Habrían sido destruidos depósitos de misiles de Irán, que Israel sostiene siempre son una amenaza a su seguridad
Un fuerte ataque aéreo-que Siria atribuyó de inmediato a Israel- fue llevado a cabo en la noche entre miércoles y jueves en la zona industrial de la ciudad de Aleppo en el norte de Siria. Por lo menos 7 personas murieron. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, todos los muertos eran tropas iraníes o milicias islámicas chiitas extranjeras que están vinculadas a Irán y apoyan al régimen del Presidente Bashar el-Assad.
Rami Abd el-Rahman, del mencionado observatorio, declaró que todos los blancos atacados eran iraníes, camuflados como instalaciones civiles, pero utilizados por las Guardias Revolucionarias iraníes como almacenamiento de armas y misiles.
“La agresión israelí atacó algunas posiciones en la zona industria Sheikh Najjar”, decía el comunicado militar sirio luego del ataque. Este alegaba inclusive que “varios misiles enemigos fueron derribados”. Según la agencia oficial siria Sana “la defensa anti aérea de Siria estaba operativa y derribó el 70% de sus blancos”.
Este tipo de comunicados sirios deben ser, siempre, tomados con mucha cautela. Si bien esta vez Israel –a diferencia de lo que hizo en los últimos aproximadamente dos meses-no confirmó su autoría del ataque, volviendo a la política de nebulosa practicada durante años, cuando sí reivindica, no suele dar detalles operativos.
El Ministro Yariv Levin, uno de los más allegados al Primer Ministro Biniamin Netanyahu, declaró a la radio pública KAN que “la política sigue siendo la misma”, pero procurando no confirmar que fue Israel, aunque tampoco desmintió.
“La política” a la que se refiere es la proclamada repetida, explícita y categóricamente por Netanyahu: Israel no permitirá a Irán instalarse militarmente en Siria. Si bien no está plenamente claro cuán efectiva ha sido esta línea y en qué medida los operativos israelíes de los últimos años –tanto los confirmados como los que se estima fueron obra de Israel- lograron socavar los esfuerzos iraníes, sí es evidente que no se ha logrado sacar a Irán de Siria ni frenar totalmente sus constante intentos de afianzar su presencia militar en territorio sirio.
Cabe recordar: dicha instalación es percibida por Israel como una amenaza directa a su seguridad. Irán, que no tiene frontera siquiera con Israel, quiere tener una presencia directa junto a territorio israelí, para poder escalar su capacidad ofensiva .
Sea como sea, hace años que arma a Hizbala, que es el brazo de Irán en Líbano, y que junto a las Guardias Revolucionarias Iraníes han sido claves en la supervivencia del régimen de Damasco.
El Canciller en funciones Israel Katz declaró al portal israelí Ynet que “de acuerdo a fuentes extranjeras, la Fuerza Aérea atacó a tropas iraníes en Siria”. El modismo “según fuentes extranjeras” suele ser usado como muletilla cuando no se puede confirmar oficialmente algo que Israel no reivindicó de modo abierto. “De acuerdo a lo que Irán sabe, fuimos nosotros”, agregó Katz. “Desde un punto de vista militar, fue una acción extremadamente desafiante”.
Con declaraciones de este estilo, sin confirmar, da a entender con bastante claridad lo ocurrido. Es un intento de maniobrar en medio de lo que fue siempre una política de nebulosa, que Netanyahu pareció dejar de lado hace varias semanas al comenzar a confirmar públicamente la autoría israelí. Tiempo atrás, el Primer Ministro confirmó que Israel había llevado a cabo “cientos de ataques” contra blancos iraníes en Siria.
Eso fue criticado por elementos de oposición y también por algunos políticos del oficialismo, comentándose que la motivación del cambio de actitud parecía ser la proximidad de las elecciones en Israel.
La confirmación oficial de la autoría israelí en tal o cual operativo, tiene otra dimensión compleja: deja a los atacados, en este caso Siria o Irán, poco margen de maniobra y les dificulta decidir no responder, porque “quedan mal” si no lo hacen, mientras que cuando Israel no reivindica, ellos pueden inventar versiones en el plano interno para evitar reaccionar. Si saben que no les conviene una escalada, prefieren obviarlo.
