El pecado central: dar a entender a los niños que matar civiles israelíes es un acto heroico a emular.
Este 21 de julio terminan en general en Israel las “Keitanot”, marcos de entretenimiento durante las vacaciones de verano que mantienen a los niños ocupados y en general divertidos.
También del lado palestino, tanto en Cisjordania como en la Franja de Gaza se organizaron actividades para las vacaciones. El problema es cuando dichas actividades puede que aporten al entretenimiento pasajero de los niños pero por cierto no a su educación ni en lo personal ni como miembros de una sociedad sana.
¿De qué hablamos?
Del hecho que también este año los palestinos organizaron campamentos de verano que llevan el nombre de terroristas responsables de asesinatos. Esto no significa, claro está, que allí enseñen necesariamente a los niños a disparar ni acuchillar a nadie, pero no parece un muy buen ejemplo dar a un marco así el nombre de asesinos ¿no?
O sea…¿a quién se le ocurre dar el nombre de un asesino a un campamento de infantil? Al Consejo Supremo de Deportes y Juventud de la OLP.
Según informó la ong israelí Palestinian Media Watch, en estos momentos funcionan por lo menos dos campamentos de verano de este tipo organizados para niños palestinos. Uno de ellos se lleva a cabo en Tubas, a nombre de Dalal Mughrabi, la terrorista responsable del atentado más cruento en la historia del terrorismo palestino, el secuestro de un ómnibus en la carretera costera de Israel en marzo de 1978 y el asesinato de 37 civiles, 12 de ellos niños, ataque en el que también resultaron heridas más de 70 personas.
La foto de la gran “heroína” palestina está colgada a la entrada de la sede central del campamento.
En la página de Facebook del Comité Superior de Deportes y Juventud de la OLP en la que se informó sobre dicho campamento (9 de julio), dice así: “En nombre de Alá diremos nuestras palabras, en nombre de la revolución y la causa, en nombre nuestros justos mártires, en nombre de los prisioneros de la libertad, con este grito las niñas del campamento que lleva el nombre de Dalal Mughrabi, que se lleva a cabo en el distrito de Tubas, recibieron al equipo supervisor del Consejo Supremo (de la OLP) para Deportes y Juventud, que visitan el distrito a fin de monitorear el manejo de los campamentos de verano”.
¿Monitorear el manejo? Sería mejor si monitorearan el mensaje central. Si entendieran que mostrar ante niños a terroristas como modelos a seguir, no es educar ni aportar nada a la joven generación. Les deseamos a esos niños algo mucho mejor que los líderes nocivos que los llevan por mal camino.
El otro campamento de verano, que finaliza hoy jueves 11, fue organizado por la Asociación de Caridad Nahdat Bint Al-Rif y lleva el nombre de Omar Abu Laila. Este palestino de 19 años mató en marzo de este año al Rabino Achiad Ettinger, padre de 12 hijos, y al soldado Gal Keidan, en un atentado cometido en el cruce Ariel. Abu Laila murió en el tiroteo con soldados israelíes que trataron de detenerlo.
Independientemente de las actividades concretas que desplieguen en dichos campamentos, está claro que darles el nombre de terroristas asesinos, sobre los cuales se habla y explica a los niños, se hace apología del terrorismo. Eso es educar a la generación del futuro en los peores valores. No por los israelíes sino por ellos mismos.
Lo hemos dicho y escrito muchas veces: pobres palestinos.
Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(21 de Julio de 2019)
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