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Vidas Uruguayas en Israel: Prof. Dinorah Friedmann-Morvinski

Dinorah (51)  es científica, investigadora de cáncer en la Universidad de Tel Aviv.

Tiene en Uruguay a sus padres  Andrés y Edith Friedmann, su hermana Ronit que está casada con Aron Biler y tiene dos hijos: Valentina y Federico

Fue a la escuela Integral, liceo, científico-ingeniería peroal mes o dos se cambió para Medicina, para lo cual dio libre Biología y Literatura.

Cuenta que era macabea “a muerte”. Recuerda con especial cariño que en Macabi estuvo en la misma kvutzá (grupo) que Pipe Stein. En 1989 viajó por un año a Israel al Majon de Madrijim, el instituto de liderzgo juvenil y al regresar a Uruguay siguió en la tnuá, movimiento, por dos o tres años más, y llegó a ser la Mazkirá, secretaria general de todo Macabi.

Sus amigas de toda la vida están en Uruguay. Cuenta que son “un grupo increíble de 15 mujeres”, de las que Dinorah y otra más están en el exterior.

Fue miembro de una organización mundial para universitarios judios (The World Union of Jewish Students -WUJS) como representante de Sudamérica.

 

P: Dinorah, a diferencia de las entrevistas generales en esta serie de Vidas Uruguayas en Israel, quisiera comenzar por lo noticioso, y no por el trasfondo de esta conversación. Es que hace poco publicaste, junto con otros colegas científicos de la universidad de Tel Aviv, un trabajo relacionado a avances en el estudio de gioblastoma, un tumor agresivo de cáncer de cerebro.  ¿Podrías resumir de qué se trata?

 

R: Muy cortito y resumido, descubrimos que una población de células del sistema inmunológico, llamadas neutrofilos, si bien en las etapas iniciales del tumor intentan atacar y matar a las células cancerosas, a medida que el tumor avanza, estas células digamos que “se cambian de bando”  y pasan a ayudar al tumor, lo protegen y no permiten que otras células que llegan al tumor para poder eliminarlo logren con su objetivo. Y lo más interesante es que el tumor, que se encuentre en el cerebro, logra reprogramar estas células-cuyo origen es la medula ósea- por “control remoto”, y ya cuando salen al torrente sanguíneo y se mobilizan al tumor vienen predispuetas a apoyar el crecimiento del tumor cerebral.

P: A menudo sucede que se publica algún avance científico en la lucha contra distintos tipos de enfermedades,pero luego los  expertos involucrados aclaran que llevará aún muchos años que eso se concrete en algo palpable que cure realmente . ¿Dónde ubicamos entonces vuestro hallazgo en el nuevo trabajo que comentamos recién? O sea…¿es algo que ayuda a comprender un proceso o que también nos acerca a una cura o tratamiento exitoso contra ese tipo de cáncer?

R: Este trabajo junto con un estudio que también publicamos este año no solo aportan al conocimiento general sobre la biología básica del tumor de cerebro pero acerca la posibilidad de ofrecer una nueva estrategia de tratamiento para pacientes diagnosticados con glioblastoma. Si bien nuestros estudios son pre-clínicos, la idea es poder llevar muy pronto este concepto a la clínica, empezando obviamente por ensayos clínicos y llegando al paciente en un futuro no tan lejano.

P: Que así sea. Dinorah, tuve el gusto de entrevistarte hace pocos años en tu oficina en la universidad de Tel Aviv y me contaste sobre tu trabajo como investigadora de cáncer de cerebro. El nuevo trabajo ¿es un avance de todo aquello o se trata de una nueva vertiente?

R: Es un avance desde la última vez que nos visitaste. Estos estudios llevan tiempo y lo más seguro es que estábamos recién en el comiezo y acumulando datos. Tenemos muchos proyectos que corren en paralelo pero siempre centrados por el momento en cáncer de cerebro.

La lucha contra el cáncer

P: Bien sabemos que hoy en día hay tipos de cáncer totalmente tratables, solubles, que lejos estamos de los días en los que cáncer era automáticamente sinónimo de enfermedad terminal. ¿Cómo explicar cuáles han sido los principales avances en este tema? ¿Y cuáles siguen siendo los desafíos más difíciles?

R: Es una excelente pregunta, pero muy difícil de contestar ya que ha habido muchos avances en los últimos años en muchos aspectos distintos, no solo en el tratamiento del cáncer sino también en el diagnóstico temprano de la enfermedad. Prefiero contestarte refiriéndome específicamente a la inmunoterapia y cómo revolucionó el área del cáncer. La inmunoterapia está hoy en día curando pacientes con distintos tipos de leucemias, lo que nosotros llamamos tumores líquidos . Pero el gran desafío ahora es llevar ese éxito al tratamiento de cánceres sólidos, como el cáncer de mamas, el de pulmón y el de cerebro por supuesto.

P: ¿Cuál es el gran desafío?

R: Aquí los obstáculos que enfrentamos, para mencionar algunos son: la heterogeneidad de los tumores sólidos, el poder “llegar”, tener acceso al órgano donde se encuentra la masa del tumor, y poder penetrar ese tumor sólido, y el microambiente inmunosupresivo que desarollan los tumores sólidos. Son varios los desafíos, pero nosotros así como unos cuantos laboratorios en el mundo, estamos tratando de encontrar soluciones para poder ofrecer más oportunidades de tratamientos a estos pacientes.

P: Un médico logra a menudo curar, salvar vidas. Un cientifico lidia con los desafíos más complicados, investigando lo que aún no tiene respuesta. Seguro que es desafiante…¿pero no es al mismo tiempo más desesperante?

R: Yo siempre le digo a mis estudiantes que en el mundo de la ciencia, de la investigación, el 95% de los experimentos no funcionan. Pero es por ese 5% que sí da frutos, que vale la pena ser perseverante y seguir todos los días levantándose y seguir probando. No hay nada más gratificante que un experimento que funciona y abre las puertas a nuevas preguntas y caminos por seguir.

P: Apasionante y alentador.

R: Así es.

El equipo del laboratorio, en momentos de distensión: Parados ((de izq a derecha): Emily Boxer, Shahar Mansur, Eliana Baruch, Liat Rousso-Noori, Or Zohar, Divsha Sher, Dinorah, Adin Tofield . Abajo: Omri Lindenboim, Ignacio Mastandrea y Alina Brosque (estos últimos dos son estudiantes uruguayos)

 

Ciencia y familia

P: ¿Cómo es la vida de una mujer científica que también es esposa y madre de niños aún no tan grandes? 

R: No voy a decir que es fácil, pero acá le tengo que dar muchísimo crédito a Coby, mi marido, que me acompañó y apoyó en todo este camino. Nosotros nos dividimos todo 50%, desde la educación de los nenes, llevarlos y traerlos a sus actividades y hasta colgar la ropa, cocinar, hacer compras. Hoy en día los dos somos académicos.No siempre fue así. Esto significa que los dos viajamos y participamos de actividades que requieren que uno de nosotros siempre apoye al otro. No sé si fui, o soy la mejor de las madres, pero creo que les doy un ejemplo a mis hijos, que si se tiene pasión por lo que uno hace, todo se puede…

Dinorah y su esposo Coby con los tres hijos de ambos: Gail, Millie, Lian

 

P: Ya me habías contado que tu hija decía que su mamá trabaja matando ratones, o algo por el estilo. ¿Qué sabe la mayor de lo que hacés? ¿Cómo se le explica? Me imagino que desde aquella primera entrevista que hicimos, entiende más.

R: (Risas) ¡Sí! ¡ Qué memoria! Por suerte ya entienden más y por suerte puedo charlar y contarles un poco más a fondo lo que hacemos en el laboratorio. También compartí con ellos entrevistas y artículos que han escrito sobre mi trabajo publicado y ya pueden explicar a sus amigos qué hace su mamá,  más allá de seguir “matando ratones”… ahora dicen “sacrificando ratones” con un motivo justificado: encontrar la cura para el cáncer.

Vida en pandemia

P: ¿Cómo has vivido el año y medio de pandemia? Como ciudadana del mundo, como madre, pero más que nada como científica.

R: Si bien hablo muy bien hebreo, no me gusta escribirlo y leerlo no tanto. Por lo cual me cuesta hacer o participar de proyectos comunitarios en Israel. Pero con esto de la pandemia, se abrió un laboratorio para hacer test de COVID en la universidad de Tel Aviv y ahí encontré mi gran oportunidad. Me ofrecí  de voluntaria para trabajar ahí. Eramos yo y un montón de estudiantes. Y si bien me ofrecieron ser “coordinadora”, yo preferí sentarme con los estudiantes, y hacer lo mismo que ellos. Sin saberlo pasé a ser “trabajadora esencial” así que incluso en los cierres pude seguir viniendo a trabajar y salir de casa, la única, el resto de mi familia se quedaba en casa.

Como científica, si bien leí muchos artículos y seguí los avances principalmente por Twitter, decidí no dejar todo lo que hacemos en el laboratorio e investigar sobre COVID. Muchos de mis colegas lo hicieron, y lo respeto, pero después del COVID, la gente lamentablemente se va a seguir muriendo de cáncer y hay mucho trabajo por delante.

P: ¿Qué opinión te merecen los anti vacunas?

R: Es un tema complicado. Todo depende por qué son “anti-vacunas”, si es por razones políticas o por pensar que todo es una conspiración, etc. En esos casos, realmente me “enerva”. Pero si es por una razón  justificada o por falta de información, entonces está en nuestras manos, explicar o entender a esas personas.

El hogar, la niñez

P: Dinorah ¿qué hubo en el hogar en el que creciste como para que de allí salga una científica como vos? 

R: Mucho apoyo, mucha comprensión, el darnos todas las oportunidades que estaban al alcance de mis padres, sin cerrarnos puertas, pero obviamente educando al mismo tiempo, con el ejemplo, con amor.

Federico Biler, Edith Schatz de Friedmann, Andres Friedmann, Valentina Biler, Dinorah, Ronit Friedmann y Aron Biler.

 

P: ¿Qué aprendiste de tus padres?

R: Muchísimo, no sabría por donde empezar… le debo todo a ellos, la educación que nos dieron a mi y a mi hermana. La importancia del trabajo, de la realización personal, el ayudar a otros sin esperar nada a cambio y la libertad de perseguir nuestros sueños.

P: Qué hermoso Dinorah…Contame…¿A qué jugaba de chica una niña que años más tarde se convierte en investigadora? ¿Algo lo anunciaba?

R: Creo que lo mismo que cualquier otra niña, a las muñecas, a ser cantante, quería llegar a ser estrella de Hollywood. No creo que hubiera algo a esa altura, no soy de esas que ya hacían experimentos en la casa o trataban de atrapar ratoncitos

 

Uruguay e Israel

P: ¿Qué llevás contigo siempre de la Dinora que creció en Uruguay?

R: Mis amigos que no son uruguayos se sorprenden cuando llega la época del Mundial, y ven cómo me transformo en esa loca fanática del fútbol e hincha a muerte de Uruguay. También por supuesto sigo haciendo algunos postres y platos uruguayos que siempre me gustaron (siempre y cuando pueda conseguir acá los ingredientes). Y ya hace un tiempo el mate es parte de mi oficina…

P: ¿Cómo fue tu proceso de aliá?

R: No fue difícil. Por  suerte tuve muchas oportunidad de venir a Israel antes de radicarme, de hacer aliá. Tengo familia, muy cercana, que también ayudó, y principalmente las ganas de estudiar acá.

P: ¿Y tu inserción en la sociedad israelí?

R: Eso solo gracias a que conocí a mi novio, hoy marido israelí, lo cual hizo que todo sea más fácil. Pero hasta el día de hoy, me niego a escribir en hebreo, todos los mensajes de whatsapp en los grupos del colegio los sigo escribiendo en inglés, quizas por una cuestion de ego, no quiero cometer errores, o porque el día que lo empiece a hacer significa que definitivamente y para siempre soy 100% israeli… no sé…

Dinorah y Coby

 

P: Habría que analizarlo…¿Qué es lo que más extrañás de Uruguay?

R: Mi familia por supuesto, máas ahora que tengo sobrinos. Mis amigas del alma y los chivitos, bizcochos, los yo-yos, Ramon Novarro, galletitas Lu-lu, y puedo seguir… la lista es larga.

Con las amigas de toda la vida

 

P: ¿Qué es lo que más te gusta de Israel?

R: La libertad para hacer, decir lo que quieras sin pensar en el que diraá… vivir en Tel Aviv con todo lo que eso significa en lo relativo a  libertad de expresión, en formas de vida. Y por supuesto el poder ser yo plena, llevar mi sionismo y mi judaísmo al punto que a mi me place.

P: ¿Qué quisieras cambiar?

R: No sé, estoy en un momento de mi vida en que logré varios de los objetivos que me había propuesto y no cambiaría nada del camino que tuve que hacer para lograrlo. Obviamente que me duele estar lejos de los mios y a veces me pregunto por que me tocó a mi, por qué de todo mi grupo tuve que ser yo la que se tuvo que ir para realizarse… pero la vida me dio muchas cosas a cambio de ese sacrificio.

P: ¿Algo más que quieras agregar? Todo lo que quieras.

R: Si, un mensaje especialmente para las mujeres y aquellas que quieran hacer ciencia: se puede, y si bien es un esfuerzo, vale la pena. Se puede salir de Uruguay y se puede volver si uno quiere ya que hay muy buenos científicos y laboratorios allá. Pero hay que atreverse…

P: Te deseo el mejor de los éxitos Dinorah. Y que seas vos, con tu equipo, los revolucionarios que hallen las principales respuestas necesarias para curar tipos de cáncer hoy terminales.

R: Amén.

Ana Jerozolimski
(11 Noviembre 2021 , 17:59)

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(Texto y fotos: Lily Dayton, cristiana israelí residente en Haifa)

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