El martes de noche, las alarmas sonaron mucho más allá del sur de Israel , hostigado como blanco fijo de Hamas desde hace 20 años. Lo que el sur sufre desde hace dos décadas, lo sintieron esta semana en carne propia también otras zonas de Israel. La ciudad de Raanana fue uno de esos blancos. Y aunque la intensidad fue menor que las constantes alarmas al sur, cada una es un mundo y cada una simboliza peligro y muchos nervios .
Pedimos a Nicole Borek y Norberto Socolovsky que compartan con nosotros su sentir en estos momentos:
“Queremos agradecer a todos los que de alguna u otra manera se contactaron con nosotros para darnos aliento y saber cómo estábamos”
“Hace casi 4 años que como familia decidimos hacer aliá, nos instalamos en Raanana para poder estar cerca de nuestra familia, y un tiempo después tuvimos la alegría y suerte de que se sumaran otros miembros de la familia a esta hermosa ciudad.
La situación que vivimos este martes 11 de mayo, fue la primera de este tipo que sentimos en carne propia. La tensión de los últimos días, todo lo que irradiaban las noticias, nos hizo sentir que algo podía pasar.
Cuando sonó la primera sirena cerca de las 21.00 hs, nuestros hijos se pusieron muy nerviosos y estallaron en llano. Pero los cuatro sabíamos cómo actuar. Bajamos enseguida al refugio, donde nos encontramos con vecinos del edificio. Desde allí escuchamos como "nuestra" “Kipat Barzel”, o sea el sistema anti cohetes “Cúpula de Hierro” , hacía explotar en vuelo los misiles que nos estaban llegando desde Gaza. La realidad es que al parecer esos cohetes no estaban direccionados para Raanana, sino para Natanya. Si escuchamos esas explosiones desde tan cerca, no quiero ni imaginarme cómo sonaría una explosión en nuestra ciudad.
Esperamos 10 minutos en el refugio, y comenzando el regreso al departamento volvió a sonar la sirena. Volvimos a entrar...
Cuando finalmente pudimos entrar a casa, Itai, nuestro hijo de casi 9 años, se durmió enseguida y nosotros , junto a nuestra hija Iara de 14 años, nos sentamos a mirar las noticias.
Lo que más nos duele de ver en las noticias internacionales es palpitar el odio al pueblo judío, al Estado de Israel. Y nos preguntamos: si nos atacan ¿acaso no tenemos derecho a defendernos? Tenemos derecho de vivir. ¿Por qué nos culpan cuando nos defendemos? Afortunadamente, Tzahal, las Fuerzas de Defensa de Israel, es un ejército fuerte que lucha para protegernos.
Gracias a ellos, seguimos viviendo. Am Israel JAI. El pueblo de Israel vive.