A modo de presentación
Pedimos a Edith que comparta con nuestros lectores los datos centrales de su biografía y así nos respondió:
“Estoy casada con el Dr. Yehuda Schwartz, soy madre de cuatro hijos: Dina, Raquel, Shie e Ionatan. Estoy ejerciendo a pleno la “abuelidad”. Soy Vicedirectora del proyecto Shavei Israel desde fines de 2008, año en que hicimos aliá.
Antes de radicarme en Israel fui Directora General del Vaad Hajinuj y del Instituto Hebreo Chaim Weizmann en Santiago de Chile. Anteriormente dirigí el Instituto Yavne, y antes, el Centro de Estudios Judaicos. Fui docente en todos los colegios comunitarios de Montevideo.
Mi primer título es docente de Historia, egresé del Instituto de Profesores Artigas, después cursé el Master en Educación de la Universidad Católica en Uruguay. Además, soy egresada del programa Leatid del Joint (primera generación) y del Instituto Melton de la Universidad Hebrea de Jerusalem. Tengo un posgrado en Coaching Ontólogico de la Universidad del Desarrollo de Santiago de Chile”.
P: Edith, te pedí esta entrevista para la serie “Vidas uruguayas en Israel”. Quizás es bueno comenzar preguntándote sobre esa combinación…si también al haber decidido radicarte en Israel, llevás siempre parte de Uruguay contigo.
R: Ser uruguaya es parte de mi identidad, mis padres fueron inmigrantes que llegaron a Uruguay entre las dos guerras, mi padre Samuel (z´l) de Charnovich, en ese momento Rumania, y mi mamá Anita, Jane, (z´l) de Kobrin, que en ese momento era Polonia. Uruguay los recibió a ellos, a sus familias y al resto de los inmigrantes judíos que fueron llegando, con los brazos abiertos. En mi casa me trasmitieron mi identidad judía y también la uruguaya, la educación primaria la hice en la escuela 84 que quedaba en la calle Blandengues, en pleno barrio Goes, el barrio de mi infancia, y la secundaria en el Yavne.
P: ¿Cómo es tu vínculo con Uruguay?
R: Justamente mi hija Dina vive en Montevideo y a través de ella vivo la realidad uruguaya. Uruguay no es un pasado, es un presente que está en mí, continuamente. Tengo amigos uruguayos y sentimos a Uruguay muy cerca, en el caso de mis hijos también el fútbol es un tema muy presente.
Cuando vino la selección uruguaya a Israel llevé a mis nietos a ver el partido y verlos a todos vestidos de celeste me sentí muy emocionada.
Empezar de nuevo
P: Tú no viniste a los 18 años sino ya de mujer adulta. ¿Qué te decidió?
R: No es fácil empezar de nuevo cuando uno ya tiene de hecho una vida formada ¿no? Sin duda que no es fácil, yo hice aliá a los 53 años junto a mi hijo Ionatan, con el deseo de estar cerca de mis hijos y nietos. Mi hija Dina sigue viviendo en Montevideo. Creo que fue la mejor decisión que tomé, poder reunirme con Raquel y Shie, que ya habían hecho alía hacía unos años, y ver crecer a mis nietos, que son siete gracias a Dios, es un verdadero regalo de la vida.
P: ¿Cómo es tu vida en Israel? ¿Qué hacés hoy en día?
R: Es una vida plena en lo familiar, cultural y laboral. Sobre lo familiar ya conté un poco. Con respecto a lo cultural, vivo en Ierushalaim (Jerusalem) y aquí tenemos una infinidad de oportunidades de vida cultural, en la actualidad también por zoom, todas las mañanas escucho una clase de la página diaria del Talmud, un fenómeno increíble que en todo el mundo el pueblo judío estudie la misma página del Talmud y también todas las mañanas, en el mismo sentido, esccucho una clase del un capítulo del Tanaj, en una aplicación que se llama “929” (que es el número de capítulos del Tanaj).
P: Contaste en la introducción sobre Shavei Israel, una organización apasionante. Sería bueno que todos conozcan detalles.
R: Pues te diré que desde fines de 2008 en mi rol de Vicedirectora de la fundación Shavei Israel he podido hacer cosas que son importantes. Nuestra misión es acercar a todos aquellos descendientes de grupos que se alejaron del judaísmo a lo largo de la historia, como los bnei anusim, por ejemplo, que son descendientes de aquellos judíos que fueron expulsados de España y Portugal hace más de 500 años, y se encuentran dispersos en Europa y América. O los judios de Kaifeng en China, los sobotniks en Rusia, los judíos que ocultaron su identidad luego de la Shoa y que volvieron a Polonia, y un grupo de bnei Menashe, que provienen del noroeste de la India, y según su tradición oral luego de la expulsión de las diez tribus del reino de Israel a manos de los asirios en el -721 AEC, comenzaron un trayecto a través de la ruta de la seda que los llevó primero a China y luego a la India donde se instalaron en los estados de Manipur y Mizoram. Allí viven y practican el judaísmo y añoran regresar a su tierra, la tierra de Israel.
Michael Freund fundó Shavei Israel y es su presidente, él se ha tomado como misión de vida regresar a los bnei Menashe a Israel. Hemos logrado traer desde la India a alrededor de cuatro mil, a quienes también ayudamos en su absorción en Israel, ya que se encuentran dispersos en diferentes lugares. Los olim que trajimos el año pasado y este año se encuentran el Nof Hagalil, por ejemplo. Todavía están esperando ansiosos en India otros seis mil. Todo aquel interesado en saber más sobre estos grupos y sobre nuestra actividad puede entrar al sitio web: www.shavei.com
El Israel de la realidad diaria
P: Tú por supuesto conocías bien Israel ya antes de radicarte. ¿Es muy distinto el Israel que se palpa y conoce ya viviendo como ciudadana?
R: Sin duda que sí, vivir en Israel como ciudadana te da sentido de pertenencia, cuando venimos como turistas nuestra vivencia está teñida por los colores de la permanencia transitoria. El compartir la cotidianidad nos hace vivir una paleta de colores mucho más amplia, tanto en lo positivo como en lo negativo.
P: ¿En algún momento te decepcionaste?O quizás te sorprendiste para bien…
R: Ambas experiencias, la burocracia en Israel es tremenda y afecta nuestras vidas y las complica, por otro lado no hay día que no me sorprendo para bien de nuestro pueblo, de su solidaridad sin límites, de la infinita bondad de tantos habitantes que ayudan a soldados, que visitan hospitales, que van a acompañar a quienes sufren, es un motivo de orgullo enorme.
Educación judía uruguaya
P: En realidad, una entrevista contigo también podría ir en la serie “Historias comunitarias judeo uruguayas”, porque tú has sido una figura en la educación judía en nuestra colectividad. Recordemos por favor tu trayectoria en ese campo.
R: Fui docente en la red educativa judía comunitaria por treinta años, fui coordinadora de Historia judía en la Escuela Integral, trabajé en el instituto Ariel también, pero mi trayectoria más larga fue en el Yavne, donde tuve el honor de ser directora entre los años 1991 y 1995. Y todavía antes, dirigí durante ocho años el Centro de Estudios Judaicos, el CEJ, lo que fue una experiencia en educación de adultos invalorable. Sin duda el Uruguay y su comunidad judía son mis raíces y el centro de mi formación como docente, donde además tuve la dicha de ser parte de la educación de muchos y muchas adolescentes y adultos.
P: ¿Te animás a analizar las fortalezas y debilidades de la educación judía en Uruguay?
R: Hace casi veinte años que dejé Uruguay, porque viví seis años en Chile antes de venirme a Israel, así que no puedo hablar de lo que pasa hoy. En mí experiencia, el Uruguay es un país con un nivel educativo muy alto, y eso también permea a la educación judía formal y no formal. Las escuelas judías trasmiten conocimientos, pero también el amor al judaísmo y a Israel.
Las tnuot noar, o sea los movimientos juveniles, tienen una importancia enorme en la formación de los adolescentes. Es un fenómeno que no existe en ningún país del mundo en su intensidad y variedad. Las debilidades de la educación se encuentran en lo pequeña que es la comunidad y las dificultades de enfrentar los desafíos que hoy vive la educación formal, que tiene que competir con la tecnología, las redes sociales y los diversos medios de comunicación.
P: Si volvieras a ser docente en una escuela judía en Uruguay luego de los años que llevás viviendo en Israel ¿crees que lo harías distinto que antes?
R: Realmente no, siento que lo que hicimos en la época que fui docente estuvo muy bien, no hay que olvidar que Israel fue el referente de la actividad educativa, y estábamos al día de todos los avances educativos en Israel y en el mundo educativo en general.
La familia
P: ¿Me podés contar sobre la familia que formaste?
R: Raquel está casada con Arik, tienen tres hijos adolescentes, Shie está casado con Naamá, tiene cuatro hijos.
Ionatan está en la facultad, terminó el ejército hace un tiempo y ya está estudiando en Bar Ilan, tiene novia y ya es un israelí un más.
Dina está en Montevideo, cursando un doctorado en ciencias sociales y trabajando en comunicación audiovisual.
Vivimos con Yehuda, que es médico, nos gusta mucho ir al teatro, a la ópera y recorrer Israel, especialmente disfrutamos del Mar Muerto.
P: Si te pusieras hoy a escribir un libro ¿tenés claro cuáles son tus aprendizajes de vida que valdría la pena compartir?
R: Amar a la familia por sobre todas las cosas, saber escuchar a los demás, y luchar por lo que consideramos justo.
Israel y Judaísmo
P: Israel tiene sin duda mucho para compartir de sus experiencias en distintos ámbitos, con el mundo judío. ¿Te parece que también tiene lo que aprender de las colectividades judías en la diáspora?
R: Sí, tiene mucho lo que aprender, desafortunadamente el desconocimento de lo que pasa fuera de Israel en el plano judío es muy grande.
P: ¿Qué es lo que más te gusta de Israel?
R: Muchas cosas: mi familia, la vida judía plena, la cultura, los paisajes, con mi marido paseamos mucho, también me gusta la comida…
P: ¿Y qué te preocupa?
R: Las injusticias, el vivir constantemente en tensión, los abusos de poder y los accidentes que suceden que podrían prevenirse.
P: ¿Qué exportarías de Israel a Uruguay e importarías de Uruguay a Israel?
R: Exportaría de Israel las start up y de Uruguay traería la cordialidad y los buenos modos de las personas.
P: ¿Cuál es tu visión del judaísmo? ¿Cómo explicar que no es sólo una religión ya que como sabemos, hay judíos de mil enfoques distintos respecto a la observancia religiosa, y al mismo tiempo sí está íntimamente ligado al tema religioso?
R: El judaísmo no es solo una relgión, yo lo defnino como una forma de vida, definitivamente hay lentes judíos para mirar el mundo. Me siento muy identificada con la definición del rabino Sacks (z’l) de la Torá como el algoritmo judío. Lo que nuestros sabios piden de nosotros son dos cosas: estudiar y tomar decisiones. No podemos ser pasivos ante nuestro judaísmo, para elegir qué tipo de judío quiero ser tengo que conocer, tengo que estudiar, tengo que usar mi curiosidad, tener sed de conocimientos y así poder ejercer el judaísmo que elegí y tambén trasmitirlo a las futuras generaciones.
P: ¿Cómo te parece que los israelíes nativos, sabras, ven el tema judío? Claro que no me refiero a los religiosos sino a la generalidad del pueblo. O sea…¿te parece que hay suficiente conciencia sobre la importancia de la dimensión judía de nuestra existencia en Israel, o para muchos basta con ser israelíes? Lo pregunto, claro, sin olvidar que hay de todo.
R : Me acuerdo que mi hija Dina viajó al sudeste asiático cuando tenía algo más de 20 años, para nosotros en Uruguay era un viaje exótico, era 1997, pero me contaba que estaba lleno de israelíes.
Pasó Rosh Hashaná en Bangkok con cientos de israelíes en Beit Jabad. Cuando llegó el momento de netilat iadaim, Dina le iba explicando a los israelíes lo que tenían que hacer y la brajá, cuando el rabino pidió que cantaran algo, no sabían canciones judías, eran canciones israelíes, modernas. Dina propuso alguna canción. En determinado momento el rabino le preguntó de dónde era, pensando que iba a decir de algún lugar de Israel, pero cuando dijo que era de Uruguay los israelíes empezaron a felicitarla porque sabía de judaísmo más que ellos. A veces lo que pasa es que el israelí es muy israelí y lo judío queda relegado a otra cosa que no siempre está integrada en el ser israelí.
P: ¿Algo que quisieras agregar?
Agradecerte Janele, por tus amables preguntas y por tenerme presente.
P: Ha sido un honor Edith. Gracias mil.
R: A ti.