Mundo Judío

Ricardo López Göttig: Origen, mitos e influencias del antisemitismo en el mundo

Ricardo López Götig nos trae una mirada clara a un tema complejo como el antisemitismo.

¿Cómo surge la idea de este libro?

La idea del libro surgió en 2014, cuando en CADAL (Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina) llevamos adelante un programa de lucha contra el antisemitismo, que consistía en un seminario con las temáticas desarrolladas en el libro, conferencias en universidades argentinas, artículos periodísticos y el seguimiento de expresiones antisemitas en los medios de comunicación, especialmente en los foros de opinión de los lectores. El resultado fue ampliamente positivo, puesto que pudimos llegar a una amplia audiencia que trascendía a la propia comunidad judía, ya consciente de los peligros del antisemitismo. En 2019, por iniciativa del director ejecutivo de CADAL, Gabriel Salvia, y con el apoyo de la Fundación Konrad Adenauer, le dimos formato de libro a esos capítulos que habían servido de apoyo para el seminario y que se difundieron como documentos independientes, agregando los nuevos estudios realizados desde 2014 a la fecha. Claramente es un incentivo para profundizar cada uno de los aspectos tratados, en particular los de carácter local. Busca ser un texto introductorio, ágil y que permita recorrer las distintas etapas del antisemitismo.

¿Qué es en pocas palabras  la conspiración judía mundial?

La idea de que los judíos conspiran para tener el dominio del planeta toma forma en el siglo XIX, con el despliegue de la modernidad en Occidente, un mundo de grandes transformaciones que trastocó a las antiguas sociedades estamentales. Con la expansión de las libertades individuales y el desarrollo de las nuevas tecnologías de la comunicación, así como las sucesivas revoluciones industriales, muchos judíos pudieron ascender socialmente al disponer de las herramientas intelectuales y actitudinales para el desempeño en economías desarrolladas. No fueron los judíos los promotores de la revolución industrial en Inglaterra, ni los protagonistas de las revoluciones de la independencia americana o francesa; no obstante, la teoría de la conspiración judía mundial quiso ver en este pueblo al gran titiritero que manejaba secretamente los hilos de los acontecimientos mundiales. La teoría conspirativa que más alcance tuvo fue la de los llamados "Protocolos de los Sabios de Sión", que en realidad fue escrita por la Ojrana, policía secreta zarista a comienzos del siglo XX, para difundir esa leyenda antisemita en Europa occidental. Las teorías conspirativas son simplificaciones burdas que pretenden explicar procesos que son complejos y multicausales, que en sí requieren mucho estudio, abstracción y reflexión. En el campo de la medicina, sabemos que una patología no es el resultado de que un espíritu maligno se metió en nuestro cuerpo; pero en las ciencias sociales, la economía y la política seguimos creyendo en este tipo de "explicaciones" para culpabilizar a una persona en particular o un ente colectivo por lo que acontece.

¿Cuáles son los orígenes del Plan Andinia?


 La idea del Plan Andinia nace de la literatura de Gustavo Martínez Zuviría (a) Hugo Wast, y luego es difundida como si hubiera habido efectivamente un plan judío para conquistar la Patagonia y constituir en ese territorio un segundo Estado de Israel. El gran promotor fue Walter Beveraggi Allende, en los años sesenta, y lo presentó como un plan real que habría de ser ejecutado política y militarmente. Desde entonces, cualquier inversión de orígenes judíos o la visita de turistas israelíes, es interpretado a la luz de esta teoría conspirativa, que es una derivación argentina de los Protocolos de los Sabios de Sión.

¿Cómo funcionaba el antisemitismo bajo la égida de la Unión Soviética?

La Unión Soviética tuvo un carácter antisemita diferente de la Alemania nazi, ya que era no era de carácter racial o biológico. Para el nazismo, el objetivo final era el exterminio físico de todos los judíos al ser considerados como entidades biológicas por completo diferentes a la "raza aria". El antisemitismo soviético pretendía borrar toda identidad cultural y religiosa de los judíos, asimilarlos a una nueva cultura proletaria y atea, al igual que lo intentó con otros pueblos dentro de la URSS. Stalin utilizó el antisemitismo como una forma de culpabilizar por los fracasos del socialismo real a los judíos, y luego el antisemitismo mutó a antisionismo a partir de los años sesenta, con la Guerra de los Seis Días, y el eufemismo para referirse a los judíos fue el de "cosmopolitas". El antisemitismo soviético cerró templos, bibliotecas, medios de prensa y teatros en lengua idish, puesto que buscó rusificar como un modo de homogeneización cultural.

¿Cómo se puede negar la Shoá con la cantidad de pruebas físicas, y testimonios grabados que prueban su existencia?

El fenómeno del negacionismo de la Shoá nace en los círculos ultranacionalistas tras la segunda guerra mundial, aprovechando el conocimiento impreciso que había sobre los campos de exterminio. Los negacionistas manipulan las fuentes históricas, ponen el acento en aquello que aún no se conoce porque ha desaparecido documentación del régimen nazi, o bien tergiversan los testimonios. El negacionismo no es un fenómeno particular respecto a la Shoá, ya que también hay negacionismo de otros crímenes contra la humanidad y genocidios, como es el caso del que padecieron los armenios en 1915. Un negacionismo muy singular, que mezcla antisemitismo con los movimientos seudoindigenistas en América latina, es el de Norberto Ceresole, que tuvo influencia en el chavismo en su etapa inicial. El nuevo negacionismo se camufla hábil y perversamente como "antisionismo", desconociendo el derecho a la existencia del Estado de Israel.

¿Cuál es el origen de los autores antijudíos argentinos?


 Los autores antijudíos argentinos eran parte de la corriente política del nacionalismo católico -Gustavo Martínez Zuviría, Julio Meinvielle, Virgilio Filippo, Walter Beveraggi Allende, entre otros. Citaban a los llamados "Protocolos de los Sabios de Sión" como una fuente válida y la interpretaban a la luz de los acontecimientos en Argentina, habiendo tenido un gran auge en los años treinta y con enorme influencia en los sectores eclesiásticos y de las Fuerzas Armadas, y luego repercutiendo en vastos sectores de la población. Las voces democráticas dentro de la Iglesia Católica Romana en Argentina fueron mayormente desoídas, e incluso miraban con recelo a figuras intelectuales de gran relieve mundial como Jacques Maritain. El nacionalismo católico argentino planteó a la política como un enfrentamiento de la cruz y la espada contra el Anticristo, y consideraba a la democracia liberal y al capitalismo como un sistema que preparaba el camino al comunismo y la revolución bolchevique, todo digitado por los judíos tras las bambalinas para instaurar el reino del Anticristo, que era judío. Estos autores antisemitas no eran figuras marginales: Gustavo Martínez Zuviría fue el director de la Biblioteca Nacional entre 1930 y 1955, por ejemplo, y sus novelas tenían amplia difusión. Una calle de la Ciudad de Buenos Aires, en la zona de Retiro, lleva su nombre hasta el día de hoy. Esta corriente política, que buscaba implantar una visión religiosa de la sociedad, nos explica la cosmovisión de los golpes militares en Argentina y, más recientemente, de los grupos carapintadas liderados por Seineldín, en los años ochenta y noventa del siglo XX. Considero que es crucial indagar las raíces intelectuales del antisemitismo, para desarticular con argumentos una narrativa que tanto daño ha hecho y que perjudica la evolución de una sociedad libre y pluralista.

Muchas gracias, Ricardo.

Janet Rudman
(28 Agosto 2019 , 21:24)

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(Texto y fotos: Lily Dayton, cristiana israelí residente en Haifa)

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