Análisis y opinión. Y por qué apoyamos con entusiasmo la declaración de Trump.
Aunque la proclamación terminante y oficial por parte del Presidente Trump reconociendo formalmente la soberanía israelí en los Altos del Golan será formulada seguramente la semana próxima durante la visita del Primer Ministro Biniamin Netanyahu a Washington, es oportuno hacer ya ahora unos comentarios. Al declarar que “es hora de reconocer” esa soberanía, está todo claro.
La noticia ya ha circulado en las últimas horas. Lo que desde esta página deseamos aportar, es una mirada al trasfondo, un recordatorio de la historia, para tener todo presente en la justa medida.
Pues bien. Está claro que Israel conquistó los Altos del Golan por la fuerza, en guerra. Está claro que antes eran parte del territorio soberano de Siria porque así fueron las líneas trazadas por las potencias al repartir los territorios en la zona .
Pero Israel conquistó parte de los Altos del Golan en una guerra de autodefensa, en la que de todos modos el objetivo inicial no era en absoluto salir a ocupar tierras de otros, sino garantizar la existencia del Estado judío, frente a las amenazas de sus vecinos árabes: el Egipto de Gamal Abdel Nasser ante todo, que influía directamente en lo que hacía Siria y también sobre el Rey Hussein de Jordania, que por escuchar los inventos de Nasser, perdió Jerusalem.
Aquel junio de 1967, en el frente sirio, por una combinación de extrema confianza en la victoria que Nasser había prometido y de problemas técnicos en sus tropas y armamentos, el ejército sirio se concentró más en cañoneos y ataques constantes hacia las localidades civiles israelíes ubicadas abajo en el valle, que en choques directos y de gran envergardura con tropas israelíes. Esos cañoneos eran rutina durante años. Siria aprovechaba la ventaja que le daba la topografía, para hostigar seriamente a los poblados civiles que estaban fácilmente ante las mirillas de sus armas.
Fue la propia población civil de esas localidades la que rogó al gobierno que haga algo, que ponga fin a esa amenaza.
Finalmente, el 9 de junio-cuatro días después del comienzo de la Guerra de los Seis Días- Israel decidió lanzar una ofensiva en los altos del Golan, para intentar tomar control de la zona desde la cual Siria bombardeó durante años a la población civil israelí.
Nos parece relevante, en el momento actual, compartir algunos fragmentos de una entrevista que realizamos tiempo atrás al General (retirado) Yeshaiahu “Shaike” Gavish, que fue Jefe del Comando Sur durante la guerra. Aquel, el frente egipcio, fue considerado el central. Pero sus apreciaciones sobre la guerra en general y algunas menciones sobre el frente sirio, en el norte, son muy ilustrativas al recordar cómo y por qué Israel conquistó el Golan, además de otros territorios en otros frentes, en la guerra de junio de 1967.
P: ¿Qué lecciones dejó la Guerra de los Seis Días?
R: Creo que debemos pensar que la guerra no puede librarse en territorio de Israel. Somos chicos, no tenemos defensa suficiente en la frontera, no tenemos profundidad, nada.Tiene que ser todo muy rápido, porque todo el mundo puede intervenir de modo inesperado, sea mediante las potencias o con armas.
P: ¿Cuál fue el objetivo de la guerra?Recordemos que finalizó con una ampliación del territorio de Israel, porque conquistó el Sinaí en el frente egipcio, Cisjordania en el frente jordano y los Altos del Golán en el frente norte, de Siria.
R: No salimos a la guerra para conquistar territorios. Salimos a la guerra porque el ejército egipcio amenazaba nuestra existencia y teníamos que destruirlo, sacar la amenaza del camino.
(…)
P: ¿Recuerda cómo se percibía originalmente la probabilidad de guerra?
R: En aquel entonces, antes de la guerra, como Egipto tenía gran cantidad de tropas en Yemen-que terminó retirando en mayo de 1967- y por lo tanto no se creía que podría haber guerra con Egipto. La sensación era que el conflicto es en el norte.
P: En el frente sirio...
R: Justamente. Los sirios se dedicaban a tratar de desviar las aguas del Jordán , trabajaban en territorios desmilitarizados, disparábamos ,teníamos combates aéreos. Durante dos años, la zona norte hervía. Pero la suposición era que eso no conduciría a una guerra y que se trataba únicamente de incidentes fronterizos. Nosotros queríamos impedir que los sirios desvíen las aguas del Jordán y ellos querían impedir que usemos los territorios desmilitarizados.
Gradualmente, los sirios empezaron a sospechar que nosotros pensábamos atacar a Siria, aunque no teníamos intención de hacerlo. Al parecer, el embajador soviético reforzó esa sensación diciéndole a Siria que esos eran nuestros planes. El embajador soviético le dijo al Primer Ministro Levi Eshkol que sabe que el ejército israelí tomó posiciones en la frontera, Eshkol no sólo lo desmintió sino que lo invitó a recorrer la zona con él, pero el embajador no quiso.
P: Y Siria creía que habría guerra...
R: Es difícil saberlo a ciencia cierta. Pero quizás porque sí creían que eso sucedería, empezaron a “calentar” a Nasser, diciéndole que ellos están por ir a la guerra y él no hace nada.
P: ¿Cómo explicaría usted por qué Israel ganó la guerra?
R: Ganamos, ante todo, porque sabíamos que no teníamos alternativa. El riesgo era existencial, No podíamos permitirnos no ganar. Era en este sentido como la guerra de independencia. La gente entonces yen el 67 sabía que si no lo logran, no hay Estado de Israel. También en el 67 las Fuerzas de Defensa de Israel comprendieron que si no se gana la guerra, se termina el país. No había otro remedio y todos lo sentían.
P: No era pura propaganda.
R: No, en absoluto. Así lo sentíamos todos.
Hasta aquí Gavish, en una pequeña parte de la extensa entrevista sobre la Guerra de los Seis Días, en la que Israel conquistó los Altos del Golan.
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Siria usó durante años el Golan para cañonear a los habitantes de los poblados civiles israelíes en el valle. Desde que Israel conquistó el Golan, la zona se convirtió en un vergel, símbolo de desarrollo y de vida en paz. Israel jamás se vengó de Siria desde el Golan. Las aldeas drusas que se hallaban en el Golan bajo soberanía siria-Majdel Shams, Ein Qinia, Buqata y Mas´ade- florecieron y viven en paz con la población judía que se asentó en la zona .
Fue en los Altos del Golan israelíes –cabe recordar que parte del Golan sigue estando del lado sirio- que Israel instaló un hospital de campaña para prestar atención médica a sirios heridos en la guerra, que eran traídos por sus amigos o familiares a la cerca fronteriza con Israel, esperando el paso de una patrulla militar para pedir ayuda.
Fueron los habitantes israelíes del Golan los que donaron y recolectaron ropa, juguetes, alimentos y todo tipo de ayuda humanitaria para los sirios que huían de los combates y se refugiaban en la parte sur, frente a la frontera con Israel.
Hubo años en los que gobiernos israelíes, como el del otrora Primer Ministro Itzjak Rabin, estaban dispuestos a negociar con Siria un acuerdo de paz a cambio de una retirada de Israel de los Altos del Golan. Ello, afortunadamente, jamás prosperó. La paz es sin duda una meta noble a la que nunca hay que renunciar. Pero viendo lo que ocurre del otro lado de la frontera, el baño de sangre que ha envuelto a Siria, no podemos menos que respirar aliviados al respecto.
Hoy sentimos que cualquier ciudadano israelí sionista, sea de derecha o de izquierda, tiene motivos para considerar una bendición el reconocimiento, al fin, de la soberanía israelí en los Altos del Golan.