Estas líneas son un homenaje a uno de los lugares más singulares de Israel: Aleh Negev-Najalat Eran, en el sur del país. Es una villa de rehabilitación que sirve de hogar para bebés, niños y adultos -tanto judíos como beduinos-que sufren de limitaciones en su desarrollo mental y cognitivo, combinado a menudo con serios problemas físicos, genéticos o adquiridos.
El lugar sirve de hogar y al mismo tiempo de marco de tratamiento profesional para todos sus usuarios, prestado por un equipo combinado de judíos y musulmanes de la zona. Actualmente hay allí 140 residentes fijos, para los que el “kfar”, como se lo suele llamar en hebreo (que significa “aldea” o “villa”) es una casa plena de amor y dedicación. Hay cinco residencias en las que viven, además del departamento de asistencia compleja, donde los residentes son 25. Asimismo atienden a 200 pacientes que llegan diariamente a tratamientos de rehabilitación y a 100 alumnos del sistema de educación para chicos con necesidades especiales.
El nombre del lugar, Ale Negev-Najalat Eran, es en recuerdo de Eran Almog, hijo del fundador de la villa, el entonces General Doron Almog, hoy ya retirado de las Fuerzas de Defensa de Israel, y su esposa Didi. Eran (Z”L), fue de los primeros residentes en el lugar, concebido por sus padres pensando especialmente en él y quienes, como Eran, lidiaban con una situación de salud particular.
Aquí van algunas imágenes de una fiesta singular del departamento de Asistencia Compleja, en el que viven y son atendidos 25 pacientes de entre dos meses y 60 años. Algunos de ellos ingresaron en su momento al lugar, sin que se sepa si lograrían sobrevivir mucho tiempo. En la fiesta, cada uno de ellos marchó por una alfombra roja que los convertía en estrellas del evento, caminando solos quienes podían hacerlo, en silla de ruedas o con otra ayuda quienes lo necesitaban.
Fueron momentos-como tantos otros en Ale Negev- de gran emoción.
Por Ana Jerozolimski
