(Imágenes del funeral: captura de pantalla de la tv pública KAN, en transmisión facilitada por GPO, oficina de prensa del gobierno)
A pocos días de recuperado su cuerpo y devuelto a Israel, casi cuatro décadas después de haber desaparecido tras la cruenta batalla Sultan Yaaqub en territorio libanés, Zejaria Baumel fue sepultado en el cementerio militar en el monte Hertzel de Jerusalem. Con honores y una atmósfera de gran solemnidad, en un entierro militar, pero sin salvas ni disparos simbólicos de honor, tal cual solicitó su familia.
En presencia de su madre Miriam, su hermana Asná y su hermano Shimon, de sus ex compañeros de armas en aquella cruenta batalla, se dio a Zejaria el último adiós. El ataúd cubierto con la bandera de Israel fue llevado a la tumba por soldados y oficiales de las Fuerzas de Defensa de Israel, se le retiró la bandera antes de ser bajado al lugar de su eterno descanso y luego comenzó la parte ceremonial. Formal y predecible, pero sumamente emotiva.
El Maale Rajamim en boca del Jazan del ejército Shai Abramson, una lectura de un capítulo de los Salmos por parte del Rabino Jefe de Tzahal Brigadier General Eyal Krim y el Kadish dicho por Shimon Baumel, el hermano de Zejaria.
Shimon decía de memoria el Kadish y nos imaginábamos la mezcla de dolor y alivio. Tras tantos años de incertidumbre, al menos saben que hoy Zejaria puede descansar.
De fondo, tras el podio de oradores, una formación de honor de jóvenes soldados de Tzahal, que por cierto ni habían nacido cuando Zejaria cayó en combate.Pero son parte de la misma línea, del mismo legado, del mismo compromiso por el cual Zejaria fue finalmente devuelto a casa.
El Presidente del Estado Reuven Rivlin habló directo a Zejaria, mirando a su tumba. “Zejaria, hace 37 años, unos días antes de la batalla en la que caíste, escribiste a tus padres Yona(z”l) y Miriam-que tenga larga vida: ´No se preocupen, todo está bien, pero parece que no vendré pronto a casa´. Pasaron desde entonces 37 años, pero hoy has vuelto a casa, a nuestra tierra, a Jerusalem”.
Rivlin recordó que el año pasado, había invitado a Asná, la hermana de Zejaria, a acompañarlo en la Marcha por la Vida en Auschwitz y que en la caminata, hablaron de él. “Mientras marchábamos de Shoá a Tkumá (renacimiento), de Auschwitz a Jerusalem, me contó sobre ti. Que eras un joven de alma sensible, que te gustaba el basquetbol, que soñabas con ser sicólogo y ya habías sido aceptado a estudiar en la Universidad Hebrea. Pero entonces estalló la guerra”.
Y agregó: “Mira a tu alrededor Zejaria. Si pudieras ver a tus comandantes y compañeros, ya cerca de los 60 años de edad, algunos de ellos ya abuelos de nietos…pero nosotros te sepultamos hoy a ti como un joven combatiente de 22 años, no más”.
Tanto el Presidente Rivlin como el Primer Ministro Biniamin Netanyahu recalcaron el símbolo central destacado hoy : el compromiso por devolver siempre a los hijos a casa.
“Hoy podemos decir con fe y humildad a los soldados del pasado, presente y futuro, que no descansaremos en esta misión sagrada
Hasta que todos los que cayeron vuelvan a casa”.
Quien no estaba presente en la ceremonia, pero sí acompañaba en espíritu muy fuertemente cada paso, era Yona Baumel, el padre de Zejaria, fallecido hace 10 años, quien luchó durante 26 años por recuperar a su hijo, por averiguar algo sobre su posible paradero.
“Ya casi en su lecho de muerte, Yona dijo que fracasó. Estaba decepcionado”, recordó Netanyahu. “No cumplí con mi misión, dijo Yona, Zejaria no volvió a casa”. Y agregó:”Yona, hoy nosotros al fin podemos decirte que tú no lograste verlo, pero que la misión de traer a Zejaria a sepultura en Israel, ha sido completada”.
El Primer Ministro agregó: “Sobre la tumba fresca de Zejaria Baumel, elevo una plegaria por todos los caídos y desaparecidos: Shavé meeretz oiév, veshavu banim ligvulam. Y volverán de tierra enemiga y volverán los hijos a su tierra. Bendita sea la memoria de Zejaria”.
Tras contar que agradeció personalmente al Presidente de Rusia Vladimir Putin en Moscú por su ayuda en la ubicación y devolución de los restos de Zejaria Baumel, contó que hace dos años le había pedido que interceda al respecto y Putin aceptó de inmediato.Y este jueves, en el Ministerio de Defensa en Moscú, se llevó a cabo una singular ceremonia recordatoria en la que un ataúd con pertenencias personales de Zejaria Baumel, fue cubierto con la bandera de Israel, mientras soldados rusos llevaban una foto del soldado israelí. “Sentí un estremecimiento”, dijo Netanyahu.
(Las imágenes de la ceremonia en Moscú son de KOGI GIDEON, GPO)
Y en un mensaje de unidad, que no es el característico estos días en Israel en medio de la campaña electoral, aseguró que “la recuperación de los desaparecidos caídos en combate ha sido y es una misión sagrada que todos los gobiernos de Israel han considerado suprema, actuando por ella sin cesar, desde Sultan Yaaqub hace 37 años”. “Este es un compromiso que no cesa nunca. La unidad de la nación envuelve la tumba de Zejaria. También cuando tenemos discrepancias y discusiones que son parte natural de la vida en un país libre y democrático, el punto interno que nos une en las buenas y en las malas, es más fuerte que todo”.
El último en dirigirse a los presentes fue el Comandante en Jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel, Teniente General Aviv Kojavi, que el miércoles, al hablar en una ceremonia sobre el regreso de Baumel a casa, tuvo que interrumpir sus palabras unos segundos por la emoción. Kojavi, que se enroló a los 18 años al servicio militar obligatorio tan solo dos meses después de aquella cruenta batalla de la que Zejaria Baumel no volvió, habló hoy con la responsabilidad que le impone su cargo.
“Desde que se perdió el contacto y entendimos que volvimos sin ellos a casa (A.J: Zejaria Baumel, Tzvi Feldman y Yehuda Katz, los tres desaparecidos en el combate), iniciamos otra guerra, distinta, en la sombra, no a la vista de nadie, pero con las mismas características de una guerra militar: determinación, perserverancia, constancia y gran profesionalismo. Fue un esfuerzo de muchos años….Devolver a los combatientes a casa, no es solamente un ethos sobre el cual educamos sino un empuje profundo y auténtico que nos lleva a seguir buscando…Cumplir una misión siempre es lo primer. Pero si durante su realización caen soldados, sus padres deben saber que entregaron el destino de sus hijos en manos de comandantes que harán todo para devolverlos a sus fronteras, por devolverlos a casa”.
Y recordando a los otros desaparecidos que aún no han sido ubicados, Kojavi resumió: “La misión aún no está completa”.
Estos días, también en medio del dolor, los acontecimientos nos recuerdan lo singular de Israel. Lo especial del Estado judío, que en medio de tantas luchas, discusiones y polémicas, no se olvida de los hijos a los que tiene que recuperar.
Cuando llega a su fin un operativo secreto de este tipo, quedan en evidencia, aunque no se den los detalles, todos los años dedicados a tratar de averiguar. Los esfuerzos políticos y de Inteligencia por hallar otra clave, otra llave que abra el secreto. Los innumerables encuentros secretos cuyo único objetivo era ver cómo devolver a los hijos a casa.
Y cuando aparece el propio Comandante en Jefe del Ejército con la voz entrecortada ante oficiales y soldados, mirando a un costado por unos segundos como si con eso pudiera disimular que está por llorar al contar lo logrado, ahí está el alma de Israel.
Está en el hecho que los 37 años pasados desde aquella batalla no sumieron a aquellos jóvenes soldados en el olvido. Sus comandantes les prometieron cuidarlos. No pudieron salvarlos. Pero al menos, hacen todo para devolverlos a casa.