El fenómeno Benny Gantz
Cuando Benny Gantz finalizó hace cuatro años su cargo al frente de Tzahal, el Primer Ministro Biniamin Netanyahu lo elogió calurosamente y le agradeció por su gran aporte a la seguridad del Estado. Ahora que Gantz entró a la política con su nuevo partido “Josen LeIsrael” (Resiliencia para Israel) y despierta -según las encuestas-gran simpatía en parte de la ciudadanía, la derecha intenta manchar su imagen llamándolo de “izquierda”, inventando inclusive que su esposa es “activista de extrema izquierda”.
El uso del concepto “izquierda” como desastre para el país, casi como sinónimo de quinta columna peligrosa para Israel, es un tema negativo de por sí que amerita ser tratado por separado.
Gantz es un fenómeno increíble.
Ya antes de pronunciarse políticamente, los sondeos le vaticinan tantos escaños como para ser, después de las elecciones del 9 de abril, la segunda o tercera fuerza política del país. ¿En base a qué? Cabe suponer que a algo especial que transmite, a una sensación de integridad que irradia, quizás a su aspecto físico. Pera preferirlo como Primer Ministro es un tanto prematuro, antes de saberse qué piensa de los distintos temas claves con los que tiene que lidiar Israel.
Pero su pasado bastante reciente como soldado número de las Fuerzas de Defensa de Israel-la institución estatal que goza de mayor prestigio entre la ciudadanía- tiene mucho peso. Es el undécimo ex jefe del ejército que entra a la política, de un total de 21 que ya han cumplido sus funciones. Su trayectoria va bien con su lema electora, que acaba de ser publicado: “Israel ante todo”. En hebreo, “Israel lifnéi hakól”.
Es de su éxito en los sondeos, que deriva la otra cara de la moneda. Aunque Gantz casi no ha hablado, desde la coalición de gobierno y sus seguidores el mensaje siempre fue sumamente negativo sobre su candidatura.”Netanyahu está en pánico”, dicen en la oposición, lo cual no tendría mucha lógica, ya que esos mismos sondeos siguen vaticinando a su partido Likud una cantidad mucho mayor de escaños que a todo el resto. Pero es cierto que difícilmente pueda explicarse de otra forma la actitud de la derecha, que se concentra en presentar a Gantz como una mala opción para Israel, usando la palabra mágica “izquierda”.
Es, realmente, un fenómeno para sicólogos, no para politólogos.
El primer pronunciamiento público ante cámaras de Gantz en esta campaña, fue el lunes último, cuando el liderazgo de la comunidad drusa israelí, que pide enmendar la ley “Israel como Estado nación del pueblo judío”, llegó a su casa a reunirse con él. Gantz habló menos de un minuto públicamente y dijo que se compromete a hacer todo lo que pueda para enmendar la ley. Eso es todo. La forma en que numerosos ministros y diputados del Likud saltaron a gritar “Es izquierda! Es izquierda”, fue digna de caricaturas. Estaban esperando algo con que poder atacar.
Cabe recordar que importantes figuras del propio Likud criticaron la ley y dijeron que debe ser enmendada ¿pero qué importa eso cuando hay una oportunidad de una buena discusión?
Dicho sea de paso-aunque ese no es el tema de esta nota-, los drusos no tienen problema ninguno con la definición de Israel como Estado nación del pueblo judío, pero piden que se agregue explícitamente la mención de su carácter democrático con igualdad de derechos para todos sus ciudadanos.
Analistas comentaron que Gantz, aunque no se comprometió a nada concreto y tampoco tenía la forma de hacerlo, actuó con osadía política al formular las citadas declaraciones sobre la ley en cuestión, aún sabiendo que la coalición de gobierno lo presentaría negativamente.
Este jueves, el partido “Resiliencia de Israel” lanzó sus redes sociales, un grupo de whatsapp para la prensa, una página de Facebook, Instagram y demás. En todos aparece un corto video de Gantz diciendo lo siguiente: “Para mí, Israel está ante todo. Súmense a mí y emprenderemos un nuevo camino, porque se precisa algo diferente, y haremos algo diferente”. Y luego agrega como riéndose de sí mismo: “Ahora sí que hablé demasiado”.