En comunidad

La historia de Musya Shemtov de Jabad

Fotos: Say Cheese Photography

Musya, la esposa de Mendy,  originalmente Goldman, vivió en su país natal, Sudáfrica, hasta los 18 años. Luego estudió en una Midrashá en Australia durante 6 meses, de allí entró a un programa estadounidense en Israel en cuyo marco estudió teología y educación en Safed durante un año.  Después volvió a Sudáfrica y dirigió en Ciudad del Cabo un programa para jóvenes y enseñó en una escuela Montessori. Volvió a Israel como directora en en una escuela internacional de estudios judíos para mujeres llamada Mayanot, donde trabajó  con chicas y mujeres de entre  18 y 35 años. “Fue la etapa de la fundación del programa, así que participé en muchas de las iniciativas y ayudé a establecer la escuela, lo cual fue muy gratificante”, nos cuenta.

 

¿Y cuándo apareció Mendy en tu vida?

Cuando  fui por primera vez a la convención internacional de mujeres de Jabad. Allí conocí a Mendy. Salimos y nos comprometimos dos semanas después de muchas y profundas conversaciones, conexión y fe en Di-s que nos unieron para crear un hermosa familia e iniciar juntos el proyecto de inspirar a una comunidad increíble, cualquiera que fuere.

Luego nos casamos y residimos en Nueva York, donde Mendy amplió sus estudios rabínicos en un centro de estudios en Manhattan y un año y medio después fuimos a Sudáfrica durante cuatro meses. Allí nació nuestro primer bebé Tzemach y 6 semanas después de su nacimiento llegamos a Uruguay.

Y acá estamos.

Musya y sus hijos. De izquierda a derecha: Tzemach (se pronuncia Tzemaj) de 9 años, Shneior de 7, Tzvi de 6 y Chana (se pronuncia Jana) de 3.

 

Estamos hace mucho hablando de una entrevista sobre tu historia, que va más allá de ser la esposa de Mendy. Pero ahora, de cara a Rosh Hashana,contame…¿qué es el jag para ti?

Rosh Hashaná trae una energía nueva y un comienzo nuevo a nuestras vidas. Es el comienzo de un nuevo año y para empezar con el pie derecho hago mucha tefilá con introspección y me preparo con mucho amor, con mi familia, amigos y comunidad.

La Cábalá nos enseña que cada año, tan pronto como el sol se pone en la víspera de Hashaná, Dios libera una NUEVA energía y luz en el mundo que nunca antes había estado aquí. Esta luz es la que impulsa, a nivel físico, todas las innovaciones que vemos en el mundo y el avance año tras año.

Intento aprovechar esta energía y permitir que inspire nuevas ideas para nuestra comunidad, mi familia y una pasión renovada por lo que hacemos.

Aunque como esposa de un Rabino, sobre todo en los días específicos de Rosh Hashaná, debería estar haciendo tefilá y pensando en mis resoluciones, en los últimos años he descubierto que mi mejor papel esos días, es asegurarme de que todas las personas maravillosas que vienen a nuestra sinagoga en Uruguay sientan esta nueva energía, sientan la calidez y la alegría de estar en paz y conectarse con un poder superior que nos está guiando siempre, Hashem.

 

¿En qué consiste entonces exactamente tu rol, cómo lo ves?

 Además de escuchar el sonido especial del shofar y decir algunas de las principales oraciones aquí y allá, generalmente doy la bienvenida a las personas de mi comunidad, conectándome con ellos, asegurándome que tengan un lugar o lo que necesitan para que su experiencia en el rezo sea realmente significativa y también  confirmando de que encuentren la paz y la estabilidad para meditar en su nuevo año y que puedan concentrarse en alguna oración con las otras personas que están compartiendo en ese momento. Organizo y superviso que el programa para niños funcione bien y para que esto suceda estoy constantemente pendiente apuntalando para que los niños se diviertan y disfruten de una experiencia positiva para que tengan buenos recuerdos y al mismo tiempo aprendan algo y regresen por más.

 

¿Cómo es la movida en tu casa para Rosh Hashaná?

 En general los preparativos en mi casa son más para las personas que no tienen familiares con quien compartir la primera noche.

Siempre digo que mis invitados están en el shil porque pongo mucho esfuerzo en que ese espacio sea muy cálido y todos se sientan como en casa.

La segunda noche a veces tenemos grupos de jóvenes que no necesariamente comparten la segunda cena con sus familias entonces aprovechamos para poder festejar el jag con ellos. O familias, también, que no tienen esa costumbre y cada año vemos en qué grupo vamos a focalizarnos dependiendo de su disponibilidad.

Los dos días del jag casi nunca tengo gente en casa porque el Rabino Mendy es un soldado, dándolo todo en su trabajo y no para desde temprano en el shil hasta la noche para que cada Judío pueda tener la oportunidad de escuchar el shofar.

 

Y no podemos terminar, sin pedirle a Musya una receta que le guste en especial. Aquí va.

GALLETITAS DE MIEL

(Usar un vaso de tamaño mediano)

1 vaso de azúcar

1 vaso de aceite

1 vaso de miel - mezclar bien

5 huevos - mezclar bien

2 cucharaditas de canela

1/2 cucharadita de jengibre

1/4 cucharadita de nuez moscada (opcional)

7-8 tazas de harina (dependiendo del tamaño del vaso usado para azúcar y para el aceite)

(Puede poner en la heladera, durante unos minutos, facilita el trabajo)

Es posible que necesite harina en sus manos para formar los bollitos. 

Hornear a 180ºC durante 12 a 15 minutos hasta que estén ligeramente doradas.

 

 

Ana Jerozolimski
(14 Septiembre 2020 , 10:45)

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