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No al Negacionismo

Fuente: cciu.org.uy

El Comité Central Israelita del Uruguay responde en Semanario Búsqueda a la carta que se publicara la semana anterior que fuera enviada por Félix Demetrio Sánchez Sánchez, negador del Holocausto. Leer texto completo.

Sr. Director

El Sr. Félix Demetrio Sánchez Sánchez,  que dice haberse sentido agraviado por la publicación de su nombre por parte de la periodista Victoria Fernández, solicita a este prestigioso semanario su derecho a réplica. La nota de la periodista se ajustaba estrictamente a lo acontecido con este docente de Física de Secundaria, que en sus redes sociales negaba el Holocausto judío.

Aunque Sánchez dice que el juicio a que fue sometido culminó “como haber llegado a tablas en el ajedrez”, no está en lo cierto.

La demanda que le inició la Institución Nacional de Derechos Humanos tuvo su debido proceso legal ante el Juzgado Penal de 44º Turno. Y la justicia, con la intervención de la jueza Dra. Diovanet Olivera Cardozo, el fiscal Dr. Diego Pérez y su abogado defensor, entendió que Sánchez había incurrido en el delito de “Incitación al odio, desprecio o violencia  hacia determinadas personas”, previsto en el art. 149 bis del Código Penal,  por lo que fue fichado y formalizado.

Para evitar una condena más grave, asumió un compromiso reparatorio que implicaba someterse a ciertas  medidas restrictivas. Tenía prohibido cambiar de domicilio o dejar el país, debía presentarse quincenalmente ante la autoridad policial, y se comprometía a no reincidir en este tipo de publicaciones. Asimismo debía publicar tres veces en sus propias redes que comprendía el  ”extraordinario dolor” que ocasionó, que entendía que su postura constituía una herramienta hábil para fomentar el desprecio hacia la comunidad judía y a asistir a una visita guiada al museo del Holocausto de Montevideo.

Una vez cumplidas todas sus obligaciones en julio pasado, la acción penal quedó extinguida, se canceló su anotación en el Registro Nacional de Antecedentes Judiciales y su libertad volvió a ser completa.

Sánchez se considera agraviado por ver expuesto su nombre, cuando siendo profesor de Secundaria difundió ampliamente sus opiniones en las redes sociales con su verdadera identidad, y luego utiliza su carta de réplica para reafirmar y darle mayor publicidad a los conceptos que lo llevaron ante la justicia.

Amparado en la libertad de expresión y en que aún en nuestro país no constituye un delito negar el Holocausto judío, Sánchez lo califica de mito, dogma o falacia impuesta a través del cine de Hollywood. No hace falta ser licenciado en psicología para darse cuenta cuál es el sentimiento que lo motiva a tener como pasatiempo ser “investigador independiente de historia” negando una de las mayores catástrofes que asolaron a la humanidad, que  aniquiló a un tercio del pueblo judío y que es uno de los acontecimientos más y mejor documentados de la historia.

Steven Spielberg al investigar lo sucedido para filmar “La lista de Schindler” quedó tan impactado con las narraciones de los verdaderos sobrevivientes que creó una fundación que atesora un archivo con más de 52 mil testimonios de sobrevivientes alrededor del mundo. Sánchez tiene el derecho de considerar que este tipo de pruebas, cargadas de subjetividad son “débiles”.

 

Sin embargo existen edificios enteros repletos de todo tipo de material incluyendo documentos, objetos, fotografías y filmaciones, imponentes museos en las principales ciudades del mundo y hasta los propios campos de exterminio que siguen en pie, que se pueden visitar y que aún conservan muchos vestigios como instalaciones, cámaras de gas, hornos crematorios, objetos personales y hasta las cenizas de las víctimas.

En enero de este año la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución referida al Holocausto cuya frase más representativa dice: “Ignorar los hechos históricos de ese terrible suceso incrementa el riesgo de que se repitan”.

Insistir en la negación es faltarle el respeto a las millones de víctimas, es volver a someterlas a las atrocidades que padecieron. Es sin duda una expresión actualizada pero inequívoca del más rancio y tradicional odio a los judíos (se llama antisemitismo, pero no quiero desviar el tema con discusiones etimológicas).

La teoría de que todo es un “invento” como parte de una conspiración internacional de los judíos para dominar el mundo o para beneficiarse política, económica o de cualquier otra manera son las mismas acusaciones y justificaciones en que se basaron los nazis para ejecutar el genocidio.

En mi condición de presidente del Comité Central Israelita,  pero mucho más como nieto de sobrevivientes de la Shoá, y recordando a las decenas de mis familiares masacrados por la barbarie nazi, es que escribo estas líneas con lágrimas en los ojos y el corazón estrujado por la constatación de tanto odio irracional encubierto como libertad de pensamiento.

Gerardo Stuczynski

Agosto 2022

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