Israel

Científico de la Universidad de Tel Aviv recibe confirmación de patente para vacuna contra el Coronavirus

Se trata de método innovador desarrollado por el Profesor Jonathan Gershoni

En estos difíciles tiempos del Coronavirus, que ya ha matado a más de 160.000 personas en el mundo, mientras se intenta desarrollar remedios que curen el Covid-19, está claro que lo único que pondrá fin de modo terminante a la sensación de crisis, será la vacuna. Sólo eso hará obsoleta la frase tan repetida últimamente en diferentes partes del planeta: “tendremos que vivir junto con el Coronavirus”.

Es en eso que trabaja desde hace tiempo el Profesor Jonathan Gershoni de la Escuela de Biología Molecular de la Célula y de Biotecnología, en la Facultad de Ciencias de la Vida en la Universidad de Tel Aviv. Según confirmó hoy la Universidad de  Tel Aviv en un comunicado de prensa, el Profesor Gershoni  recibió recientemente la confirmación de la Autoridad de Patentes de Estados Unidos para patentar un método especial que desarrolló para una vacuna contra virus de la familia Corona.

Profesor Jonathan Gershoni
Profesor Jonathan Gershoni . Estudia desde hace décadas la familia de los virus Corona.

 

“Esta vacuna se basa en atacar el talón de Aquiles del virus: la zona en la  proteína de la cobertura del virus, llamada RBM, a través de la cual el virus se conecta con el receptor en la célula humana, para entrar”, explica el comunicado de la Universidad de Tel Aviv al confirmar que la patente  fue aprobada en el mes de marzo último.

 Y el propio Profesor Gershoni detalló: “Yo estudio desde hace ya más de35 años las relaciones bilaterales entre los virus y sus receptores en las células del cuerpo humano. En el 2004, cerca del final de la pandemia del SARS, comenzamos a investigar el virus que la había causado, y luego también el virus MERS. Ambos son de la familia Corona. En base a esas investigaciones desarrollamos un método de vacuna que puede ser especialmente efectiva y la patentamos. El nuevo virus de la familia Corona, el SARS- CoV-2, que provoca COVI-19, nos halló prontos. En poco tiempo podremos adaptar nuestro enfoque como plataforma para el desarrollo de una vacuna innovadora y efectiva para el Corona”.

Para entender qué tiene de nuevo el método desarrollado por el Profesor Gershoni, es imperioso ir a lo básico: recordar cómo es que el Coronavirus logra atacar el cuerpo humano . Se conecta con un receptor que está en las células y este es el que le “abre la puerta”. Hoy en día, en diferentes partes del mundo, se está intentando desarrollar vacunas que funcionen a través de la proteína de la cobertura del virus, que es de donde se establece la conexión con el receptor de las células.

“La suposición básica es que los anticuerpos que el cuerpo producirá con la vacuna, se instalarán en la proteína de la cobertura y así neutralizarán al virus. Pero la vacuna que nosotros estamos desarrollando dará a la vacuna una meta más focalizada y de ese modo, aumentará la efectividad de la misma”.

 

Y esta es la explicación en detalle. Según señala el Profesor Gershoni, la proteína de la cobertura del virus a la que se dedican las investigaciones en su mayoría, es una proteína grande que incluye cerca de 1200  aminoácidos. Algunos de los investigadores redujeron su trabajo a una zona de la proteína llamada S1 en la que hay cerca de 650 aminoácidos, mientras que otros lograron concentrarse en una zona con 200 aminoácidos, llamada RBD (por su sigla en inglés del nombre Receptor Binding Domain, o sea la zona de la conexión con el receptor).

El problema, agrega este científico israelí, es que estas zonas incluyen una variedad de objetivos, de metas potenciales de la vacuna y cuando el sistema inmunológico crea anticuerpos para todos sin distinción, la difusión en varias partes reduce la efectividad de la vacuna.

Según el Profesor Gershoni, en los experimentos que llevaron a cabo en el virus SARS y el MERS, hallaron que cuando la zona objetivo en la que se instalan los anticuerpos es demasiado grande, el virus también logra desarrollar estrategias que le permiten evadir los anticuerpos, lo cual puede inclusive agravar la enfermedad.

La conclusión: concentrarse en el punto débil del virus

Es por ello que el Profesor Gershoni resume: “Cuanto más reduzcamos la meta y concentremos el ataque, aumentará la efectividad de la vacuna. Dentro del RBD hay una zona más pequeña aún, con cerca de 50 aminoácidos, llamada RBM (Receptor Binding Motif), que es el sitio exacto que identifica y conecta con el receptor de la célula humana para introducirse en él y así contagiar al cuerpo”.

Y agrega: “Esa zona llamada RBM  es el punto débil del virus, sin el cual no hay contagio, por lo cual el virus hace un esfuerzo para ocultarlo del sistema inmunológico humano. La mejor forma de ganar en esta guerra es desarrollar una vacuna que se concentra específicamente en el RBM”.

El nuevo desafío

Un paso clave en este camino es lograr aislar  y reconstruir el RBM del virus, y eso el Profesor Gershoni y su equipo lo lograron en las investigaciones anteriores de SARS y MERS. Ahora adaptar la tecnología desarrollada para su uso contra el virus que provoca COVID-19. Para este innovación, la compañía Ramot de la Universidad de Tel Aviv, que se encarga de la aplicación para la industria de los desarrollos científicos, ya ha presentado una solicitud de patente y aguarda la respuesta. “La meta es por supuesto desarrollar y producir masivamente la vacuna que neutralice la amenaza del Corona en el mundo”, recalca Gershoni.

Ana Jerozolimski
(19 Abril 2020 , 12:26)

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