En comunidad

Tender puentes: actitud para un semanario, actitud para la vida

Sebastián Sansón Ferrari

¿Cuál es la “Carta Magna” del diálogo judeo-cristiano? Según el cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos y de la Comisión para las Relaciones Religiosas con los Judíos, así podría considerarse a Nostra Aetate (1965), una declaración del Concilio Vaticano II, un tiempo fermental en la historia de la Iglesia católica. El pasado 28 de octubre se cumplieron los 55 años de su publicación. 

En declaraciones recogidas por Vatican News, Koch recuerda las palabras de San Juan Pablo II al referirse a los judíos como “nuestros hermanos mayores”, durante un discurso en su visita a la sinagoga de Roma el 13 de abril de 1986. “Ahora podemos hablar de una comunidad de hermanos y hermanas entre judíos y cristianos”, indicaba. Evocar este aniversario en la edición celebratoria de los 60 años del Semanario Hebreo, un buque insignia del periodismo judeo-uruguayo, es el marco propicio para felicitar y reivindicar la apertura al diálogo desde este medio. En una época bombardeada por discursos de odio y fragmentación, el hecho de contar con un espacio abierto a todos es un motivo de profunda alegría y celebración.

Es el tiempo propicio para abrazar la fraternidad universal, reconociéndonos hermanos y hermanas, más allá de las diferencias que nos hacen únicos, para seguir aprendiendo, enriqueciéndonos mutuamente y caminando juntos en la construcción de una sociedad justa y solidaria. 

Esta necesidad quedó más evidenciada durante la emergencia sanitaria a nivel internacional por la pandemia de COVID-19. Las experiencias de solidaridad y de colaboración entre religiones o entre confesiones cristianas para ayudar a todos y, en especial, a los más necesitados han abundado en la prensa, en las redes sociales, en las calles de nuestras ciudades, desde los fieles hasta la jerarquía y viceversa. Por ejemplo, en abril Vatican News publicaba que Ashin  Nyanissara, un monje budista, realizó una donación al Fondo del Papa para COVID-19 y afirmó que su gesto quería ser un signo de compasión común a todas las religiones. “Debemos trabajar juntos contra Covid-19 y llevar a cabo nuestras obras de caridad a través de la solidaridad”. Me emocionan estas palabras y me recuerdan un versículo potente del Evangelio según san Juan: “No ruego solo por estos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno” (cfr. Jn. 17, 20-21). 

Uno de los aspectos notables de la encíclica Fratelli Tutti del Papa Francisco sobre la fraternidad y la amistad social es la visión de apertura con la que la escribió. En el punto 6 expresa: “Si bien la escribí desde mis convicciones cristianas, que me alientan y me nutren, he procurado hacerlo de tal manera que la reflexión se abra al diálogo con todas las personas de buena voluntad”. Incluso dedicó el octavo capítulo (el último, pero no por ellos menos importante) al papel que desempeñan las religiones al servicio de la fraternidad en el mundo y se refiere a su aporte valioso. El sucesor de Pedro expresa: “El diálogo entre personas de distintas religiones no se hace meramente por diplomacia, amabilidad o tolerancia. Como enseñaron los Obispos de India, ‘el objetivo del diálogo es establecer amistad, paz, armonía y compartir valores y experiencias morales y espirituales en un espíritu de verdad y amor’”.

En esta línea del diálogo quiero resaltar el galardonado con el Premio Jerusalem 2019, otorgado por la Organización Sionista del Uruguay (OSU), que fue el cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo. Es un ejemplo del reconocimiento a personas que destacan por su amistad, solidaridad e identificación con el pueblo judío. Recomiendo leer la entrevista que Ana Jerozolimski realizó al cardenal Sturla el año pasado, en la que él explica mayores detalles sobre su conexión con Israel, su apoyo al derecho de vivir en paz y recuerda su viaje a Jerusalén, la capital eterna e indivisible del Estado judío.

Vayan mis sinceras felicitaciones a todos los integrantes de la prolífica historia del Semanario Hebreo y un cálido agradecimiento a Ana por permitirme ser parte de ella, desde mi humilde aporte. Shalom!

 

(Sobre el autor)

Es periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Montevideo (UM), corresponsal de la Asociación Católica Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (SIGNIS ALC) y colaborador de Vatican News. Escribe en el Semanario Hebreo desde la perspectiva del diálogo interreligioso.

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