Este año se cumple el 140° aniversario desde que Eiezer Ben Yehuda, renovador de la lengua hebrea como idioma moderno del pueblo de Israel y el Estado judío, llegó a la tierra de Israel proveniente de Lituania, se instaló en ella y comenzó a luchar por esa parte del renacimiento nacional.
Nos pareció que para la ocasión, es más que oportuno compartir una entrevista que realizamos hace ya tiempo atrás con Guil Hovav, cuyo bisabuelo Eliezer Ben Yehuda fue el revolucionario decidido a convertir al hebreo de idioma sacro en la lengua a usarse todos los días en la vida normal. Evidentemente, lo logró.
Guil (escribimos así para que se pronuncie bien, aunque él lo escribiría en letras latinas Gil) es una figura conocida y querida en Israel. El ciudadano promedio ve en él una figura clave de la televisión en el mundo de los programas culinarios. Los suyos han sido de los más originales hechos en Israel.No se trata solamente de cocinar sino mucho más allá de ello. Además, escribe, publica, viaja mucho…y tiene lo que contar también sobre sus orígenes, sobre su singular familia.
LA FAMILIA
P: Guil, tu figura abarca muchos aspectos interesantes..Entonces, necesito tu ayuda..¿Cómo te presento? ¿Como el bisnieto de quien revivió el idioma hebreo Eliezer Ben Yehuda? ¿Como una conocida figura del mundo de la cocina y la culinaria israelí?
R: La verdad es que soy muchas cosas a la vez. Ante todo, es cierto que soy el bisnieto de Eliezer Ben Yehuda, el nieto de su hijo Itamar Ben Avi, el hijo de Drora y Moshe Hovav y más que nada soy el nieto de Lea Abushdid, mi abuela (la esposa de Itamar), que fue una figura clave en mi vida..
P: Te cuento que cuando mi hijo mayor tuvo que leer en la escuela el libro sobre el amor entre tus abuelos Itamar y Lea, primero lo leí yo y no podía dejarlo ni por un segundo.Me atrapó la historia y la forma en que la escritora Dvora Omer la transmitió. Me refiero por cierto al libro “Habejór lebéit Avi”, o sea “El primogénito de la casa de aví”.. que suena como “mi padre” y que de hecho en hebreo es una sigla con las iniciales de Eliezer Ben Yehuda.Itamar Ben Avi sobre cuya historia de amor con Lea Abushdid es el libro, era el hijo de Eliezer Ben Yehuda. Y tu abuelo.
R: Exactamente. Ahí está pues el principio porque vine de allí. Pero la verdad es que no creo en dinastías y herencias. A lo largo de mi vida he conocido tantos hijos tontos de gente exitosa y viceversa, que creo que cada uno tiene que probar su propia capacidad. Y en lo que a eso respecta, yo escribo, fui periodista mucho tiempo, tengo un sitio de internet, estoy en la radio, doy muchas conferencias en Israel y el mundo-llega a ser varias veces por semana- y lo disfruto enormemente.
P: ¿Las conferencias son sobre comida y cocina? Es en ese ámbito más que nada que se te conoce en Israel..
R: No, justamente no. Una de las conferencias se llama “Comida pequeña y grandes mujeres”, y es sobre las mujeres locas que me criaron en mi familia y otra “Eliezer Ben Yehuda en pantuflas”, en la que explico por qué en realidad no se puede hablar sobre Eliezer Ben Yehuda en pantuflas, explicando la historia del hebreo desde el punto de vista de la familia, contando sobre los secretos que quedaron en la familia. Así que soy varias cosas a la vez. En cuanto a la familia, aclaro que no me molesta en absoluto recordar la ascendencia familiar. Estoy sumamente orgulloso de ella. Pero realmente la vida me ha enseñado que primero uno tiene que saber llenar su propio lugar y luego puede hablar de los que vinieron antes. Espero no estar dándoles ningún motivo para sentirse avergonzados de mí.
P: Sin olvidar pues ese contenido que tú quieres dar a tu vida en base a tus propias acciones, comencemos, si te parece bien, por la familia.¿Cómo es ser el bisnieto de Eliezer Ben Yehuda, y el nieto de su hijo Itamar ben Avi y de Lea Abushdid… y el hijo de tu padre , el inolvidable locutor de Kol Israel Moshe Hovav? Recuerdo claramente el trueno de su voz en la radio, su perfecta dicción...
R: Es hermoso. No diré que no abre puertas. Claro que sí, en muchas áreas. Cuando era alumno de escuela, siempre me trataban especialmente bien los maestros de Idioma hebreo..
P: Claro...con todo lo que mamaste en casa en cuanto a cómo hablar bien...no se podía esperar otra cosa..
R: Sí, pero también en forma injustificada, porque mi apellido les daba miedo..Cuando crecí un poco y mi padre ya era sumamente famoso, era la voz del país a través de la radio, claro que al ir a periodismo era muy útil ser “el hijo de Moshe Hovav”. Y eso me llevaba también a conocer todas las calles con el nombre Ben Yehuda en el país.Tengo mis cuentas con ciudades de acuerdo al tamaño de la calle Ben Yehuda.Jerusalem está bien, Tel Aviv también, Haifa más o menos.y Montevideo todavía tiene un camino que recorrer.
Hablando en serio, claro que la ascendencia familiar ayuda y es buena. Y la verdad es que aquellos de la familia a los que no conocí personalmente, los conozco leyendo sobre ellos , y disfruto de ver cómo eran. No siempre fáciles y no siempre normales, pero gente con valores que logró cosas en la vida. Si hay calles a nombre de mi bisabuelo, de mi abuelo, de mi padre, es porque hicieron algo..Hay que dejar una impronta en la vida.
P: Dices que no era gente fácil…y yo me imagino que un revolucionario que nada contra la corriente-como lo era sin duda tu bisabuelo Eliezer Ben Yehuda que hizo renacer para el uso diario el idioma hebreo – no puede ser una persona con la que era muy fácil tratar..¿verdad?
R: Era una persona sumamente difícil. Siempre digo en mis conferencias que hay dos tipos de personas-revolucionarios y profetas (y él era ambas cosas)- cuya característica primordial era que no tienen sentido del humor. Estoy seguro que Che Guevara tampoco tenía sentido del humor. Es que uno está todo el tiempo mirando hacia la meta y fijándose en lo que está mal y hay que corregir y por lo tanto no puede comprender que la realidad podría ser también totalmente diferente…
Eliezer ben Yehuda era un hombre sumamente difícil y estoy seguro que no era ningún gran placer ser su hijo o su hija. Pero lo que sí puedo asegurar es que sus hijos lo admiraban. Cuando crecieron, todos lo admiraban. Lo llamaban “Aví hagadól”, mi gran padre, algo así…Podían pues admirarlo, pero vivir a su lado-tal cual pueden contar sus dos mujeres –no era fácil.
P. Ahora me acuerdo que hace muchos añosvi en la televisión un programa en el que entrevistaban a una mujer mayor que supongo sería de tu familia, de apellido Ben Yehuda y que contaba sobre varias peripecias con el hebreo..
R: Seguramente era Dolá (apodo de Dvorá), la hija de Ben Yehuda de su segundo matrimonio , con Jemdá, con quien se casó cuando falleció su primera esposa. Jemdá era la hermana de Dvorá y a su hija le puso el nombre Dolá en recuerdo a su hermana .Así que Dolá era medio hermana y prima de mi abuelo Itamar Ben Avi.
P: Hay que hacerse un mapa, como en “Cien años de soledad”..…Recuerdo que en aquella entrevista ella hablaba un hebreo muy especial y contó sobre una vez que compró algo en un centro comercial que ya no existe, en el Kolbo Shalom en Tel Aviv, y cuando preguntó a la vendedora si puede pagar con cheque, en lugar de usar la palabra “chek” en el hebreo común de hoy, que en realidad es por cierto una palabra internacional, usó la palabra original en hebreo, “hamjaá”. El punto de hervor fue cuando preguntó si tiene que anotar su “saj rajók”, una palabra que Eliezer Ben Yehuda ideó para “teléfono” pero que no logró entrar bien al idioma y nadie usa..Y ella mismo contó que la vendedora le dijo. “perdóneme señora ..¿usted es olá jadashá? “..O sea si es nueva inmigrante.
R: Excelente…
P: Guil, mencionamos antes el libro..El amor que describe allí la escritora Dvora Omer entre tus abuelos es una gran historia, más que nada viendo los dos mundos que se fusionaban, Itamar Ben Avi que no tenía nada y era ashkenazí y Lea ABushdid, que venía de una de las más distinguidas familias sefaradíes de Jerusalem…
R: Todavía recuerdo cuando Dvora Omer fue a casa de mi abuela a pedirle que le cuente al respecto….Yo suelo decir que en este tema del renacimiento del idioma hebreo se suele recordar a los hombres, pero que en realidad las verdaderamente grandes eran las mujeres. Hemda Ben Yehuda, la segunda esposa de Eliezer Ben Yehuda, fue la que hizo todo. Gracias a ella se publicó el diccionario. Claro que él trajo su genialidad, pero si ella no hubiera conseguido el dinero , los vínculos, si no hubiera sido por su empecinamiento, el diccionario no sale.
P: Y también en tu casa, entre tus abuelos, tienes claro quién era el gran personaje..
R: Por supuesto. Si se compara a mi abuelo Itamar Ben Avi al que el mundo recuerda y en cuya memoria fueron nombradas calles en diferentes partes, con su esposa, mi abuela, Lea Abushdid, está claro que ella era más inteligente que él, más preparada que él, más capaz de traer ingresos a la casa. A él no lo conocí, estoy seguro que era un hombre fabuloso , pero ella era , como decimos en hebreo, más grande que la vida misma…
P: No es casualidad que él se haya enamorado tan perdidamente de ella.
R: Por supuesto. Era hermosísima pero lo más importante es que era sumamente instruida y preparada. Ella hablaba, leía y escribía a la perfección seis idiomas: hebreo, árabe, marroquí, francés, inglés y español. Venía de una familia sumamente rica y muy pero muy considerada, de cultura europea pero levantina, de Jerusalem . Fue educada en las mejores escuelas y eso dio sus frutos. Era todo: era una actriz excelente, inteligente, cómica, sabía mucho, era sumamente curiosa. Y estaba perdidamente enamorada de él.
P: Así que también él tenía algo…
R: ¡Claro! Eso está clarísimo..Ella dejó todo su mundo por él. Salió de su casa, que estaba muy cerca de aquí donde estamos sentados ahora, para irse con él. Salió de su casa sin nada, sólo con su ropa. Acordaron que ella renunciaría a su dote para que no digan que él se casaba con ella por su dinero. Sus padres querían darle, pero ella no quiso. Eso era su orgullo sefaradí.
P: Y eso mostró también su personalidad singular.
R: Sin duda. En la luna de miel viajaron en barco y en determinado momento él se le acercó, pálido totalmente, y le dijo “se me cayó la billetera con todo el dinero, al mar”. Ella se enojó. Recuerdo que yo, de niño, le pregunté qué hicieron entonces y ella me contestó: “¿Te parece que le iba a dejar tener todo el dinero? Le di dos liras y le dije que eso era todo el dinero. Yo tenía el dinero en el soutien”.
LA LUCHA POR EL HEBREO
P: Cuando te pregunté al principio cómo es ser bisnieto de, hijo de y demás, pensaba también en lo relacionado a la lucha por el hebreo. En la vida diaria, además de haber crecido tú con un hermoso hebreo ¿fue una lucha que te dejaba loco o algo que salía naturalmente?
R: La verdad es que era algo natural porque esa era la realidad en la que crecimos. El hebreo era importante , por los dos lados. En el lado Ben Yehuda, no importaba que uno se equivoque siempre y cuando no se usen palabras internacionales. Siempre y cuando se diga “yaakovit” en lugar de “jacket”, “Tziburit” en lugar de “otobus”, “maajadá” en lugar de “coalítzia” y muchas otras palabras que quedaron sólo en casa porque no lograron entrar realmente al uso común del idioma en la calle. No les molestaba, por ejemplo, si uno cometía un error y decía el sustantivo en masculino y el número en femenino…pero no que traigas palabras de afuera.
P: ¿Por qué decías de los dos lados?
R: Por el lado de mi padre, Moshe Hovav, que era yemenita-y los yemenitas eran los “yekes” de los sefaradíes, que sabían cada coma, cada pronunciación, cada punto-no podíamos equivocarnos en nada. Así que entre unos y otros crecimos con un hebreo muy lustrado. Te diré que no tenían problema con que se use lunfardo, pero no hebreo bajo.
Hay que respetar al idioma, sea cual sea. La forma en que uno habla es la primera cédula de identidad que uno presenta. Cuando yo oigo una persona que habla bien un idioma, enseguida me inspira respeto.
P: ¿Cómo lidias entonces con la gran cantidad de errores comunes en hebreo que hoy parecen haber entrado en el idioma de todos los días? Es muy difícil actualmente oir a los jóvenes hablar y notar la facilidad con que dicen mal los números cambiando masculino por femenino todo el tiempo. Aquí tendría que aclarar que en hebreo, si digo por ejemplo tres mesas, el número, el tres, tiene que adecuarse a si el sustantivo, o sea mesas, es femenino o masculino, no como español que el número no cambia.
R: Exactamente. A esta generación no le importa tanto. Pero a mí no me molesta ser de los últimos mohicanos. La verdad es que a mi hija la corrijo y si estamos afuera en un negocio me dicen que la deje tranquila, que no la enloquezca. Pero el idioma hay que hablarlo bien. Y entonces ella también puede ser una de los últimos mohicanos.Sea como sea, tengo que aclarar que lo que se considera la mayor victoria de Eliezer Ben Yehuda fue en la batalla por los idiomas, a comienzos del siglo XX y era sobre el idioma en el cual enseñarían en el Tejnion. Cuando fundaron el Tejnion, que era la primera universidad judía en Palestina, todos parecían tener claro que allí enseñarían en alemán ya que ese era el idioma de la ciencia, que hoy es el inglés.
Pero Eliezer Ben Yehuda libró una guerra al respecto, les escribió a los donantes al Tejnion que no envíen dinero. “Ningún docente va a entrar aquí si enseñan en alemán”, advirtió. “No los vamos a dejar entrar al edificio”. Y ganó. ¿Y sabes por qué la Universidad Hebrea se llama así? No por estar en Jerusalem y hebrea por judía sino porque se comprometió a enseñar en hebreo. Lo mismo con la Gimnasia Hebrea en Jerusalem, porque fue la primera que enseñó en hebreo, no en francés.
Cuando hoy en el Tejnion hay cursos superiores en inglés, me parece terrible. Mi compañero, Dani, es profesor de Computación. Le entregan trabajos escritos en inglés y él los corrige en inglés y a mí me saca de quicio. Le digo todo el tiempo que debe sentirse comprometido con la cultura, que si él como profesor no actúa de acuerdo a ello, no se podrá esperar eso de nadie. Pero me responde que no sea provinciano, que el mundo de la ciencia es en inglés y que nosotros no lo vamos a cambiar. Eso me molesta mucho más que oír a alguien que se equivoca entre el femenino y el masculino.
SUEÑOS Y DESEOS
P: Hemos hablado de historia, a través de la de tu propia familia….Miremos al futuro. ¿Qué quisieras ser cuando seas grande?
R: Anciano. Siempre quise ser viejito, desde joven..En serio…Me gusta la gente mayor. Lo asocio a tranquilidad, a sabiduría, a gente que sabe qué es más importante y qué menos..Todavía no estoy allí.Me falta todavía aprender mucho para eso.
P: ¿Y qué le deseas a Israel?
R: Paz, paz y más paz. Que no tengamos que luchar, que herir ni resultar heridos, que sepamos transar para cuidar lo que ya tenemos.
P:¿Depende de Israel y de la otra parte?
R: Por supuesto.Pero creo que nosotros somos la parte fuerte y que por eso podemos extender nuestra mano. Al menos, eso es lo que me han enseñado a mí.
P: Guil, no tengo palabras..Gracias por este tiempo..
R: Gracias a ti, de todo corazón.