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Vidas Uruguayas en Israel: Ignacio Mastandrea

Ignacio Mastandrea (29) , llegó de Uruguay a Israel en el 2017 para realizar su Doctorado en Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad de Tel Aviv. Lo está cursando trabajando como Investigador en el laboratorio de la Profesora Dinorah Friedmann-Morvinski, también uruguaya.

Ignacio con la Profesora Dinorah Morvinski-Friedman (en el medio) y la Dra Liat Rousso Noori , directora del laboratorio y coautora con Ignacio de su escrito de inmunoterapia para glioblastoma

 

Tiene a toda su familia en Uruguay, sus padres, su hermana, tíos primos y amigos. En Israel está en pareja desde hace 4 años, casado desde agosto del año pasado.

 

 

P: Ignacio, aún no nos conocemos personalmente, pero me enteré de vos por la Profesora Dinorah Friedmann-Morvinski, compatriota nuestra, en cuyo laboratorio trabajás, haciendo tu Doctorado.  Contame por favor al respecto, cómo presentar lo que estás haciendo ahora en la Universidad de Tel Aviv.

R: Te cuento que  estoy terminando el doctorado en bioquímica y biología molecular. Si bien se nos requiere tomar algunos cursos, el trabajo en el laboratorio es lo que te ocupa casi la totalidad del tiempo y en lo que en la práctica le damos más peso. Mis días consisten en pasar la mayoría del tiempo trabajando en el laboratorio, es realmente un trabajo de tiempo completo.

 

P: ¿Cómo fue que llegaste a Israel? ¿Dónde surgió el vínculo?

R: Meramente por Dino, o sea Dinorah. Nos conocimos en Uruguay cuando dio una charla en el Instituto Clemente Estable, que era donde yo trabajaba en esa época. Yo ya estaba pensando en hacer un doctorado afuera para perseguir una carrera académica más ambiciosa. Cuando me enteré que Dino estaba buscando estudiantes de doctorado y obviamente, debido a que me interesaban sus líneas de investigación, decidí escribirle y bueno, el resto ya es  historia.

P: Rebobinemos por un minuto antes de seguir avanzando en el tema de tu trabajo académico en Tel Aviv. Contame por favor qué hacías en Uruguay.

R: Básicamente estaba en la misma, con la idea de hacer una carrera académica. En Uruguay hice el Bachiller en bioquímica y el Master en biología celular y molecular, que terminé unos meses antes de venirme a Israel.

P: ¿En qué consiste exactamente tu investigación?

R: Nosotros investigamos tumores cerebrales extremadamente agresivos, para los cuales hoy por hoy no se cuenta con una propuesta terapéutica que sea realmente efectiva. Hay todavía mucho que entender y es un campo de investigación bastante activo.

En los proyectos en los cuales trabajo lo que nos interesa es modificar células del sistema inmune de los pacientes con ingeniería genética, para que así puedan identificar específicamente a las células cancerosas y destruirlas. Ya hemos publicado un trabajo en esa área donde identificamos un nuevo target hacia donde podemos dirigir las células del sistema inmune, hicimos estudios preclínicos en donde observamos una respuesta terapéutica favorable. Ahora estoy trabajando para mejorar esa respuesta.

 

El capítulo israelí

P: Estás en Israel hace ya 4 años. ¿Ya sabés por cuánto tiempo más? 

R: Terminaría idealmente el doctorado el Julio de este año. En setiembre ya me mudaría.

P: ¿Qué dice tu familia en Uruguay?

R: Están contentos de que me vaya bien acá. Les hace ilusión conocer (de hecho mi madre y mi hermana están ahora en Israel de visita) . Obviamente se extraña mucho, pero siempre van a estar felices si yo soy feliz.

 

Con familia y amigos despidiéndolo en el aeropuerto 

 

P: ¿Aprendiste hebreo?

R: Si, fui aprendiendo informalmente con los años, por mi cuenta y con ayuda de mi pareja y amigos. Hoy por hoy, me manejo bastante bien.

P: ¿Quién están en  tu círculo de contactos y amistades en Israel?

R: Por suerte es un círculo bastante lindo. Conocí a mi pareja israelí con quien  estamos juntos hace años. Además, he logrado hacer amigos en el trabajo, en el barrio, bares, mediante otros amigos. Tengo amigos uruguayos, israelíes, americanos y de otras partes del mundo.

 

Con Eyal, su pareja israelí

 

En el casamiento de una compañera del laboratorio..La segunda a la izquierda es la Profesora Dinorah Friedman-Morvinski. La primera de la izquierda es Alina, también uruguaya.

 

P: ¿Cómo compararías entre lo que imaginabas y lo que estás viviendo en Israel? 

R: La verdad que vine acá con 0 expectativa, así que realmente no esperaba nada más que hacer un buen doctorado, cosa que por suerte se pudo hacer. Pero bueno, la vida además me sorprendió y terminé integrándome de lo mejor que se puede en la sociedad israelí siendo un extranjero. Crecí, aprendí, cambié y me fui hallando a mí mismo en esta experiencia

P: ¿Sentís que podés emitir una opinión sobre Israel como país, como sociedad, más allá del mundo de la investigación científica en el que estás inmerso?

R: Creo que sí. Es  una sociedad en donde conviven grupos con costumbres muy distintas, gente de todos lados del mundo, religiosos con laicos, etc.

La sociedad israelí puede ser un poco dura a primer encuentro, es difícil para mucha gente entender lo directa que es la gente acá, lo dura y combativa que puede llegar a ser, pero debajo de esa cáscara un poco gruesa, también es un hecho que cualquier persona en la calle va a parar a ayudarte si precisas algo, o desearte un buen día después de resuelto un mini conflicto. Hay ciertos rasgos que se mantienen en la sociedad independientemente de lo distintos que sean todos, como el sentido de comunidad y de ayudar el otro , que están tan presentes en la sociedad israelí como el hecho de ir brutalmente al grano o no tener miedo a enroscarse en una discusión por cualquier cosa.

P:  Hacés unas apreciaciones muy interesantes. ¿Dirías que también en el mundo de la ciencia sentís que hay una  idiosincracia muy israelí, que lo que conocías en Uruguay lo que ves acá son dos mundos distintos?

R: No creo que sea un mundo muy distinto, estas cosas que se comentaban antes se trasladan a la manera que se hace ciencia acá, capaz un poco más tranquilo (la gente no se pelea como en el bus). Yo en lo personal me siento muy cómodo con eso, creo que esa forma de ser del israelí en la ciencia se traduce a ser efectivo y práctico, obviar formalidades y manejarte mejor con la gente andando sin vueltas.

El empuje israelí

P: Como bien sabemos, se habla de Israel como la “start-up nation”. Conociéndolo ahora desde adentro ¿dirías que se merece el título? ¿Y por qué?

R: Honestamente el mundo del “start-up” y las compañías privadas no es algo que me interese mucho. Yo tengo una vocación más bien académica por lo que por lo general no me detengo a mirar ahí.    Igual creo que midiendo el peso que tiene en la sociedad y viendo como es el principal mundo que capta profesionales y gente que busca trabajo, además de entendiendo el impacto que genera en la economía israelí, se puede decir que si, se merece el título.

Haciendo ciencia …en Israel y en Uruguay

P: ¿Cómo es la dinámica diaria de un investigador científico que viene por unos años y sabe que no se queda aquí? O sea ¿cómo se maniobra entre la rutina en la que uno se inserta y el saber que tu vida estará en otro lado?

R: Mi mayor arrepentimiento fue haber venido acá con la mentalidad de que estaba de paso. Una vez que dejé de pensar en eso, pude saltar un gran obstáculo y me pude insertar más exitosamente en la sociedad. Yo creo que para la gente como nosotros (investigadores) lo mejor es manejarse en el país donde te toque estar como si tu paso no fuera limitado, además nunca se sabe, tal vez haya maneras o propuestas laborales que te permitan extender tu estancia. Yo hoy por hoy me manejo así y pienso que tengo una experiencia más integra y rica que la que tuve al principio cuando pensaba que estaba de paso. En Israel creo que vale la pena tener esa mentalidad, a pesar de que así pueden ser más intensas las frustraciones que muchas veces conlleva encontrarse en una sociedad que acepta y está preparada para recibir extranjeros en conflicto con un sistema burocrático que la verdad hace por lo general un muy duro manejo de las temáticas correspondientes a extranjeros viviendo acá

P: Yo decía “tu vida”….y me pregunto si al dedicarse a ciencia necesariamente uno busca siempre nuevos horizontes aunque sea por unos años, o puede decidir que hará todo por ejemplo en Uruguay, en este caso.

R: Esa es una muy buena pregunta. Creo que hay de todo, es un tema personal. Tengo amigos que nunca quisieron moverse desde el día uno y decidieron hacer carrera en Uruguay, otros que quieren irse y volver, otros que quieren estar en constante movimiento. Yo siempre tuve idea de irme y a medida que crecía mi vocación y mi ambición tome la decisión de irme cuando me fui, hoy sigo buscando nuevos horizontes y coqueteando con la idea de quedarme algún día en algún lado. Hoy por hoy sigo teniendo fuerza para seguir en ese plan y ganando experiencia hasta que descubra donde es qué voy a asentarme.

Los años de pandemia

P: Como científico ¿cómo has vivido esta pandemia que aún está entre nosotros? ¿La podés analizar distinto del ciudadano promedio que tiene que cuidarse para  tratar de no contagiarse?

R: Creo que como todo el mundo, más o menos. Nosotros no estuvimos mucho encerrados porque podíamos ir a trabajar durante la mayoría del tiempo de cierre. Igualmente fue desgastante, hubo muchos proyectos movidos o cancelados, desiluciones y cambios grandes.

Y bueno, respecto a si puedo analizarla desde otro punto de vista creo que en general no. No tengo mucha idea de temas de epidemiología, salud pública o virología incluso. Lo que sí entiendo más es el tema de desarrollo de fármacos y funcionamiento de vacunas (como inmunólogo). Por ejemplo, ya estaba al tanto de los estudios para hacer vacunas de RNA que vienen desde hace mucho y me pareció genial que al fin pudieran empezar a hacer a andar esa tecnología. Entonces para mi tuvo sentido desde el momento 0 tanto la vacuna como el proceso de inmunización de la gente.

P: ¿Cómo emerge la ciencia, a tu criterio, de esta pandemia? ¿Se puede hablar de la fuerza de la ciencia frente a la de la política? Es que, recordemos…los científicos investigan, desarrollan vacunas y remedios, pero en definitiva, los gobiernos deciden qué dar y qué no a sus ciudadanos.

R: Creo que más que nada ha quedado claro que son mundos que tienen que estar en continuo diálogo y la importancia de eso emergió bastante con la pandemia. Igualmente en realidad es como vos decís, en la práctica la ciencia ocupa un rol de consultor y al final los que toman decisiones al final son los politicos, con cualquiera que sea su interés, a veces basado en conocimiento científico u otras veces en movidas políticas.

P: ¿Cómo funcionó en tu caso el tema de la vacunación en Israel?

R: En mi caso, exactamente igual que para cualquier ciudadano. Estoy con la caja de seguro médico Clalit por medio del seguro que contrato acá y el proceso fue normal. Igualmente sé de otros extranjeros que han tenido algún que otro problema, pero desconozco la razón.

P: Por un lado, sos parte, porque estás hace ya cuatro años, un poco más, y eso no es poco. Por otro, no sos ciudadano israelí. Combinando la visión desde adentro y la capacidad de alejarte un pelín y analizar ¿qué opinión te merece la forma en que el gobierno de Israel está manejando la actual ola Omicron?

R: No sé si esto es pertinente ya que paso la ola ya (risas)…

P: Yo no cantaría victoria, aunque es indudable que los números están bajando muchísimo.

R:  Pero me parecio bien, creo que los esfuerzos que se hicieron antes permitieron tener más flexibilidad en esta ola. Esos se ven reflejados en el hecho de que a pesar de la astronómica cantidad de contagios, el porcentaje de enfermos graves no fue tan grande.

P: ¿Y qué te parece la actitud de la gente?

R: En Israel las cosas pasan muy rápido, a veces demasiado rápido. Hoy la situación es esta, en un par de días pasa algo y ya en la semana se toman medidas que entran en efectividad en seguida. Yo creo que los israelíes que llevan acá toda la vida están acostumbrados a eso. A mí, si bien me acostumbro rápido a todo, al final me ha estado costado lidiar con tanta inestabilidad y con medidas que cambian de un día para otro. Especialmente como extranjero lo que se sufre más es que a veces las medidas generales cambian más rápido que lo que les lleva a las entidades burocráticas entender y plantear cómo afectan las medidas a los que no somos ciudadanos israelíes. En el caso de la pandemia, requisitos para entrar o salir, entrada de tus seres queridos al país, etc., se sufrió bastante eso.

P: Ignacio, quizás se me pasan por alto temas que sea clave plantear. ¿Quisieras agregar algo? Lo que tú quieras.

R: No, solamente agradecerte por la entrevista. Espero que el mío sea un punto de vista de interesante de cómo es la vida de un estudiante extranjero en Israel.

P: Claro que sí. Muchas gracias.

R: A vos.

 

Ana Jerozolimski
(13 Marzo 2022 , 11:14)

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(Texto y fotos: Lily Dayton, cristiana israelí residente en Haifa)

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