Por el periodista Tomás Friedmann que transmitía por Radio Carve
No tengo dudas que si José Jerozolimski viera hoy la edición impresa de Semanario Hebreo en sus 60 años sentiría un gran orgullo y diría:” Janale: Tarea cumplida”.
Pocos periodistas he conocido con la pasión y convicción de Iero por su misión de difundir los ideales del sionismo y el judaísmo y por informar y defender con amor el Estado de Israel.
Iero caminaba por las calles de Montevideo con una gran carpeta de material periodístico para la radio y el Semanario.
E igual que Ana iba escribiendo a mano los artículos del Semanario en diferentes lugares donde encontraba unos minutos para reflexionar. Desde que lo conocí admiraba entre otras cosas su capacidad para traducir directamente al idish las informaciones internacionales para Voz de Sion en el Uruguay que llegaban al mediodía a los hogares de nuestra colectividad.
En Radio Carve el Profesor Enrique Rodríguez Fabregat tenía un espacio de política internacional, que me permitió tener una muy linda y afectuosa relación con esta destacada personalidad uruguaya.
Cuando el Semanario Hebreo cumplió 10 años realizamos un programa especial con la participación de José Jerozolimski y varios invitados especiales.
La emoción de Iero fue muy grande ya que recibió sorpresivamente los saludos y reconocimientos entre otros de Luis Hierro Gambardela, Dardo Ortiz, Omar de Feo, Raúl Fontaina,Chelita Fontaina ,Carlos Páez Vilaro, Alba Roballo, Adela Reta, Carlos Giacosa, Washington Beltrán, Juan Edmundo Miller, Héctor Moras por mencionar algunos de los participantes.
Después tomamos un café con Iero y Rodríguez Fabregat, cargado de anécdotas e historias inolvidables de personalidades de la vida israelí y uruguaya, destacando las figuras de Ben Gurion y Batlle y Ordóñez a quien ambos admiraban como la representación de la esencia de un país.
Ser periodista es un privilegio y un honor que conlleva consigo grandes responsabilidades. Ser profesional de este rubro implica desempeñar la labor con ética, responsabilidad, valentía y honestidad. Sin periodistas libres no hay democracia real sino ciudadanos indefensos y mal informados.
Y estos son los valores que compartíamos con José Jerozolimski y que hoy su hija Ana sigue llevando en su corazón. Por eso: “Siempre más periodismo “
