Por la docente Sandra Veinstein
El jueves 29 de julio, como todos los años, los chicos que participan del Grupo Guili visitaron el Museo de la Shoá de Uruguay en el marco de su preparación para su Bar-Bat Mitzvá.
Hace ya más de 15 años se dirigen a nuestra institución y organizan estas visitas a las que asisten no solo los chicos del programa, sino que también sus padres y familias para interiorizarse del tema Shoá. Mientras fue posible asistían sobrevivientes a darles la charlas siendo la primera Ana Benkel de Vinocur (Z”L), luego Irene Rabinow de Brunstein (Z”L), Sarita Kempinski de Kaufmann (Z”L) y Larisa Inwentarsz.
La pandemia nos limitó en el número de participantes; este año fueron parte del programa 6 jóvenes y solo podía asistir un adulto por cada uno de ellos.
El encuentro tuvo su marco en nuestra Sala de la Línea de Tiempo.
Los asistentes pudieron recorrerla apoyados por momentos precisamente en el testimonio de la sobreviviente Ana Benkel de Vinocur (Z”L).
Escucharla les permitió comprender la dimensión de los terribles acontecimientos que debieron enfrentar los judíos en Europa bajo el régimen nazi.
La visita culminó con el recorrido en la Sala de los Objetos, donde pudieron valorar y conocer reliquias verdaderas que los sobrevivientes trajeron a Uruguay y generosamente donaron al Museo de la Shoá.
El tramo final nos llevó a la Sala de los Espejos; allí se encuentran más de 3000 nombres de víctimas que fueron asesinadas en la Shoá y lo significativo de estos nombres es que fueron proporcionados mayoritariamente por los sobrevivientes que llegaron a Uruguay.
Como cada año las palabras de agradecimiento de los chicos y sus padres me llenan el corazón y en este año aún más homenajeando la Bendita Memoria de mi hijo Sebastián Taranto Veinstein (Z”L).