Mundo Judío

Mi Sinaí

Tenemos el honor de compartir con nuestros lectores MiSinaí No. 81. Esperamos que lo disfruten tanto como nosotros.

No. 81
Vaiejí
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Horario de velas de Shabat en Montevideo, viernes 1/01  19.44
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NACIDO EN EGIPTO

Por Yossy Goldman

Es tradicional que cuando concluimos un libro de la Torá o el Talmud hagamos un Sium, una celebración señalando la exitosa conclusión de toda una sección de Torá. En tales ocasiones es costumbre que el estudiante/celebrante de una charla que conecta el comienzo del libro con el final, revelando así un hilo temático que corre a través de toda la obra.

La Parashá de esta semana, Vaieji, concluye el Libro del Génesis. ¿Qué conexión podemos encontrar entre el comienzo y el fin del primer libro de la Torá? La primera parte del libro nos narra la historia de la Creación mientras que el final trata del fallecimiento de Jacob y los Hijos de Israel en Egipto.

¿Qué es la Creación? No sólo un Big Bang o un Diseño Inteligente, sino una expresión de un propósito más elevado y profundo. Los místicos enseñan que D-os no estaba contento con tener ángeles en el cielo cantándole alabanzas. Quería seres terrenales, hombres y mujeres de carne y hueso con pasiones y temperamentos terrenales viviendo vidas físicas, que, sin embargo, fueran capaces de elevarse por encima del momento para experimentar el propósito espiritual de ello. Deseó seres humanos que estarían expuestos a todas las distracciones asociadas con su condición física, desde vacaciones en la playa hasta liquidaciones de diciembre, y aun seguir concentrados en lo espiritual.

Cuando dotamos a nuestras vidas materiales con valores espirituales, con un sentido de un propósito más elevado, es decir, destino y eternidad, entonces cumplimos con el plan original del Creador de traer el cielo a la tierra y construir un hogar para D-os en el físico, a menudo insensible, mundo inferior.

Y ahí se encuentra la conexión del comienzo del Libro del Génesis con su final. Ser un buen judío en la Tierra Santa es una cosa. Permanecer santo y celestial en las gratificaciones físicas de Egipto, es otra. Egipto representa el epítome de la decadencia en ese tiempo. Que los Hijos de Israel fueran ahí y aún permanecieran fieles a la forma de vida Divina es traer el cielo a la tierra. Vivir una elevada vida moral en una sociedad moralmente degenerada es validar y justificar toda la idea de la creación y la decisión del Creador de hacer existir seres mortales dotados de la libertad de elección de cómo deben vivir sus vidas.

Quizás este sea el motivo por el cual Iaacov eligió bendecir a los hijos de Iosef, Efraím y Menashé con las palabras "Por ustedes Israel bendecirá (a sus hijos), diciendo: D-os los haga como Efraím y Menashé". En realidad, esta es la bendición tradicional que damos a nuestros hijos hasta este día, que ellos crezcan como Efraím y Menashé. ¿Por qué? ¿Por qué Iaacov prometió que para la posteridad los judíos bendecirían a sus hijos para que fueran como los hijos de Iosef? ¿Por qué no que fueran como sus propios hijos, las doce tribus de Israel?

Una respuesta es que de todos los 70 hijos y nietos de Iaacov mencionados en la Torá, Efraím y Menashé fueron los únicos que nacieron en Egipto y vivieron ahí toda la vida. Iaacov sabía que en las generaciones venideras los judíos nuevamente peregrinarían a través de sus propios Egiptos y exilios. Comprendió que la historia judía estaba destinada a llenarse de hostilidad y desafíos. Por lo tanto, el modelo de conducta para los jóvenes judíos es necesario que sea el de personas como Efraím y Menashé, que nacieron y fueron criados en Egipto y sin embargo permanecieron fieles a las tradiciones de Iaacov; quienes formaron parte de la corte de Faraón y sin embargo vivieron vidas judías justas.

Los niños y jóvenes modernos necesitan héroes en los que fijarse para que puedan ser inspirados por su ejemplo. Los hijos de Iosef pasaron por el engañoso campo de las intrigas del palacio egipcio mientras nunca olvidaron quienes eran realmente. Cuando niños que son "made in USA" sigan conectados espiritualmente con el camino celestial del Creador, entonces tendremos hecha esa morada para D-os en los reinos más bajos para lo que fue creado el mundo en primer lugar.

INMUNIZACIÓN VS. INFLUENCIA

[Jacob le dijo a José] “Pero su hermano menor será más grande que él.” (Bereshit 48:19)

Como hemos visto, Manasés representa nuestra obligación de protegernos de las influencias negativas de lo que nos rodea. Efraín, en cambio, representa nuestra obligación de influenciar nuestro entorno, de redimirnos a nosotros y al mundo del exilio. Dado que antes de influenciar al mundo debemos asegurarnos de estar protegidos de sus tentaciones, José le puso a su primer hijo el nombre de Manasés, y deseó también darle precedencia al recibir las bendiciones de Jacob.

Sin embargo, al otorgar su bendición, Jacob se enfocó en el propósito de nuestro descenso al exilio: no la mera supervivencia espiritual, sino el crecimiento espiritual que resulta de nuestro enfrentamiento exitoso con el exilio. Es por eso que Jacob le dio precedencia a Efraín.

Lo mismo es aplicable en nuestro exilio: a pesar de que - tal como Manasés es el primogénito - asegurar nuestra identidad judía es el primer paso, nuestro propósito principal es ser un Efraín, influenciar positivamente al mundo que nos rodea.

Likutei Sijot, vol. 15, págs. 432-434, vol. 5, págs. 459 ff. Ver Rashi en 25:26 arriba. Ver Likutei Sijot, vol. 20, págs. 241, 242.

Génesis (Bereshit) 47:28 – 50:26

La doceava y última sección del libro de Génesis relata el último período en la vida de Jacob y la sucesión de su hijo José. Jacob vivió (Vaiejí, “y él vivió” en Hebreo) los últimos 17 años de su vida en Egipto. Además de dedicarse a la educación moral continua de sus descendientes, Jacob organizó a su familia en tribus para prepararla para su destino espiritual, y luego le otorgó a cada tribu sus características espirituales únicas. Luego de su muerte, los hijos de Jacob lo enterraron en la parcela de sepultura familiar en Hebrón. La sección culmina con la subsiguiente muerte de José y su promesa de que D-os eventualmente los llevaría de nuevo a la Tierra Prometida.

SABIOS DE ISRAEL

RABÍ ABRAHAM ZACUTO (EL "SEFER HAIJUSÍM") (1430?-1515)

Abraham Zacuto es el famoso autor del Sefer HaIjusím - 'Libro de los Linajes'-, primera y verdadera crónica judía. Rabí Abraham nació en Salamanca a mediados del siglo XV. La familia Zacuto pertenecía a la nobleza judía, y el joven Abraham tuvo todas las posibilidades y oportunidades para adquirir una sólida educación judía y simultáneamente, recibía una educación secular, la que lo convertiría en una figura destacada aun entre los jóvenes eruditos no-judíos de su época.

Zacuto pronto se hizo famoso como un excelente matemático y astrónomo. A través de los esfuerzos del Obispo de Salamanca, gran amante de la astronomía, Rabí Abraham obtuvo la cátedra de astronomía y matemáticas en la antigua y célebre Universidad de Salamanca. Como muestra de gratitud, Rabí Abraham le dedicó su primer tratado astronómico, titulado Biur Lujot ("Explicación de Tablas). La celebridad de esta obra se deja traslucir en relación con su posterior traducción al latín, bajo el nombre de Almanach Perpetum, el que causó una enorme impresión en el mundo científico. Esta obra era considerada de gran valor práctico, ya que proveía de una herramienta de vital importancia para los viajeros y descubridores que se aprestaban a inaugurar la nueva era de la exploración.

Cuando en 1492 se decretó la trágica expulsión de los judíos de España, a instancias del cruel Rey Fernando y su aún más cruel consorte Isabel, los Reyes Católicos, Rabí Abraham Zacuto recibió innumerables promesas de honores y abundantes riquezas si abandonaba su fe judía y se convertía al catolicismo.

Sin embargo, Rabí Abraham Zacuto era ante todo un judío devoto, y su fe, la Torá y sus preceptos, le eran más preciados que su vida misma. Nunca antes durante su brillante carrera había dejado de lado su religión, ni siquiera un ápice. Siempre había encontrado tiempo para dedicarse a estudiar y enseñar el Talmud a sus hermanos de Salamanca y Zaragoza. Por ello, rechazó todas las tentadoras ofertas de riqueza y honores ofrecidas a cambio de la traición a la fe de sus antepasados. Voluntariamente, Zacuto compartió la suerte de cientos de miles de desgraciados judíos que tuvieron que abandonarlo todo y buscar nuevas tierras.

Rabí Abraham murió alrededor del año 1515.

CONSOLAR A LOS DOLIENTES

¿Qué se supone que tengo que decir?

Consolar a un doliente es una de esas situaciones que nos plantean un gran reto y que todos preferiríamos evitar. Pero también, es un acto de bondad y una gran mitzvá, en especial, durante la semana de shivá, la semana de duelo prescripta para después del funeral de un familiar cercano. En realidad, la tarea no es tan difícil: lo más necesario e importante es que simplemente estés presente.

¿Cómo?

Ve a la casa de los dolientes con la frecuencia que tu compañía les resulte apreciada y beneficiosa. La casa de shivá tradicional tiene servicios de plegaria todas las mañanas y todas las noches, cuando los dolientes recitan kadish y es necesario un minián (quórum de diez personas). Tu asistencia a dichos servicios ciertamente será apreciada.

Siéntate junto a los dolientes. Deja que ellos hablen primero. Deja que ellos lleven la conversación en la dirección que quieran. Si ellos sienten que quieren llorar, llora junto a ellos; si percibes que quieren un descanso del llanto, habla del clima. Y en todo momento, fíjate si no hay señales de que ya estuviste durante demasiado tiempo.

Cuando ocurra eso, ponte de pie y di: "Que D-os te/los consuele, junto con todos los dolientes de Sión y Jerusalem". Entonces, tranquilamente retírate.

Más detalles:

• Ten en cuenta la sobria atmósfera. Evita saludos, bienvenidas y despedidas.

• No hay necesidad de llevar nada: es tu presencia la que reconforta y la que consuela. Si de todos modos quieres llevar algo, piensa en qué puede resultarles útil: tal vez algo de comida kasher para los dolientes.

• Al doliente no se le dice "¿Qué puedes hacer? No puedes cambiar la forma en que funciona el mundo. Una vez que la vida ha perecido, es momento de aceptar el decreto Divino con amor".

• Tradicionalmente, no se realizan visitas de shivá en Shabat.

• A veces no basta con palabras de consuelo. ¿Acaso el difunto era el que proveía el sustento de la familia? En ese caso, inicia un fondo de recaudación para la familia.

• ¿No puedes realizar una visita en forma personal? Llama por teléfono o envía tus condolencias en una tarjeta o en un e-mail.

.MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Pereira de la luz 1130, Montevideo.
Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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