Entrevistar a Juan Kerekes es adentrarnos en la historia de la Comunidad Israelita Húngara del Uruguay, aunque sus orígenes son por cierto anteriores a su llegada, de niño, a nuestro país. Combinando su actividad profesional como odontólogo, y su amor por el deporte que se tradujo en 25 años como árbitro de fútbol, se abocó también al quehacer comunitario, llegando a Presidente de la comunidad húngara uruguaya.
Es un placer haber tenido la oportunidad de conversar con Juan Kerekes.
P: Juan ¿Qué le parece ser parte de una serie sobre dirigentes y figuras comunitarias en la colectividad judía uruguaya?
R: Me llena de orgullo, satisfacción y gran responsabilidad actuar y, haber actuado conjuntamente con dirigentes tan avezados, que pusieron su vida al servicio Comunitario, con quienes aprendí y aprendo todos los días.
P: Yo pienso en Juan Kerekes y para mí eso es sinónimo de la Comunidad Húngara del Uruguay ¿Estoy simplificando o eso es lo central?
R: Su pensamiento es demasiado amplio hacia mi persona. La Comunidad Israelita Húngara del Uruguay no recae sobre una persona. Todos los dirigentes nos movemos a la par, de acuerdo con nuestras responsabilidades en todos los estamentos de la Comunidad General. El hecho de estar en la presidencia por tantos años quizás se deba a mi conocimiento del húngaro, que no es ningún mérito en mi caso, por lo que explico más adelante. Fue y es importante por diferentes conexiones en el exterior.
P: Me atrevo a afirmar que esa puede que sea una condición clave, pero por cierto no la única. Juan ¿Cómo resumir la historia de la Comunidad Israelita Húngara en nuestro país?
R: La historia de la Comunidad Israelita Húngara se remonta al momento en que los primeros inmigrantes llegaron al país en la segunda mitad de los años veinte del siglo pasado.
Los inmigrantes israelitas de habla húngara arribaron al Uruguay desde Rumania, Transilvania y Hungría.
La Comunidad Israelita de Habla Húngara nació el 22 de diciembre de 1932. El vínculo de los socios, como en otras colectividades era el idioma y también la religión en común. Las dificultades económicas para mantener las actividades han sido grandes; eran inmigrantes que se desempeñaban en las más variadas gamas de actividades así como peones en la construcción del Estadio Centenario, entre otras.
P: Eso sí que es uruguayizarse de inmediato…
R: Así es. Le cuento que llegaron nuevos inmigrantes por los años 39-40 debido a las persecuciones y medidas antijudías que iban tomándose en Hungría y aumentó la masa societaria. Después de la guerra, en la segunda mitad de los años 40, otra oleada de inmigrantes, sobrevivientes del Holocausto, que engrosaron las filas de la Comunidad.

En el ámbito de la Comunidad funcionó como entidad autónoma la Sociedad de Damas. Se encargaban de ayudar a los inmigrantes y a los Sobrevivientes de la barbarie nazi, por todos los medios imaginables que podían.
En el año 1942 salió al aire la audición radial de la Comunidad, siendo una tribuna destinada a difundir la cultura de nuestro pueblo, con noticias de actualidad; historia y música israelí y novedades comunitarias tanto en húngaro como en español; audición que se mantuvo ininterrumpidamente, todos los domingos, por 63 años .
También tuvimos por nueve años, una revista que se editaba mensualmente, llamada “Iniciativa”, que se dejó de imprimir debido a la aparición del mensuario “En Comunidad”, editada por las cuatro Comunidades.
Finalmente, en los años 1957-58 llegó otro contingente desde Europa, éstos ya por motivos políticos, siendo el número de socios más alto que registró la Comunidad. En este último grupo me encuentro, conjuntamente con mis padres, con la edad de 9 años.
P: ¿Cómo fue la salida de su familia de Hungría?
R: No fue con pasaporte. Fue el cruce de noche, en diciembre, como si fuera julio acá, a pie, por campos sembrados, ocho kilómetros, llegando a Austria. Fuimos conducidos por traficantes de personas, que hoy en día lamentablemente, también existen. En Austria, fuimos llevados por el Joint, Organización que siempre está cuándo hay judíos en peligro, a Salzburgo y de allí, por avión a Nueva york.
Mi Madre tenía un tío en Nueva Jersey. En esa ciudad vivimos por 8 meses. Mis Padres no se adaptaron a Estados Unidos. Mi Padre tenía un tío en Piriápolis- ¿quién no tenía un tío en América?- que lo convenció, escribiéndole que Uruguay era la Suiza de Sudamérica. Y así llegamos a este bendito país, destino del cual, estoy muy agradecido.
P: Usted y tantos otros judíos uruguayos.
R: Exactamente.
P: Y aquí sus padres se insertaron en la vida comunitaria húngara uruguaya…
R: Así es. En la Sinagoga de la Institución se practicaban servicios de Minian todos los días; se celebraban bodas y Bat y Bar Mitzvot. Todos los años se conmemoraba “ Sivan 20 “ fecha del comienzo de la deportación de los judíos que vivían en Hungría.
También se realizaba el muy famoso Cholent, que era apetecido por toda la Comunidad general y que finalizaba con una obra teatral ejecutada por el grupo de teatro, que aún hoy en día sigue existiendo.
Asimismo tuvimos un coro y un muy activo grupo de Rikudim.
Actualmente estamos integrados a la Kehilá, mediante una Alianza Estratégica, buscando conjuntamente, una mejor actividad comunitaria
P: Me dio un panorama muy completo ¿Considera que la comunidad tiene o tenía años atrás, características que la distinguían especialmente de otras, además por cierto del origen mismo y evidentemente el idioma?
R: Ciertamente. Como ejemplo le comento que así como llegaron viajeros judíos, también lo hicieron integrantes de otras creencias que venían de Hungría. Nuevamente recalco el vínculo que había entre los inmigrantes, en este caso, era el idioma y se creó una Institución que se llamó “Avance”. El primer presidente fue judío. Por el advenimiento de la situación en Europa, por las diferentes simpatías, por los años 30, se desvaneció esa unión y de allí surgieron 4 instituciones de la colectividad húngara.
Historia personal
P: ¿Y cuál es, dentro de la comunidad, la historia de su familia?
R: Tal como le comenté antes, llegamos con mi familia a Uruguay cuando yo era niño, en octubre de 1957. Concurríamos a la Sinagoga y lo más trascendente de mi historia familiar, fue el enamoramiento con mi esposa Margarita Schwartz. Fue durante las Altas Fiestas del año 1964. Ella es hija de húngaros, por supuesto. Habla el húngaro a la par mía, si no mejor. En lo que respecta al accionar familiar en la Comunidad, como en el año 1971 nos mudamos a una cuadra de la Sinagoga de la calle Alarcón y como mi Padre se impuso no viajar en las Fiestas, concurríamos allí, y por unos años quedamos bastante desvinculados de los húngaros
P: Aunque ya formulé varias preguntas, recién ahora voy al principio: ¿Dónde y cuándo nació?
R: Nací en la ciudad de Debrecen, Hungría, situada a 230 kilómetros de Budapest, el 27 de agosto de 1948
P: ¿Cómo era el hogar de sus padres? ¿Y de dónde venían exactamente?
R: Era un hogar simple, como eran los hogares bajo el régimen comunista.
Mis Padres, ambos, antes de conocerse, fueron deportados a campos de exterminio. Mi Padre fue llevado a Mauthausen y se salvó de fallecer de tifus porque un tío lo sacó del campo y lo llevó a un hospital un día antes de ser liberados. Mi Madre, con 15 años fue llevada a Auschwitz.
Perdí a mis cuatro abuelos y dos tíos en esos aciagos días.
Una vez culminada la guerra y, cómo ambos quedaron solos, alguien se encargó de casarlos en 1946.
P: Es impresionante cómo tantas familias judías tienen historias que darían, cada una, para filmar una película….pero la realidad supera la ficción
R: Así es Ana.
P: ¿Cómo es la familia que formó?
R: Con mi señora tenemos dos hijos, Tommy y Jorge. El mayor, de 45 años, Ingeniero químico, casado con una odontóloga; el menor, de 41 años, también odontólogo, casado con la Directora del Museo de Historia Natural .
Entre ambos nos regalaron cuatro nietas; dos y dos, en edades comprendidas entre los doce años y la menor, de cinco meses.


Un papel personal en la vida comunitaria
P: ¿Cuáles son sus primeros recuerdos de la vida en comunidad?
R: Mi vida en Comunidad comenzó de manera atípica. Fue en el año 1983. El presidente del momento de la Organización Sionista del Uruguay, Dagoberto Kacska, tuvo la muy feliz idea de organizar una Competencia Deportiva de la Juventud Judía. La misma comprendía prácticamente todas las disciplinas deportivas, tanto del género masculino como femenino . Cómo él estaba al tanto de mi vinculación con el deporte- fui árbitro de fútbol por 25 años- me invitó a participar en la organización de la justa, conjuntamente con el Sr. Reuven Lipperman, hoy residente en Israel, y el Cdor. Max Sapolinsky, con quien, desde entonces, sostenemos una gran amistad. Quién hubiese imaginado en ese entonces, que seríamos colegas presidentes de dos Kehilot.
En esa competencia se consiguieron casi mil inscripciones. Lamentablemente, al año siguiente ya no fue el mismo éxito y se abandonó la idea.
P: ¿Cómo compararía la vida comunitaria de su juventud con la actual?
R: La vida comunitaria es muy compleja, como lo era en mi juventud. A esas edades entre los 35-40 años, se está en la etapa de la consolidación de la familia; al desarrollo de la actividad de cada uno, cosa que es irreprochable. No es nada sencillo encontrar dirigentes comunitarios en esa etapa de la vida.
Una vida de variada actividad
P:¿Y su propia vida? ¿Diría que está viviendo la vida que planeaba, que quería?
R: No me puedo quejar: Ejerzo la odontología desde el año 1975; en el referato nacional, con una carrera muy sacrificada, llegué a lo más alto, a nivel internacional, y, gracias a esa trayectoria, tengo la dirección de la Escuela de Árbitros de la Liga Universitaria de Deportes, prácticamente desde que dejé la actividad deportiva profesional.
P: ¡Muy interesante! Cuénteme por favor un poco más de esa actividad como árbito, algún recuerdo especial.
R: Le cuento que participé en encuentros de Semifinales de Copa Libertadores de América, Sud Americana, y Eliminatorias para la Copa Mundial.
El partido Argentina- Colombia fue el más importante. Se vio en todo el mundo. Incluso recibí mensajes desde Israel de gente que ni sabía que yo era árbitro.
Fue maravilloso representar al Uruguay fuera fronteras.
Ese partido era una finalísima para clasificar al mundial de Estados Unidos. El que ganaba, clasificaba; con el empate, Colombia. La cuaterna estaba siempre resguardada. El cuarto Árbitro también era de la colectividad: el Contador Saúl Feldman. La prensa continuamente nos entrevistaba. Fuimos transportados por patrulleros al estadio. Al ingresar al campo de juego, yo iba con lágrimas en los ojos; en mi vida me imaginé que iba a estar en un partido con esas características.
En un momento, el score era 0 a 4. De repente todo el estadio Monumental, se levantó y gritó gol. El balón estaba en el medio de la cancha y yo me dije: "¿Qué estoy viendo?". Lo que sucedió fue que simultáneamente estaban jugando Perú y Paraguay. Paraguay ganaba 2 x 1 y con ese resultado, por diferencia de goles, Argentina no podía siquiera jugar repechaje con Australia. Festejaban el empate de Perú. Hubiese sido inimaginable que Argentina fuera eliminada de toda posibilidad de ir al Mundial, con lo que ello conllevaba.
Ese partido, con tal trascendencia, histórico, llevó que al cumplir 25 años, toda la cuarteta fue entrevistada por la cadena Caracol de Colombia.El recuerdo me acompañará por siempre.

P: No es para menos, Juan, a nivel comunitario ¿qué hizo antes de ser presidente de la Comunidad Húngara?
R: Mi vuelta a la actividad comunitaria se produjo debido a que estaba en el aire la audición radial de la Comunidad. En ese momento, bajo la dirección del Sr. Adalberto Réhberger, Z”L, gran esclarecedor de la Shoá , quien, a sabiendas de mi conocimiento del húngaro me invitó a colaborar con la conducción de la misma. Asimismo, se incorporó mi esposa. Al principio era en vivo, en los estudios de CX 50; luego, a instancias de ella, la modernizamos y ya iba grabado.
A raíz de la participación en la audición, ingresé a la Comisión Directiva, bajo la presidencia del Sr. Jorge Sztarcsewszki, y en noviembre de 1994 fui designado presidente.
Entre inmigración e identidad
P: ¿Cómo vivió siempre su identidad judía y uruguaya?
R: Nunca tuve resquemores por ninguna de las identidades. Ni tampoco sentí nunca antisemitismo en ninguna de mis actividades. A gran diferencia de cuando cursaba tercer año de primaria, todavía en Hungría, un compañero me espetó la palabra “ judío “ acompañada de un golpe de puño en la nariz.
Debo agradecer a este bendito país que me abrió las puertas, al igual que a todos los inmigrantes, a pesar de nuestras diferencias
P: ¿Qué educación recibió?
R: Los primeros 3 años en Hungría; luego 8 meses en Jersey City, en una yeshivá, y completé tercer año en la Escuela Pública de Piriápolis.
De cuarto a sexto en la Escuela República de Haití, ya en Montevideo; cursé secundaria en el liceo Rodó; preparatorios en el Iava y la educación terciaria fue en la Facultad de Odontología de la Udelar.
Anecdotario comunitario
P: ¿Cómo es su anecdotario institucional, comunitario? ¿Atesoró vivencias especiales que sería bueno compartir?
R: Cómo se imaginará tengo miles de anécdotas. Entre ellas, al ser presidente me incluyeron, casi a la fuerza, en el grupo teatral de nuestra Comunidad. Hemos representado un montón de obras y, queda mal decirlo, con bastante éxito. En una ocasión y, gracias a los oficios de nuestra directora de tantos años, Beatríz Belloni, llegamos a participar en una entrega de Premios Florencio, en el Teatro Solís. Imagínese lo que fue para nuestro grupo pisar las tablas de ese escenario.
P: Impresionante, imagino la emoción. ¿Algún recuerdo especial de su actividad comunitaria que le parezca vale la pena conocer?
R: Un recuerdo muy especial fue que en el último acto conmemorativo que organizamos por “ Siván 20 “ como orador principal, pude obtener la palabra del Cónsul General de España, quién resultó ser sobrino del llamado “ Ángel de Budapest “, Ángel Sanz Briz, diplomático destinado como embajador durante la Segunda Guerra Mundial en Hungría.
P: Una figura sumamente conocida, sin duda. He publicado notas sobre él. Toda una personalidad.
R: Así es. Ángel Sans Briz, poniendo en riesgo su propia vida, salvó a no menos de 5000 judíos húngaros de ser deportados a Auschwitz, inventando edificios de refugios y entregando salvoconductos, como que fueran sefaradíes.
Por todas estas acciones, fue designado Justo entre las Naciones, por Yad Vashem.Fue muy emocionante sentir las palabras del sobrino de semejante Justo.
P: Esto seguramente es un resumen Juan. Tendrá también más cosas para contar. Yo le agradezco enormemente todo esto que ha compartido conmigo.
R: Yo le agradezco a usted Ana por su interés.