Mundo Judío

MiSinai

Mantenga el Equilibrio - La Cura para la Envidia - Un Acto de Amor - La Boda Judía

 

 

No. 191

Itró
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Horario de velas en Montevideo, Viernes  10/2 19.26 hs.

Demás localidades ver en  www.jabad.org.uy

MANTENGA EL EQUILIBRIO

Por Yossy Goldman

¿Cuál es la definición de una persona equilibrada? ¡Aquel que lleva una carga en los dos hombros!.

En Éxodo leemos los Diez Mandamientos. Luego de la gran revelación en el Sinaí Moshé descendió de la montaña portando tablas de piedra con los Diez Mandamientos grabados en ellas. Como sabemos, las dos tablas estaban divididas en dos columnas, las mitzvot entre el hombre y D-os y los mandamientos que gobiernan nuestras relaciones humanas. Un lado estaba dedicado a nuestras responsabilidades con D-os, como la fe y el Shabat, mientras que el otro lado se ocupaba de nuestros deberes interpersonales, como no asesinar, adulterio y el robo.

El mensaje que muchos parecen olvidar es que ambas áreas son sagradas, ambas provienen directamente de D-os y ambas forman el núcleo legal de la Torá y de lo que se trata el ser judío. Debemos ser judíos bien equilibrados. No debemos tomarnos la libertad de hacer énfasis en una tabla sobre la otra. Un judío sano y completo vive una vida íntegra y balanceada, y es como dice la expresión en Idish: “Gut tzu G-tt un gut tzu lait” – “Bueno con D-os y bueno con la gente”. Si usted se enfoca en un lado de las tablas en detrimento de la otra, camina como un híndedike, un judío discapacitado con renguera.

Un buen judío es equilibrado. Esto significa que no es suficiente con ser frum ('religioso') en el lado ritual del Judaísmo e informal en el lado mentschlijkeit. Usted debe ser honesto y decente y vivir con integridad para que la gente lo respete también. Si usted es “religioso” con D-os pero injusto con la gente, se puede convertir en un fundamentalista fanático ¡asesinando gente en nombre de D-os!. El mismo D-os que nos motiva e inspira para ser Divinos y adherirnos a un código religioso también espera de nosotros que seamos mentsch ('buena gente'). No hay ninguna duda que esta es, de hecho, una mitzvá, el ser un mentsch.

Pero tampoco podemos descuidar el lado derecho de las tablas. Un buen judío no puede ser simplemente democrático y humanitario. Porque en ese caso, ¿para qué necesita D-os a los judíos? No es suficiente para un judío ser una buena persona. Todo el mundo debe ser bueno. De toda la humanidad se espera que se comporte en forma honesta y honorable. El ser bueno y moral, ético y decente es la obligación de todo ser humano en el planeta. Un buen judío debe ser todo eso y mas. Debe ser una buena persona y también cumplir sus responsabilidades judías específicas, las mitzvot que están dirigidas a los judíos que son únicamente judías.

Hace poco encontré una estadística interesante sobre los Diez Mandamientos. La tabla derecha que posee las obligaciones con D-os consiste de 146 palabras. La tabla izquierda que lista nuestras responsabilidades humanas solo tiene 26 palabras. Aun así, la tradición dice que ambas tablas estaban escritas en su totalidad. No había grandes espacios en blanco. Así que ¿cómo es que 26 palabras igualan el espacio de 146?.

Cualquiera que use una computadora o un procesador de textos sabe la respuesta. Simplemente se ajusta el tamaño de la letra. Uno puede escribir en un tamaño de 10 o de 24 puntos. Uno elige. Así que si aplicamos el mismo principio a las tablas tenemos una solución simple. Las 26 palabras de la izquierda, que reflejan nuestras responsabilidades morales y éticas estaban escritas en una letra más grande que las 146 palabras del lado derecho que reflejan nuestras responsabilidades religiosas con D-os. Por lo que nunca debemos subestimar la importancia de las relaciones humanas de los Diez Mandamientos.

Así que, nuevamente, no empecemos a renguear, el mismo D-os que dijo que debemos ser buenos también dijo que debemos tener fe, cuidar el Shabat (si, es uno de los Diez), comer kosher, mikve y todo el resto. De hecho, cuando alguien me dice, “Rabino, yo no soy religioso pero cuido los Diez Mandamientos”, frecuentemente me pregunto si son conscientes que cuidar el Shabat es el mandamiento número cuatro.

Al leer los Diez Mandamientos esta semana, resolvamos mantener nuestro balance judío, no renguear o que nos falte una mano. Que, con favor de D-os, vivamos una vida judía completa, íntegra, rica y bien balanceada. Amen.

LA CURA PARA LA ENVIDIA

"No debes desear la casa de tu prójimo." (Shemot 20:14)

D-os nos provee a cada uno de nosotros de todos los recursos - posesiones, talentos y fortalezas - que necesitamos para poder cumplir con nuestra misión única en la vida. Cada uno alcanza su realización máxima al dedicar esos recursos a nuestra misión Divina y utilizarlos para elevar la percepción de la presencia de D-os en el mundo. Cualquier recurso que D-os no nos haya dado en algún momento, es porque no es necesario para cumplir nuestra misión, y de hecho nos desviaría del desarrollo máximo de nuestro potencial. Reflexionar sobre esta verdad curará nuestra envidia.

Hitvaaduiot 5742, vol. 3, págs. 1661-1662.

Éxodo (Shemot)  18:1 – 15:23

La quinta sección del libro de Éxodo comienza con el relato sobre cómo el suegro de Moisés, Jetro (Itró en Hebreo) se une al pueblo judío en el Monte Sinaí. Continúa con la culminación de toda la historia humana hasta ese momento: la entrega de la Torá. Entre estos dos relatos está la narrativa de cómo Jetro le aconsejó a Moisés - luego del descenso de Moisés del Monte Sinaí - para que estableciera un sistema judicial.

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UN ACTO DE AMOR

Por David Kaufman

Tía Rosie nació judía. Ella falleció anoche. En ese ínterin, tuvo muy poco contacto con el Judaísmo. Muy poco. Tía Rosie - la tía de mi mujer, única hermana de su madre - es fácil de describir. Era bajita, canosa y siempre sonriente. Desde que la conocí, hace más de veinte años el día de mi boda, ella siempre así. Ella veía el mundo tal como era, pero nunca veía el mal. Podía criticar las personas, a veces podía ser un poquito ácida, como una naranja dulce. Pero con todo juicio viene la aceptación. Ella amaba simplemente. Ella amaba generosamente. Y gentilmente. Una gentileza generosa. Una generosidad gentil.

Tía Rosie tenía sólo una sobrina, mi mujer, y se complacía con ella y sus hijos. Sus realizaciones eran secretamente triunfos para ella. Pero suficientes. Hay una virtud furtiva.

Cuando falleció, su hermana, la madre de mi esposa, dijo: "Ella debería tener un sepelio judío adecuado. Finalmente, nació judía, y es eso que ella era." Y me pidió para ver se era así.

Mi suegra vive en Florida. Mi mujer y yo en otro estado. Tía Rosie vivía en el Nordeste. Y por lo tanto llamé a un rabino, Rabi Moshe de Welesley, Massachussets. No nos conocíamos. Y aquí estaba yo, un judío de una ciudad distante, pidiéndole para hacer el funeral de la tía de mi mujer, como debe ser el sepelio de un judío. Le conté la historia de Tía Rosie. Un alma judía necesitada de acercarse a sus fuentes. "Ningún judío, ningún hijo de Avraham, Itzjak y Yaacov, Sara, Rivka, Rajel y Lea, puede alejarse del Judaísmo, quedarse distante de casa. Se trata de aproximarse de aquello que ya somos - escuche decir del otro lado de la línea.

Rabi Moshe hizo lo que hizo porque es eso que los judíos hacen unos por los otros. Tal vez él jamás hubiera visto cualquier uno de nosotros - yo, mi mujer, los parientes de ella. Pero una neshamá, una alma judía, siempre reconoce otra, pues al hacerlo, se reconoce a sí misma. Esta bondad es descrita en el libro básico de la filosofía Jasídica, el Tania, capítulo 32, para que todos vean. "Ama tu prójimo como a ti mismo" … pues cuanto al alma y espíritu, quien puede conocer su grandeza y excelencia en su raíz y fuente en D-os? Siendo todos iguales…" La unicidad y unión del pueblo judío. Eso era lo que le gustaba a la Tía Rosie.

Ella, que evitaba contiendas, que huía de la discordia, que abominaba la discordancia - ella que sabía tan poco sobre lo que era un alma judía.

Creo que a ella le habría gustado ese rabino, el judío, que certificó de que su vida terminaría como comenzó. Y creo que ella nos habría pedido considerar que amar al prójimo judío y la unidad judía debería extenderse, en palabra y acción, al judío en el otro lado de la mesa, en el otro lado del espectro, en el otro lado del planeta. Pues los lados son externos, y dentro está solamente una neshama, un alma judía…

Leilui nishmata - para la elevación del - alma de Raizel bat Yossef.

LA BODA JUDÍA

La boda judía es un tapiz tejido con muchos hilos: bíblicos, históricos, místicos y legales. Los hilos forman una cadena de continuidad judía que se remonta a más de 3.800 años atrás. He aquí una breve síntesis de los principales componentes de la boda judía:

La Recepción Previa a la Jupá

La boda se inicia con una recepción - en realidad: dos recepciones: una para la novia y otra para el novio. (Tradicionalmente, el novio y la novia no se ven toda la semana previa al casamiento).

Después de la recepción, el novio va donde está la novia y le cubre el rostro con un velo, enfatizando que no está interesado únicamente en su belleza externa sino más bien en su belleza interna, que no se va con los años.

La Jupá

El novio y después la novia son escoltados a la jupá (palio nupcial) por una “guardia de honor” que porta velas en las manos y que por lo general está compuesta por los padres de ambos novios. En las comunidades ashkenazíes, la novia circunda al novio varias veces, creando un muro invisible, dentro del cual ella va a entrar, excluyendo a todos los demás.

El rabino oficiante recita la bendición del casamiento y entonces el novio le coloca el anillo de casamiento a la novia en el dedo. “Con este anillo”, dice él, “estás consagrada a mí según la ley de Moisés y de Israel”.

Luego se lee en voz alta la ketubá (contrato matrimonial). La ketubá enumera las principales obligaciones que tiene el marido para con su mujer.

El último paso de la boda es la lectura de las “Siete Bendiciones” con una copa de vino. Entonces el novio pisa con el pie una copa de vidrio, para recordar la destrucción del Sagrado Templo, para que no lo olvidemos en un momento de alegría, y todos gritan: “¡Mazal Tov!”.

Los novios se recluyen entonces en una habitación en la que pasan algunos minutos solos.

La Recepción

Es una gran mitzvá participar en las bodas y alegrar el corazón de los recién casados. Cuando entra la pareja, se los recibe con música y con bailes: los hombres con el novio y las mujeres con la novia. Se alienta a todos a que participen de los bailes y de los festejos.

La Bendición de Después de las Comidas

Tras la recepción se recita la Bendición de Después de las Comidas y las mismas Siete Bendiciones que se recitaron en la jupá.

 

 

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