¿Estás trabajando en temas de estimulación temprana, yoga y mindfulness para niños? Contanos ¿cómo llegaste a esto?
Sí. Siempre me apasionó la educación, los niños y la vida saludable. Mi experiencia profesional como psicopedagoga clínica y profesora de inglés en instituciones educativas me permitió identificar la oportunidad de educar desde la promoción de la salud desde una temprana edad.
Por este motivo, luego de graduarme tuve el privilegio de poder cursar una maestría en el área de primera infancia en Macquarie University en Australia. Durante mi estadía allá, trabajé en centros educativos que aplicaban un enfoque innovador y una filosofía holística frente al desarrollo del niño.
Uno de los aspectos que más me inspiró fue la integración de la práctica de yoga y mindfulness dentro de la currícula académica. Pude notar el invaluable aporte de estas herramientas en el desarrollo académico y socioemocional del niño. Por esta razón, decidí complementar mi formación educativa con instructorados de yoga para niños.
Hoy, llegó el momento de combinar todo lo aprendido y agregarle mi impronta personal. Así surge Siendo. Un espacio de educación holística y estimulación temprana.
¿Cuál es la propuesta de Siendo y cuáles son los pilares de su programa?
El modelo de Siendo plantea educar a los niños incorporando elementos que favorezcan su crecimiento integral en múltiples planos: intelectual, emocional, físico, social y espiritual. Para ello generamos experiencias de aprendizaje y autodescubrimiento en las que cada niño es invitado a desplegar su potencial único y relacionarse sanamente con los demás, aplicando herramientas para expresar sus emociones, gestionar conflictos y enfrentar el estrés.
Nuestro modelo holístico se basa en 6 pilares sustentados por una extensa investigación científica en el área de primera infancia y neurociencia.
1- Creatividad artística
Promovemos instancias de expresión artística empleando una gran variedad de materiales y técnicas.
2- Mindfulness
Creamos espacios de relajación orientados a celebrar el momento presente cultivando la calma y la armonía interior para prevenir el estrés.
3- Relaciones interpersonales
Fomentamos relaciones de amorosidad, gratitud y comunicación asertiva con los demás para ser felices en comunidad.
4- Contacto con la naturaleza
Generamos instancias de contacto directo con la naturaleza en las que aprendemos a valorar sus recursos y a comprometernos con el cuidado de nuestro medio ambiente.
5- Yoga y activación del cuerpo
Activamos nuestro cuerpo para que la energía fluya por medio del yoga, una práctica milenaria con gran potencial para conocernos mejor a nosotros mismos y autorregular nuestras emociones.
6- Storytelling
Narramos historias variadas para estimular la creatividad y la imaginación, a la vez que desarrollamos competencias emocionales e intelectuales.
Viajaste bastante, contame ¿cómo fueron tus vivencias en Australia? ¿Qué diferencias encontraste en la vida cotidiana con Uruguay?
Vivir un año en Sydney fue una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida. Me aportó muchísimo tanto en mi desarrollo profesional como personal.
En el ámbito laboral, trabajar en distintas instituciones educativas me permitió incorporar nuevos estilos pedagógicos, contenido curricular, recursos educativos y herramientas innovadoras para aplicar en nuestro país.
En lo personal, uno de los aspectos que más me inspiró de la vida en Manly (la zona donde viví en Sydney) es el estilo de vida saludable y la amabilidad de las personas. Es uno de esos lugares donde parecería no haber prisa y los ciudadanos realmente disfrutan el presente. ¡El contacto constante con la naturaleza, la multiculturalidad en cada rincón, y la oferta recreativa y laboral son alucinantes!
Vos tenes 25 años, ¿cómo recordás una infancia con menos redes sociales y menos on line que la que tienen los niños ahora?
Recuerdo mi infancia como una etapa de pleno descubrimiento, exploración y disfrute. Mucho contacto con amigos, naturaleza y juego. Es verdad que las redes sociales que más usamos hoy en día, en ese entonces no existían. Eso nos permitía tener más interacción con los adultos y niños, más instancias de juego libre y experimentación.
Hiciste shnat, ¿qué vivencias te llevaste de Israel para el resto de la vida?
Sin dudas, fue un año increíble, revelador e intenso. Viajar a Israel con 40 amigos a conocer sus distintos rincones, cultura y diversidad fue algo único. Shnat me aportó un sentido de pertenencia y admiración inmensa al pueblo judío. La posibilidad de vivir en varias ciudades, asistir a clases de todo tipo, realizar trabajos voluntarios y conocer gente de distintos países me aportó un crecimiento increíble, una conexión con el judaísmo, y amigos para toda la vida.
