Entrevistas

Una visión de cerca sobre el Fiscal Alberto Nisman

A los 4 años de su muerte, lo recuerda, y analiza, su amigo, el escritor Gustavo Daniel Perednik

 “Alberto me dijo que mandará presa a Cristina por encubrir a Irán. Ahora, ya muerto, puede que lo logre”.

 

(Ana Jerozolimski)

 

Cuando en 2017 se cumplió el segundo aniversario del asesinato del Dr. Alberto Nisman -Fiscal de la causa AMIA- entrevisamos a su amigo y biógrafo, el escritor y educador Gustavo Perednik.

Nos encontramos entonces en la Knéset, donde Gustavo disertó durante el homenaje que le rindieron a Nisman, y donde presentó la segunda de las obras que escribió sobre el Fiscal: “Morir por la Argentina”, que desgrana las circunstancias de su asesinato.

Su otro libro sobre el tema fue “Matar sin que se note” (2009), el primero escrito sobre Nisman, que se transformó en best-seller y fue también publicado en inglés.

Hoy, cuando se cumplen cuatro años del asesinato, nos parece apropiado reproducir aquella entrevista, cuyos contenidos no han perdido vigencia en absoluto. La única aclaración que Perednik nos pide agregar es que la ex Presidenta Kirchner tiene altas probabilidades de ir presa por el caso Nisman y que lo que ha demorado por ahora el tema es el hecho que aún es Senadora.

 

Alberto Nisman y Gustavo Perednik  en Jerusalem

 

P: Gustavo, recuerdo la impresión que me causó Alberto Nisman apenas lo conocí: irradiaba una valentía sin alarde de nada, sencilla, muy natural, una persona con la que era muy agradable tratar. La primera vez lo vi en una conferencia que dio en Jerusalem, a la que lo llevaste vos.  ¿Qué significa para vos el aniversario de la muerte de Alberto Nisman, como amigo personal suyo y también en lo relacionado a la faceta, digamos, oficial?

R: Primero te diría que lo extraño. Lo digo de todo corazón. Especulé con él muchas veces acerca de la posibilidad de su asesinato y creo que me tomaba más en serio que él esa posibilidad, porque veía que las fuerzas que obraban contra él eran enormes. Empiezo mi primer libro con esa pregunta: cómo él no se daba cuenta de la magnitud de las fuerzas que se le oponían.

Vos misma lo dijiste: tenía esa combinación de valentía a toda prueba, casi irresponsable, y ese don de gente que quien se encontraba con él captaba  enseguida. Si hay algo que reprocharle es que era demasiado cristalino. Yo a veces me asustaba. En muchas conversaciones que tuve con él se lo decía, sobre todo cuando hablábamos por teléfono. A veces le preguntaba si no era una locura hablar tan abiertamente. Él solía responderme: “Mirá, si nos están grabando, igual lo que estoy diciendo ya me lo podrían haber grabado antes”. No le daba demasiada importancia a la posibilidad de que lo persiguieran.

P: Y hoy sabemos que lo persiguieron...

R: Así es. Y desde que se reabrió la causa, me parece escuchar a Alberto decirme “Yo te aseguro que los meto en cana”.Y después que lo mataron, y todos lloramos esa muerte, está por cumplirlo. El me dijo que haría que Cristina vaya presa por encubrir el rol de Irán en el atentado contra la AMIA y ahora, después de muerto, está por cumplirlo.  Es muy probable. Yo diría más todavía: fue  él el que hizo que las elecciones las ganara Macri.

P: ¿A qué te referís?

R: Como recordarás, antes de las elecciones, las encuestas daban a Scioli (el candidato de Cristina) como ganador. Y se produjo el asesinato. Hubo una marcha de 400 mil personas expresando indignación, y ello inclinó la balanza. Nisman ganó las elecciones a Cristina, y ahora la va a meter presa.

 

EL SHOCK ARGENTINO

P: ¿Qué hizo el asesinato a la colectividad judía argentina y a la Argentina en general?

R: A la Argentina la conmovió profundamente porque, si bien veníamos acostumbrados a denunciar corrupción y a ver las peleas en la calle, nunca habíamos visto lo que un gobierno electo democráticamente haga matar a un fiscal por cumplir con su deber. Fue un shock.

P: O sea que en la propia Argentina, así lo percibió la gente de entrada, que había sido un asesinato.

R: Enseguida. Y te diré que la que lo hizo percibir así fue la propia Presidenta, que a los diez minutos de muerto Nisman salió a proclamar “suicidio”. ¡Antes de que se investigara nada! Era mejor callarse. Y al otro día, empezó con lo del ”suicido inducido”. Y luego volvió a cambiar y anunció que “lo asesinaron aquellos a los que yo eché”, o sea presentándose a sí misma como la víctima. Fue espeluznante .Eso es lo que hizo que se perdiera la sensación de estabilidad jurídica en la Argentina. Ese es el shock argentino.

En cuanto a los judíos, yo creo que están entrando a despertarse. Ahora empiezan a valorar la dimensión del heroísmo de Nisman.  Antes, en el momento en que Nisman más necesitaba el apoyo de la dirigencia judía, no lo obtuvo.

P: ¿Realmente Cristina puede ir presa?  

Vamos a ser realistas. Si la ve posible, se va a ir del país. Y a mí me da lo mismo. Lo que quiero no es que sufra en la cárcel sino que se haga justicia. Lo que Nisman me dijo fue “yo estoy seguro de que la meto en cana”. Y en ese momento, en el bar, le respondí: “no seas delirante”. E insistió: “si no van en cana, se van a tener que ir del país, porque las pruebas son categóricas, contundentes, no hay duda de que estaban detrás de la firma del tratado para encubrir a Irán”.

 P: Más claro, imposible.

 

NISMAN , ISRAEL Y EL JUDAÍSMO

P : ¿Cómo evaluás la actitud de Israel en el tema Nisman?

R:  Eso fue positivo desde el comienzo, todo el tiempo. Yo lo llevé a él al Ministerio de RREE. Creo que el que lo recibió fue el Director General de la Cancillería. Fue a fines del 2006. Recuerdo que le anunciaron: “tenemos un regalo para usted”, y le trajeron una traducción al inglés del dictamen que él había publicado contra Irán el 23 de octubre de ese mismo año, poco antes de su visita a la Cancillería israelí. A él le venía fantástico tener la traducción, porque así podía empezar a mostrarlo en todo el mundo. Hasta el momento lo tenía sólo en español en Argentina. Y la traducción al inglés la hicieron en Israel, como obsequio a Nisman. Aquella reunión fue espectacular.

Te cuento algo que no he publicado. Yo lo llevé a Alberto como traductor. Y fue muy emocionante que él comenzara diciendo: “Antes de empezar, quiero decirles que como judío, quiero agradecerles por lo que hacen para proteger al Estado judío. Me imagino que no mucha gente se los dice, así que yo quiero decírselos”.

P :Alberto no era muy cercano a la vivencia judía antes de lo de la AMIA...

R: No, pero te contaré algo. Yo lo conocí a raíz de un artículo que escribí, tras lo cual él me mandó un mail, él lo leyó, me dijo que estaba totalmente de acuerdo con mi planteamiento, me expresó su admiración y me sugirió que nos encontrásemos. Desde entonces, nos empezamos a ver todos los días. Pero cuando llegué a la Fiscalía por primera vez me dijo “vos no te acordás de mí, pero yo de pibe iba a escucharte” (se refería al movimiento juvenil que yo había fundado en Buenos Aires).

P: O sea que de jovencito sí había estado más cercano.

R: En la escuela primaria fue a la escuela Doctor Hertzl de la calle  Tucumán, con la maestra Ruth Pitkin. Iba también a Macabi. Cuando empezó a salir con Sandra, que no era judía, se alejó mucho. Pero la venida a Israel le fortaleció su identidad judía.  A partir de ese momento, su cubre pantalla fue el Muro Occidental.

P: Pero esto no debe confundir. Eso le pasó a raíz de su visita a Israel , pero para él el tema AMIA era otra cosa, era como me dijo a mí una vez: “Justicia, justicia perseguirás”.

R: Así es.

P: No era por su identidad judía

 R: Para nada. Lo habría hecho igual si no hubiera sido judío . Por su temperamento. El entró en el tema, no por lo judío, sino cuando se dio cuenta que todo el mundo mentía. Lo sintió como una misión. “Tengo que revelar la justicia”, dijo claramente. Fue como una varita mágica que lo tocó. No podía parar.

 

P: Gracias Gustavo.

R: A vos.

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Ana Jerozolimski
(18 Enero 2019 , 11:36)

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