Creciendo con amor por el arte y la cultura
Vivián irradia un profundo amor por lo que hace. Dirige y disfruta, puede enseñar pero tiene un entusiasmo que indica que le gusta seguir aprendiendo. Y es un placer compartir su testimonio con los lectores.
P: Vivián, al fin concretamos esta entrevista de la que estamos hablando hace tiempo…y creo que nada mejor que hacerlo de cara al Día Internacional de la Mujer. ¿Cómo te gustaría que te presente? O sea…¿qué es lo más adecuado, para no dejar fuera nada que te resulte muy importante? Es que sos la Directora del Museo Gurvich, también Co-directora de la Galería SOA de Arte Contemporáneo.
R: El hecho que soy desde 2017 la Directora del Museo Gurvich, es lo que me da mayor notoriedad y creo, por eso, es lo que me define. Sin duda el pasaje por el Museo ha marcado un antes y un después en mi desde varios aspectos, tanto en lo profesional como en lo emocional.
Aprendo mucho desde el Museo y gracias a él tengo un acercamiento con una parte de la sociedad uruguaya que antes no tenía.
P: Eso siempre enriquece mucho. ¿Me podés dar algún ejemplo?
R: Claro. Trabajamos con poblaciones diferentes, con escuelas públicas de contexto crítico bajo el programa “Aprender” de ANEP y eso nos acerca a niños y niñas de todos los barrios. O con el taller de cerámica con los PPL (Personas Privadas de Libertad) en la cárcel Punta Rieles. Ya vamos por el 3er taller. No habría podido conocer estas realidades si no hubiera sido por el Museo y por José Gurvich a quien agradezco por ello.
P: Pero también la galería significa mucho para vos.
R: Por supuesto. En SOA también disfruto mucho de lo que hago, puedo dar más rienda libre a mi creatividad y a las cosas que más me gustan. Siempre fui –y la verdad es que sigo siendo- muy inquieta, me gusta explorar y concretar acciones culturales de impacto como por ejemplo el trabajo desde y con el arte y los artistas en pro de la educación y-o el territorio. El año pasado apenas comenzada la pandemia finalizábamos la Residencia ACE, o sea Arte como Educación. Convocamos al equipo de Luis Camnitzer en el marco de la construcción de la primera Escuela Sustentable inclusiva en Lo Zárate-Chile, literalmente una maravilla en el medio de la nada. Fue alucinante aquella experiencia que esperamos poder repetir en Colombia este año y seguir por toda Latinoamérica.
P: Y cruzando fronteras, seguro que te enriquecés, aprendés continuamente.
R: Así es.
P: Y dentro de Uruguay ¿qué proyecto te ha entusiasmado en especial?
R: A mí me interesa el vínculo entre la cultura y la ciudad que es donde me muevo y conozco mejor, como el proyecto que generamos en Paso Molino con los vecinos y el viaducto o los murales en varios departamentos de Montevideo sobre figuras de la cultura local de cada sitio; José Cúneo en Florida, Horacio Quiroga en Salto, Juana De Ibarburu en Melo, etc. La gente se emociona, aprende, se interesa por lo que está viendo y como el artista es local, toman un sentimiento de pertenencia y lo cuidan. Todos esos proyectos se realizaron gracias a SOA que es otra veta de mi vida que también agradezco tener y espero seguir sosteniendo. Este año justamente haré un posgrado en Buenos Aires titulado “Cultura y Ciudad: políticas culturales para la transformación urbana”. Y realmente estoy entusiasmada.
El lugar y los desafíos de la mujer
P: Me contabas que desde que asumiste la dirección del Museo Gurvich, se inaugura el mes de marzo con una mujer artista. Es evidentemente en honor al Mes de la Mujer que se señala en el mundo todo. ¿Te parece que la mujer artista en Uruguay se abre camino igual que el hombre? ¿Tiene que lidiar con algún desafío especial?
R: Sobre la primera pregunta la respuesta es No. Siempre la mujer corrió de atrás. Claro que hemos ganado territorio y hoy por hoy la brecha es mucho más corta pero creo que sigue estando. Justamente una manera de que esa brecha se acorte es visibilizando y poniendo sobre la palestra el tema…Si alguien está cansado o cansada del asunto se pide paciencia porque fueron muchos años de desigualdad, por lo tanto tomará tiempo equilibrar.
P: Irradiás mucha molestia al comentar esto.
R: Y aclaro que no soy ni feminista, ni panfletaria y menos político partidaria, solo soy mujer y los datos hablan por sí solos. El 88% del acervo del Museo Nacional de Artes Visuales es masculino. Pasaron 84 años hasta que hubo allí una primera muestra individual de una mujer, que fue Amalia Nieto en 1995. Desde 1911 hasta la fecha la dirección del MNAV fue de 7 hombres y 1 mujer. De 45 artistas en total que representaron a Uruguay en la Bienal de Venecia solamente 5 fueron mujeres y así podemos seguir y seguir….
P: Das esta información tan tajante, y sin duda choca. Y claro que es importante tenerla claro, para saber qué hay que corregir.
R: Es importante que se sepa, prestar atención, sacarle el velo sin un dedo acusador en tono pelea, simplemente mostrarlo. Que hoy hablemos de esto y pongamos sobre la mesa la cuestión de la desigualdad ya es un paso…Yo desde mi humilde lugar lo hago dándole voz y sala a aquellas mujeres que no pudieron mostrar lo que hacían en su época como Marta Morandi recientemente en el Gurvich o próximamente Elsa Andrada, dos talentosas mujeres que estuvieron al costado de sus parejas que eran grandes figuras del arte uruguayo como Yuyo Goitiño y Horacio Torres. Como judía, además, sé que si no queremos que algo se vuelva a repetir se debe hablar de ello hasta aprender y sabemos que al ser humano le cuesta mucho cambiar, seguimos teniendo desigualdades, xenofobia, antisemitismo, guerras, etc., etc.
La identidad judía
P: Esto tan importante que comentás me lleva a preguntarte sobre tu identidad judía. ¿Cómo la vivís? ¿En qué incide en lo que hacés?
R: Creo que yo la vivo como la mayoría de los judíos uruguayos, independiente de mi vinculación al museo. Tenemos esa dualidad , que no es contradictoria pero sí bien particular de inmigrantes o hijos de inmigrantes en su nuevo hogar, por un lado nos sentimos judíos y cercanos a Israel. Sentimos mucho orgullo por las cosas que allí suceden al margen de alguna crítica que cada uno pueda tener pero que son más de índole político que de identidad, que a mi entender no se discute, y por otro lado nos sentimos muy uruguayos. Somos uruguayos. Creo que el propio Gurvich, es un ejemplo de esa dualidad, en su obra uno puede ver un mate y una menorah, el cerro de Montevideo y un kibutz…es la identidad misma del judío uruguayo.
No diría que mi identidad como judía incida directamente en mi actividad laboral pero sí en quién soy.
P: La educación está muy vinculada a todo eso, es parte de la identidad. ¿Cuál fue la tuya?
R: Pasé primero por la Escuela Pública , después por el colegio Kennedy y terminé en el liceo del Instituto Ariel. Además activé en el movimiento juvenil Macabi Tzair, del cual me llevé los mejores recuerdos de mi adolescencia pero sobre todo lo más preciado para mí, que es el valor de la amistad
Un camino personal
P: ¿Cómo ha sido tu propio camino hasta llegar adonde estás hoy?
R: En mi casa desde la infancia siempre nos alimentamos de mucha cultura. Mi padre era austríaco. Uno se levantaba escuchando música clásica todo el día. Pero a la vez soy la menor de 4 hermanos (me llevo 10 años con mi hermana mayor y entre ellos hay otros 2) por lo que alternaba entre Mozart, Beatles o John Travolta, así que musicalmente era una mezcla un poco esquizofrénica ¡¡¡pero interesante!!!. Por otro lado, mi madre, siendo hermana de un pintor (Enrique Weisz 1931-2019) tuvo contacto con el arte, con el taller Torres García al cual pertenecía y al mundillo del arte y trabajó muchos años comprando y vendiendo obras de arte de inversión. A mis padres se los veía siempre consumiendo lectura, el diario, libros, todo el tiempo. Me llevaban a exposiciones, mi madre trabajaba en Galería Aramayo y me encantaba ir y rodearme de los artistas. Me llevaban al Ballet del Solís o al teatro cada vez que podían y las paredes de mi casa estaban empapeladas de cuadros. Entonces creo que ese ambiente contribuyó a que de una forma u otra mi vínculo con la cultura siempre esté presente en mí.
P: Habría sido raro, después de tu descripción, que el resultado fuese otro.
R: Al comienzo empezó como una salida laboral de la mano de mi madre. Éramos socias comprando y vendiendo obras de arte de inversión y un poco también coleccionando junto con mi marido. Pero después se transformó en un proyecto personal, de vida y en el 2010 me animo y abro una galería y espacio de exposiciones en la calle constituyente, SOA arte contemporáneo que hoy se encuentra (en una modalidad diferente) en Ciudad Vieja.
P: Si uno busca tu nombre en internet, aparecés precisamente también como “Gestora Cultural”. Confieso que siempre me pareció tan grande ese concepto que no sé cómo explicarlo bien. ¿En qué consiste? Si es que estás de acuerdo, claro, con esa definición.
R: No me licencié como Gestora Cultural pero supongo que tiene que ver con generar proyectos culturales y accionar que es básicamente lo que hago. Tengo en mi oficina una carpeta repleta de proyectos hermosos que no logré concretar, pero otros sí…
P: Es bueno tener siempre proyectos aún por concretar….
R: Es cierto…y creo que el gestor cultural es el que le da acción y vida a esos proyectos. Y el rol es un poco como un director de orquesta, primero pensar qué es exactamente lo que te interesa decir y hacer, convocar a las personas o artistas indicados, conseguir los fondos (que no es poca cosa), tener una estrategia de difusión y un plan de acción y ¡manos a la obra!
Al frente del Museo Gurvich
P: Uno entra a la página del Museo Gurvich y no ve el cargo de Curador o Curadora, que antes tenía Alicia Haber. ¿No es imprescindible en un museo que haya Curador? ¿O puede haber uno puntual para una determinada exposición?
R: No necesariamente un Museo tiene que tener un curador fijo. De hecho si bien Alicia trabajó mucho la obra de José Gurvich, no era la única. Nosotros hoy por hoy trabajamos con diferentes curadores dependiendo el proyecto. Es interesante ir cambiando de curador porque tienen miradas diferentes y no se “lee” la obra siempre de una misma manera. Es verdad que dependiendo el proyecto se busca el curador indicado porque cada uno tiene una impronta particular al fin. También se da muchas veces que es el propio curador o curadora quien acerca la muestra al Museo.
P: ¿Qué contarías a los lectores sobre el Museo Gurvich? Entiendo que la vida de un museo no pasa solamente por las obras expuestas sino por la interacción que tiene con el público ¿no? Algo de eso ya mencionaste precisamente al comienzo.
R: El fin y propósito de los museos ha variado con los años. Ya no se trata de ese lugar “lejano” que solamente tenía el resguardo de un acervo y que tenía contacto con una parte muy particular de la sociedad. Los Museos creo que deben tener un rol más activo, justamente la palabra puede ser más “cercano”. En pandemia por ejemplo que nos obligó a estar aislados, apenas pudimos nos reinventamos. En ese sentido en “el Gurvich” no nos quedamos quietos porque tenemos un programa expositivo que siempre quiere ser innovador pero también un departamento educativo que trabaja desde la transversalidad con todas las demás áreas y se cuela en todas las partes que atraviesan al museo… se nos planteó un desafío importante, el taller de los niños tuvo que cerrar. Pensá que nos suelen visitar casi 100 niños y niñas por día ya que Gurvich es parte del programa educativo de ANEP desde el 2013 y eso nos garantiza esta hermosa visita por lo que el museo suele ser ruidoso, activo, lleno de vida!
P: Imagino entonces lo traumático de ese cierre.
R: Por supuesto. De repente, el silencio. Fue un shock. Entonces convertimos momentáneamente el espacio de Taller en sala y al otro día ya estábamos planeando “El Museo va a tu escuela” con una respuesta muy positiva de las instituciones. Teniendo en cuenta el protocolo sanitario pudimos llegar a darles el taller a casi 480 niños y niñas de diferentes contextos en tan solo 4 meses sin ningún contagio. Fue un éxito que esperamos poder repetir este año. También generamos talleres online durante los meses de encierro más duros como Taller de Robótica con Pincho Casanova, de Fotografía con Magela Ferero, de iniciación a la escritura con Roy Berocay entre otros…
P: Envidio sanamente a los niños en esos talleres. Yo siempre leía los libros de Roy Berocay a mis hijos, en Israel. Genio total.
R: Muy cierto. Paralelamente seguimos con el programa de extensión puertas afuera gracias a un sponsor y logramos terminar dos murales de cerámica con los PPL en la Cárcel Punta Rieles. Creo que se hizo mucho en pandemia y estamos orgullosos por ello.
P: ¿Cambió mucho el museo desde que el Estado adquirió el museo y dejó de ser privado?
R: Bueno, en realidad como la administración sigue siendo de la Fundación, la misma que antes, no cambió mucho. Y al ser privada, el Museo sigue teniendo cierta libertad de acción que es muy valorada por mi. Claro que al haber ahora un convenio entre ambos (Estado y Fundación) hay un vínculo más cercano con el Estado. Además, estamos a cargo de un acervo que ya no pertenece a la Fundación sino a todos los uruguayos. Pero igualmente nosotros siempre nos alineábamos a las directivas del MEC por lo que nunca tuvimos fricción con el Estado, al contrario, buscamos potenciarnos mutuamente. El fin de la fundación siempre fue y es en pro de la cultura uruguaya, de nuestro patrimonio, por ello nunca nadamos contracorriente, la idea es sumar.
Una visión personal
P: ¿Eras admiradora de la obra de Gurvich ya antes de dirigir el museo que lleva su nombre?
R: Sin duda, Gurvich es una de las figuras más destacadas de nuestro país. Te soy sincera, a mí siempre me gustó su obra, pero además mi familia lo conocía personalmente y mi tío estudio con él en el Taller Torres Garcia. Tuve además el placer y el orgullo de tener obra suya en mi casa, tanto en la niñez como en mi casa de adulta. Sin duda fue para mí un artista muy cercano que sin duda formó mi gusto y valoración del arte.
No obstante, trabajar en el museo me dio la posibilidad de conocerlo en profundidad y no solo como artista sino también como ser humano. Todos quienes lo conocieron dicen que era una persona muy especial, lo reconocen como un ser único , alguien con grandes valores humanos, más allá del enorme talento y creo que además, en su obra se puede apreciar esa mistura típica uruguaya, del inmigrante , en nuestro caso el judaísmo y la uruguayéz, el mate y la menorah.
P: Siempre pensé que al mirar un cuadro, puedo decir si me toca el alma o no, si me gusta o no, pero no analizarlo desde un punto de vista artístico.¿Te parece que eso es quizás lo más importante, que un cuadro emocione, guste?
R: Creo que lo más importante es el punto de intersección entre la obra y el espectador. Ese encuentro es el mágico, pensar que el artista parta de un proceso artístico tan personal, tan íntimo, de las cuatro paredes de su casa o taller para de repente yo espectadora, encontrarme con ese objeto que realizó en su taller tan lejano a mí y toparme con esa obra en un museo, en una galería, en una plaza o donde sea. Ese encuentro es el punto interesante y si, podría decir mágico. Lo que te genere dependerá del espectador y de la obra en cuestión. Y no creo que debamos ser eruditos para apreciar una obra de arte. Hay como un “miedo”, cierto imaginario colectivo que debemos “saber”.
P: Claro, esa aclaración “yo no entiendo de arte”…
R: El arte contemporáneo tal vez exige un poco más del espectador, pero no es un cuco…solo tal vez se deba leer una ficha técnica, investigar un poco sobre lo que se está presentando ahí…dejarnos pensando y hacernos preguntas..si el arte logra eso para mí es maravilloso.
P: ¿Existe en tu opinión algo como un “mal cuadro” o siempre será una opinión subjetiva?
R: Desde el punto de vista artístico creo que es subjetivo…ahora, si pensamos en la compra de una obra es otra cosa. Cuando voy a ir a comprarme un sillón, por ejemplo, importa saber que estoy comprando, yo no soy capaz de determinar si es cuero, simil cuero, plástico….entonces recurro a un especialista que me diga y me cuente del sillón para ver qué estoy comprando. Con el arte es lo mismo…
P: Entonces…¿qué tiene de especial para ti la obra de Gurvich?
R: Sus motivos son variados, y para nosotros, como judíos uruguayos, es también singular que aparezcan en sus cuadros también motivos relacionados a su paso por el kibutz. La obra de Gurvich es parte de nuestra identidad uruguaya sobre todo por sus características humanas, su manera de vivir la vida, la simpleza, su vida en comunidad, la búsqueda del encuentro con otros…Gurvich era puro corazón, en sus escritos dijo…”quiero detener lo espontáneo en la forma, abrir una ventana en la nada, en el espacio infinito, quiero hacer un arte que se dirija hacia el centro del pecho del hombre”. Creo que nos identificamos con Gurvich como judíos pero también como uruguayos, como seres humanos, con nuestras luces y sombras! Porque no pintó solamente ambientes amorosos y bucólicos…también hay de los otros, el hombre es complejo. Creo que más allá de la calidad de su obra a nivel plástico nos vemos reflejados en sus cuadros.
Y volviendo al tema de la Mujer
P: ¿Qué es para vos una mujer feliz? ¿Y una mujer realizada? No sé qué te parece, si ambas cosas van juntas.
R: Bueno, para empezar yo no creo en la felicidad eterna. ¡Es una palabra tan grande! ¡Demasiado! Y no se puede hablar de la felicidad como un “estado “no? Pienso más en momentos de felicidad. Y si pienso en ese sentido sobre tu pregunta puedo pensar en un mujer que pueda dar garantía de SER como quiera ser ..sin tapujos, con total libertad, sin tener que comportarse como… o esconder algo. Sería entonces una manera de estar “realizada”, poder convivir con otros siendo quien quiero ser…¿mujer-madre? ¿mujer- trabajadora?, ¿mujer-profesional? ¿sensual, soltera, divorciada? Que todas sean posibilidades y opciones de vida. Esa sería una manera de encontrar más que felicidad, paz, equilibrio. Ya la vida hace lo suyo para desestabilizarnos para que todavía le sumemos miedos por ser mujer…con el hombre somos diferentes pero iguales también. Que cada uno siendo mujer, hombre o transgénero encuentre su felicidad por donde quiera.
P: ¿Algo más que desees agregar y no te haya sabido preguntar?
R: Sólo contar que para el mes de la Mujer inauguramos con dos grandes artistas uruguayas, Elsa Andrada y Maria Julia Monti y para las redes Mujeres leyendo Mujeres, con el fin de reivindicar el rol de las mujeres en la cultura nacional. Cuando convocamos quedamos sorprendidas con el apoyo de tantas…creíamos que iban a ser 4, 5 mujeres y resultaron 22! Entonces contaremos con grandes mujeres de la cultura nacional como Ida Vitale, María Noel Riccetto o Carmen Moran leyendo a Susana Soca a la propia Ida Vitale o Ida Vilariño.
P: Gigantes pues en el Museo de otro gigante. Gracias mil por todo esto Vivi. Impactante. Aprendí mucho.
R: Gracias a vos Ana por esta oportunidad.