Estos libros los he leído hace poco y algunos de ellos más de una vez. Los recomiendo porque muestran distintas arista de la Shoá. Cada uno es único y cada historia merece ser contada. No todos escriben como Aharon Appelfeld, que se lo llama en Israel el "escritor del Holocausto"."La bailarina de Auschwitz" es bestseller internacional, tal vez otros sean menos conocidos, por temas editoriales que no me competen. Desde este lugar una invitación a la lectura, porque forman parte de nuestra historia.Si yo tuviera que elegir uno solo: "Sin Titulo" de Ana Vinocur, se lee con avidez y pertenece a una mujer que ha forjado consciencia en nuestro país y en América Latina.
"Un libro sin título" de Ana Vinocur
Volví a leer este libro después de 30 años. Fue un descubrimiento. Este libro es una joya, debe ser reeditado y difundido.
Merece ser libro de texto en Secundaria en Uruguay. La narradora, que no pretende ser una literata, cuenta de manera sencilla en crescendo la deshumanización que le toca vivir. Me recuerda mucho a Ana Frank, tal vez porque es una chica joven la que narra. La clave del libro y lo que la impulsa a seguir adelante es que quiere contar la historia. Siente que es su responsabilidad como sobreviviente, cuando muchos optan por el silencio. Hoy día sabemos que el pasado queda en nuestro inconsciente, de ahí las pesadillas que los sobrevivientes tenían aún cuando sonreían durante el día. El pasado no se borra de un plumazo. Ella fue pionera en América Latina en contar su historia un testimonio de los horrores y vejaciones que padecieron millones de seres humanos bajo el nazismo. La autora narra su periplo por Lodz, Auschwitz, Stutthof y en buques que fueron bombardeados en el mar Báltico. Su libro inspiró a muchos sobrevivientes a hablar.
“Hasta que no estes en su lugar” de Ilana Lamstein
La escritora, una joven mujer uruguaya, cuenta la historia de una amiga de la familia, Mónica e investiga de manera profesional y no brinda una novela rica en documentos que recorren las huellas del Holocausto Judío.
“Hasta que no estés en su lugar” no se asocia a la idea de reparación. Es una expresión a la que Mónica recurría en forma frecuente en los encuentros con la escritora, y que da alguna forma resume el sentimiento que ella experimenta hacia la figura de su padre en particular.
Lo más relevante del libro es el relato personal mezclado con los documentos, con documentos en su idioma original, que muestran la realidad de los hechos.
La autora comenta:
“La documentación fue fundamental para la construcción de la historia, brindando datos irrebatibles de hechos, fechas y lugares. Así mismo, el legajo incluía certificados y declaraciones personales, poniendo al descubierto verdades desconocidas por Mónica. El relato de la protagonista no cambia, lo que cambia es la forma de articular la historia, intercalando sus recuerdos y vivencias con una documentación irrefutable de los acontecimientos”
"Historia de una vida" de Aharon Appelfeld
Este libro es, justamente, una confrontación con el recuerdo y la memoria para contarla propia vida. Este doloroso ejercicio de rememoración conduce al autor a una infancia marcada por el horror de la deportación a un campo de concentración nazi y por la pérdida absoluta de cualquier vínculo afectivo tras la desaparición de su familia, poniendo punto final a la inocencia y a la niñez. A lo largo del propio relato, sin embargo, Appelfeld va desafiando el dolor que le supone el encuentro con sus recuerdos y desentierra aquellos que, para poder continuar viviendo, tuvo que ocultar en los pliegues más profundos de la memoria.
Es un libro de iniciación para recorrer su obra. Lo escribió en una época que no era común en Israel utilizar el Holocausto como materia literaria. Esto era la historia reciente y solo se utilizaba para narrar eventos reales con un rigor histórico. Appelfeld habla mucho del silencio en todo el libro. El silencio es parte de su literatura.
Sus textos son profundos y se leen con mucha facilidad. Están escritos en hebreo y desde ahí fueron traducidos. Le costó muchísimo ser editado, iba a contrapelo con la intelectualidad de su época. No se quería hablar del Holocausto como literatura, era historia y punto
¿Es acaso el escritor del Holocausto?
“…ya entonces me clasificaron como «escritor del Holocausto». No hay un apelativo más irritante que este. Un escritor, si lo es realmente, extrae de su interior lo que escribe, y la mayoría de las veces escribe sobre sí mismo; y si sus palabras tienen un significado, es porque es fiel a sí mismo, a su voz y a su ritmo” Tuvo muchas dificultades a pesar de su delicadeza y buena prosa para encontrar editores. Tal vez fue un adelantado a su época. Tiene una escritura fácil de seguir, es profunda y va al hueso. Emociona y convierte a los objetos en protagonistas.
‘La bailarina de Auschwitz’ de Edith Eger
Este libro no sobre el Holocausto solamente, su autora Edith Eger cuenta cómo su historia la ayudó a encontrar su verdadera vocación y convertirse en una discipula de Victor Frankl. Le costó muchos años de su vida darse cuenta que tenía que sanar y perdonar, Este libro es auto ayuda mezclada con autoficción. La mayoría de los sobrevivientes no asistieron a terapia y seguramente murieron con sus demonios. La autora además de contar su historia, habla de sus pacientes, algunos que estuvieron en Vietnam, otros en situaciones familiares complejas.
Eger tenía dieciséis años cuando los nazis invadieron su pueblo de Hungría y se la llevaron con el resto de su familia a Auschwitz. Al pisar el campo, sus padres fueron enviados a la cámara de gas y ella permaneció junto a su hermana, pendiente de una muerte segura. Pero bailar El Danubio azul para Mengele salvó su vida, y a partir de entonces empezó una nueva lucha por la supervivencia.
Su mensaje es claro: tenemos la capacidad de escapar de las prisiones que construimos en nuestras mentes y podemos elegir ser libres, sean cuales sean las circunstancias de nuestra vida. Esta es la base de la logoterapia, ella se recibe ya mayor de terapeuta.
‘La bailarina de Auschwitz’ de Edith Eger es un relato de superación. Sobre la capacidad del ser humano para sanar y sobre cómo, si nos lo proponemos, podemos vencer la adversidad.
Primero en los campos de exterminio, luego en la Checoslovaquia tomada por los comunistas y, finalmente, en Estados Unidos, donde acabaría convirtiéndose en discípula de Viktor Frankl. Fue en ese momento, tras décadas ocultando su pasado, cuando se dio cuenta de la necesidad de curar sus heridas, de hablar del horror que había vivido y de perdonar como camino a la sanación.
Hay una gran diferencia entre la victimización y el victimismo, como bien nos lo explica la narradora. Una viene del exterior y si trabajas en ello, puedes llegar a vencerla, pero la otra viene del interior de cada uno de nosotros. Un sentimiento que hace que realmente creamos que nos merecemos todos los que nos pasa. Es una forma de pensar culpabilizadora, pesimista, atrapada en el pasado, implacable y castigadora que se convierte en nuestra propia cárcel y es ahí donde realmente debemos empezar a cambiar. A dejar de pensar como víctimas y avanzar. Edith muestra el camino que recorrió, ya que su pena empezó en la línea de selección mientras la separaban de su familia en Auschwitz y la acompaño treinta años después cuando por fin pudo perdonar. Perdonarse así misma por estar viva y porque siempre se puede volver a empezar
Este libro tiene mucho de psicología y habla de la importancia de perdonar, hay un momento donde ella va a la que fue la residencia de Hitler y dice “yo te perdono”, para comprender esta situación, es necesario mucho trabajo interior y saber que la única forma de seguir adelante con nuestra vida es el perdón incondicional que no tiene nada que ver con juzgar a culpables, va por otro camino.