Mantener viva la llama de un medio de prensa en estos tiempos, es una cruzada solo apta para valientes. En especial si ese medio empuña una bandera. En el caso del Semanario Hebreo, que cumple nada menos que 60 años de vida, esa es una bandera tan justa y necesaria, como incómoda de empuñar en momentos como estos, en un país como este. Y en ese sentido es mucho lo que compartimos El País y el semanario más longevo de cuantos circulan hoy en Uruguay.
Ambos medios hemos transitado momentos complicados de la historia del país, apostando a servir a nuestras comunidades, a defender principios que consideramos importantes, a la vez que vibrando con el periodismo y el sentido de deber de ser una tribuna de información y opinión.
Así como nuestras comunidades se entrecruzan, también nuestros principios. Entre otros, el de la libertad de opinión y de expresión, pero también el de la comunidad judía a vivir en paz y concordia, en Uruguay y en Israel.
La defensa de la causa del pueblo de Israel a vivir en paz y seguridad, es algo que quienes somos parte de la familia de El País aprendemos desde chicos de nuestro mayores. En mi caso, de parte de mi abuelo Martín, que fue director del diario, pero además un gran admirador de la cultura judía y de su aporte al ser nacional uruguayo. En algún momento, esta admiración también se tradujo en la postura firme del diario y del Uruguay como nación, en la defensa del derecho del pueblo judío a tener su patria, su lugar histórico, y su espacio nacional de desarrollo.
En ese camino hemos coincidido siempre con el Semanario Hebreo. Y creo que hemos trabajado en conjunto para brindar información, derribar mitos, y luchar contra las medias verdades que se buscan imponer muchas veces desde posturas sectarias e intolerantes.
Es por eso que nos da una gran satisfacción ver que un medio con el que tenemos tanto en común, logra un nivel de permanencia como el que tiene el Semanario Hebreo. Como director de un medio que ya pasó las 100 años, solo nos queda felicitarlos, agradecerles el esfuerzo, e instarlos a seguir. Que al siglo se llega volando.
Felicitaciones.
