Preocupante aumento de los ataques contra judíos en Estados Unidos.
La comunidad judía norteamericana, heterogénea en su forma de vivir y su grado de religiosidad, no le ha dado a lo que está ocurriendo en los últimos tiempos, otro nombre que no sea “antisemitismo”. Eso ya es suficientemente grave y exacto, para hacer referencia al incremento en la cantidad de ataques contra judíos, varios de los cuales se dieron recientemente en la zona de Nueva York. Pero el Gobernador de Nueva York, precisamente para destacar la gravedad de los hechos, buscando al parecer un término que irradie lo preocupante de la situación, lo ha llamado de “terrorismo doméstico”.
“Esto es un acto de terrorismo. Creo que éstos son terroristas domésticos. Están tratando de infundir temor”, declaró Andrew Cuomo al finalizar su visita al Rabino Leibish Rottenberg en Monsey, en cuya casa particular irrumpió el sábado de noche un individuo con el rostro cubierto y comenzó a acuchillar gente, dejando a 5 personas heridas, 2 de ellas seriamente. Ello ocurrió poco después de las 22.00 hora local, cuando estaba terminando una celebración de Janucá, pocas horas después del encendido de la séptima vela. El atacante intentó luego infructuosamente entrar a la sinagoga aledaña y optó finalmente por huir. Fue detenido e identificado como Thomas Grafton, de 37 años.
La reciente ola de atentados antisemitas comenzó hace ya varias semanas. Un mes antes del registrado en la casa del rabino, fue apuñalado un judío en la misma zona, cuando estaba en camino a una sinagoga en Monsey.
Luego, el 10 de diciembre, fue atacado el Mercado kosher de New Jersey. Allí fueron asesinados 1 policía y 3 civiles, 2 de ellos miembros de la comunidad Satmar local. Estaba claro, según confirmaron luego las autoridades, que los atacantes se dirigieron explícitamente a una tienda identificada con judíos.
Luego vino una serie de incidentes contra judíos, casi diariamente, que parecían ser ataques “espontáneos”, no por ello menos graves pero no planeados de antemano. Se trató de ataques, golpes, de parte de individuos afroamericanos a judíos con los que se cruzaban o a los que divisaban en la calle. Desde el 13 de diciembre fueron 8 los ataques, incluyendo el del sábado.
Pero este último, nuevamente fue claramente planeado de antemano. El atacante sabía claramente adónde entraba y fue armado.
El estallido de incidentes antisemitas que van mucho más allá de la propagación del odio en las redes sociales y se manifiestan en ataques de violencia física, preocupa seriamente a las comunidades judías, que se sienten expuestas. Moab Vardi, director de Información internacional en la radio y televisión públicas de Israel, contó que por primera vez se están tomando medidas protectoras en comunidades y sinagogas, que se manda a niños a cursos de autodefensa y se organizan grupos dentro de las propias comunidades para garantizar protección.
La reacción de las autoridades ha sido, al menos en la parte declarativa, terminante. El Gobernador Andrew Cuomo escribió en las redes sociales que instruyó a la división de crímenes de odio en la Policía a “investigar de inmediato y a utilizar toda herramienta disponible para hacer que el atacante pague de acuerdo al máximo rigor de la ley”.También la Procuradora General de Nueva York, Letitia James, publicó un comunicado exhortando a que haya “cero tolerancia a actos de odio de cualquier tipo”.
Se ha ordenado estrechar la guardia y las patrullas en zonas donde se teme sean cometidos atentados, así como también la protección de casas de oración.
De fondo se recuerda siempre el peor atentado antisemita registrado en la historia de Estados Unidos, hace poco más de un año: los disparos efectuados por un extremista de ideología supremacista blanca en la sinagoga de Pittsburgh, atentado que terminó con el cruento saldo de 11 personas muertas.
En el mes de abril, la Liga Anti Difamatoria de B´nai B´rith informó que en el 2018 se había registrado un número de ataques antisemitas similar al considerado record del año anterior: 1879 incidentes.