Hace ya mucho que el régimen de Basher el-Assad en Siria, con ayuda de Rusia, libra una batalla campal contra el último bastión de los rebeldes, Idlib, en el noreste del país, en la que del otro lado interviene también Turquía.Las ambiciones de los distintos poderes y la crueldad de la guerra en general, tienen de víctimas, de más está decir, a los civiles atrapados en medio del fuego.
Según cifras publicadas por las Naciones Unidas, desde el 1° de diciembre, nueva etapa en la ofensiva siria, más de 948.000 personas han tenido que huir de sus hogares en la provincia de Idlib. Según el organismo mundial, estos desplazamientos masivos de población, en solo unas pocas semanas, son un hecho sin precedentes desde el comienzo del conflicto en el país, hace ya nueve años.
Solemos recibir comunicados de la organización Médicos Sin Fronteras, que advierten sobre las necesidades de la población civil en esta situación. Este viernes llegó un llamado de esta ONG humanitaria a las autoridades turcas, que faciliten el tránsito de suministros y personal hacia el noroeste de Siria. Días atrás, sus voluntarios informaban a través de las redes sociales sobre por lo menos 24 muertos y 85 heridos en un bombardeo a escuelas en las que se refugiaban familias enteras.
“Muchos de los desplazados se concentran en un área pequeña junto a la frontera turca. Se enfrentan a una situación crítica, especialmente porque muchas de ellas ya han tenido que huir varias veces. Encontrar un lugar seguro donde refugiarse es muy difícil. Se necesitan tiendas de campaña con urgencia ya que a veces las personas se ven obligadas a dormir al raso, en edificios sin terminar o en refugios improvisados”, explica Médicos Sin Fronteras. “Los campos están superpoblados y las instalaciones de agua y saneamiento no cubren las necesidades de todas las personas desplazadas, las que ya estaban allí desde hace meses y las que han llegado en las últimas semanas. Esta situación aumenta los riesgos de aparición y de contagio de enfermedades relacionadas con el agua. Los desplazados necesitan urgentemente productos básicos como colchones, mantas, ropa de invierno, kits de higiene, etc”.
Los artículos detallados en las listas, pueden parecer cosas comunes de todos los días. Entender que también esto falta en situación de guerra, ayuda a comprender la dimensión de la tragedia.
“Durante las próximas semanas, la organización centrará sus esfuerzos en la distribución de artículos de primera necesidad como tiendas de campaña, utensilios de cocina, esteras para el suelo, mantas y otros artículos de primera necesidad. El suministro de un primer lote de tiendas y artículos de esenciales se está organizando para llegar a 800 familias desplazadas en Idlib. MSF también trata de encontrar fórmulas para proporcionar atención traumatológica y reforzar la atención primaria para las poblaciones desplazadas”, dice el comunicado de la organización. “La capacidad de MSF para aumentar su asistencia dependerá de la posibilidad de poder enviar de forma constante y regular artículos de primera necesidad y suministros médicos, así como equipos a Siria para apoyar a sus colegas sirios. Estos se encuentran agotados después de años de trabajo en condiciones extremadamente difíciles de violencia y miedo”.
MSF no tiene una presencia permanente en Turquía. Para poder ampliar su respuesta, solicita a todas las autoridades turcas que faciliten el tránsito de suministros y personal al noroeste de Siria.
Dentro de dos semanas la guerra en Siria entra en su décimo año.Ha cobrado centenares de miles de muertos, millones de heridos y desplazados. Y la nueva ofensiva en Idlib, aún no se ve en el horizonte, complicándose seriamente por el choque directo entre Siria y Turquía. En el medio, lo peor: la población civil presa del fuego.
