Para Verónica Albert, las joyas son momentos, lugares, personas. Sabe que detrás de cada pieza hay una historia y detrás de cada historia, un vínculo, puede tratarse de una pulsera con el nombre "Juli" para una mamá primeriza, de un anillo de compromiso o de tres amigas que quieren una pulsera con una frase para sellar su amistad.
Te invitamos a conocer más de esta emprendedora que hizo de su pasión su trabajo y que no deja de vivirlo con el mismo entusiasmo del primer día.
¿Cómo comenzaste con la orfebrería?
El origen del proyecto está ligado a Perú, donde estuve viviendo. Allá se respira orfebrería, me resultó fascinante y, sin pensarlo mucho,me anoté a un curso. Lo disfruté tanto que después hice uno tras otro. Me había dado cuenta de que quería dedicarme a esto, aunque no sabía muy bien cómo.
Soy Licenciada en Gestión de Empresas, tenía un trabajo de oficina, pero siempre tuve un fuerte deseo de emprender, hacer algo creativo...y siempre me gustaron las joyas.
Siento que Perú despertó algo que ya tenía dentro mío.
¿Cómo describirías una joya creada por vos?
Mis joyas tienen muchísimo de las personas para quienes las creo. Busco conectar con la persona y comprender qué busca para que se sienta reflejada ensu joya.
Además del amor y dedicación que pongo en cada pieza, siento que la joya está realmente terminada cuando el cliente la usa porque se sientefeliz con su compra o regalo.
Lo humano está presente en todo el proceso, por eso las piezas son hechas a mano, en taller, acá en Uruguay.
De niña,¿te gustaba usar collares, anillos o pulseras de tu mamá o algún otro familiar?
¡Sí, de mi mamá y mi abuela! Cuando era chica el mejor plan era abrir sus joyeros y me fascinaba lo que encontraba. Ya amaba las joyas.
¿Cuándo te diste cuenta de que querías hacer del diseño de joyas un emprendimiento con tu nombre?
Verónica Albert Joyas surgió de la combinación de la Administración de Empresas con ese oficio que descubrí.
En Lima me maravillé con el trabajo de los artesanos en lo artístico, pero especialmente con el valor de trabajar a mano y crear piezas hermosas combinando metales preciosos, oro y plata, con piedras andinas.
También quería desarrollar ideas bellas y estéticas con metales nobles y atemporales,e incluir objetos naturales tan fascinantes como las piedras.
Me decidí a estudiar orfebrería en el Instituto Peruano de Joyería y Arte en Lima para apostar a esto no solo como un pasatiempo sino como una profesión.
¿Cómo fue el lanzamiento de tu propio emprendimiento? Contanos una experiencia positiva y una negativa de ese momento
¡Fue lo máximo ! Supuso mucha ilusión y energía, pero más bien fluyó... Mientras seguía en Perú, venía a Uruguay y les mostraba a amigos y familiaresmis creaciones. Empecé a vender en ese círculo,el círculo se fue ampliando y de pronto ya tenía mi propia empresa, antes de desarrollar la marca.
Apenas volví de Perú empecé a diseñar el atelier, la marca...Arrancar de cero es un reto,pero podés moldear todo, la visión de marca, hacia dónde ir, qué transmitir... En este caso, por ser una marca personal, todavía más.Mi empresa es un reflejo mío y viceversa.
Lo positivofue el increíble apoyo de familiares y amigos, con la logística, ideas, decisiones.... Tambiénlos primeros clientes, desconocidos que venían al atelier y, aunque recién empezara, me elegían yregalaban mis joyas.
Algo negativoen aquel momento fue el riesgo de emprender,cambiar la seguridad por la incertidumbre.Viéndolo ahora, volvería a elegir este camino sin dudarlo.
¿Cuál es tu público? ¿Cómo describirías a la mujer que usa tus joyas?
Son mujeres que buscan expresarse, quieren que las joyas reflejen su personalidad, cosas de su vida o potencien su belleza natural.Son mujeres conectadas con lo emocional, que buscan atesorar momentos y sentimientos en algo que puedan llevar consigo a diario .Me piden muchas joyas personalizadas, con el nombre de los hijos, fechas especiales, algo relacionado a su pareja, amigos o familia.
¿Tenés referentes en tu área a la hora de diseñar?
Creo que mis creaciones surgen más bien del conjunto de experiencias que viví, cosas que vi a lo largo de la vida o aquello que me gusta. Si bien no me identifico con algún referente en particular, me gustan muchas diseñadoras de joyas a nivel internacional, me encanta ver qué hacen, qué tendencias siguen... y eso también es una gran fuente de inspiración.
¿Qué es lo mejor y lo peor de ser una mujer emprendedora?
Por suerte hoy hay muchas mujeres que se animan a emprender.Así se construyó una gran red, que va desde alianzas comerciales hasta apoyo emocional. Es algomuy propio de las mujerescrear esos lazos que nos llevan a todas hacia adelante.
Pienso que lo más difícil para muchas emprendedoras es convencerse de que lo pueden hacer y de todo lo que pueden lograr. Por eso es fundamental intercambiar experiencias, apoyarnos y potenciarnos.
¿Cuál es tu visión de la mujer hoy en día?
Veo una mujer liberada, independiente, que va para adelante... la mujer de hoy puede hacer muchas más cosas que antes, pero eso supone más exigencia y una sobrecarga mayor. Me gusta que se acepte que cada una pueda elegir sin ser cuestionada si quiere trabajar de forma dependiente o emprender, si quiere ser mamá joven o serlo más adelante, si es que quiere ser mamá.
Ojalá sea más fácil para generaciones como la de mi hija, Emilia.
¿Cuáles son las mayores diferencias en ser una mujer empresaria, en Uruguay y el exterior?
Uruguay es un mercado chico en comparación con el exteriory eso incide en las posibilidades de crecimiento en el mercado local. Pero por otro lado creo que los clientes son súper fieles y que el boca a boca funciona mucho, porque todos nos conocemos.
Lo bueno es que se han desarrollado cada vez más las oportunidades de trabajar desde Uruguay para el mundo.
¿En qué lugar te posicionás respecto a los diferentes feminismos que existen hoy día?
Pienso que son constructivos cuando se enfocan en lo positivo, en el sentido que mencionaba antes, de construir redes para potenciarnos entre todas.
¿Cuáles sentís que son las áreas que presentan mayores desafíos y objetivos para lograr?
Creo que tanto trabajar como emprender puede ser un reto para madresque no tengan apoyo o ayuda de su entorno. Sería bueno pensar maneras de apoyarlas y contenerlas.Ser mamá conlleva mucha responsabilidad y energía. Por su lado, emprender también supone una gran dedicación. Tal vez algunas en el camino deben sacrificar su vocación. Creo que todas deberíamos tener la posibilidad de desarrollarnos en eso que nos apasiona.