentales. Como senador del estado de Nueva York, me permito sugerirle que se ocupe de sus necesidades”.¨

“Quedé abrumado. El Rebe tiene una comunidad de miles en Nueva York así como instituciones en todo el estado que se podrían beneficiar del apoyo gubernamental. Yo estaba en una posición que me podía permitir asegurar el apoyo económico para ellos, pero no fue eso lo que me pidió el Rebe. Estaba preocupado por Chinatown. No creo que el Rebe haya puesto un pie allí, pero estoy seguro que la mayoría de las personas de Chinatown ni siquiera saben quién es el Rebe. Aún así, se siente responsable por ellos. ¡Eso es lo que llamo un verdadero líder!”

SHATNEZ

Todos hemos escuchado hablar acerca de la comida kasher, pero ¿qué hay de la ropa kasher? Al igual que está prohibido comer carne con leche, la Torá también nos prohíbe usar ropas hechas de lana y lino a la vez. Eso se denomina shatnez.

El porqué de esta prohibición, no obstante, continúa siendo un misterio. Algunos sostienen que la combinación de estos dos materiales altera la energía vital. De todas maneras, esta cuestión sigue estando fuera de los límites de nuestro entendimiento.

Sospechas Sobre los Materiales

Cualquier prenda que pueda servir para cubrirnos, incluyendo las sábanas y las alfombras, no debe contener shatnez. El problema es que incluso aquellas prendas que dicen ser “100% lana” pueden contener hasta un 5% de otro material. Además, las etiquetas, por lo general, solo describen el exterior de la prenda y no suelen referirse al relleno o a las trazas decorativas.

Sin embargo, según las normas de producción, se puede presumir que la mayoría de las prendas no contienen shatnez. Fundamentalmente, hay que corroborar las etiquetas de trajes, polleras, abrigos de lana y pantalones importados. Si fuera necesario, uno podría contactarse con un laboratorio especializado en detectar si las prendas contienen shatnez.

Despejando Dudas

En los laboratorios que mencionamos anteriormente, los especialistas toman muestras de diferentes prendas y, sin arruinarlas, las analizan bajo el microscopio para identificar las fibras que las componen. La mayoría de las grandes comunidades judías cuenta con un laboratorio de este estilo. También, se pueden enviar las prendas por correo. Ante cualquier duda, algún rabino de la comunidad lo podrá ayudar a contactar dicho laboratorio.

En la mayoría de los casos, si la prenda contiene mezcla de fibras, se la puede arreglar en un laboratorio con un costo mínimo. En general, solo requerirá un pequeño trabajo de confección. Sin embargo, existen algunos pocos casos en los que no puede hacerse este arreglo, por lo que es recomendable que conserven el recibo de la tienda donde compraron la prenda.

Más Datos

• La prohibición de shatnez también se aplica a prendas prestadas o alquiladas, como por ejemplo, un smoking.

• Se permite usar al mismo tiempo una prenda de lana y otra de lino, siempre que ambas no estén en contacto, es decir, que una pueda ser removida sin necesidad de remover la otra, ya que de otro modo, se las consideraría una única prenda.

• Lo que se prohíbe es vestir dichas prendas, pero tener prendas con shatnez está permitido.

• No hay necesidad de preocuparse por la lana de camello, mohair, angora, cachemir, alpaca o vicuña. A los efectos de shatnez, el término “lana” solo hace referencia a la lana de oveja y de cordero.

 

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