Numerosos israelíes llegan a votar acompañados de sus hijos
Todo ciudadano israelí tiene derecho a votar a partir de los 18 años, pero desde mucho más pequeños los niños israelíes están expuestos al significado de las elecciones. Probablemente muchos no lo entienden a fondo. Viven en libertad desde siempre y afortunadamente, no pueden captar una situación diferente.
Muchos, que reciben explicaciones de sus padres, maestras jardineras y maestras de primaria, esperan con gran expectativa el día de las elecciones, que es además feriado nacional, lo cual influye por cierto en el ambiente general. “Yo puedo poner el sobre en la urna ¿verdad mamá?”, decía un niño a su mamá sonriente, a la entrada de la escuela Szold de Jerusalem, que como tantas otras del país tiene varios centros de votación.
Quien aguardaba ansiosa este martes 17 de setiembre era Ron, de 6 años, que se levantó temprano para acompañar a su mamá Meital, en el moshav Udim donde viven.
Como también en abril ambas fueron juntas a votar , Ron ya tenía experiencia y sabía qué quería su mamá poner en el sobre. En su caso, su opción era Kajol Lavan.
“Le expliqué que votamos por quien va a cuidar a Israel y garantizar un futuro mejor para el país”, nos dijo Meital. Y recordando que su hermano mayor está en pareja con un compañero, agregó: “También le expliqué que votamos por quien creemos hará posible que Idan y determinadas parejas del mismo sexo, puedan ser padres como todos”. De fondo, evidentemente, está la discusión sobre qué encares de vida representan los distintos candidatos y sus socios potenciales, tendiendo a una línea conservadora y religiosa o más liberal.
Ron ya va a la escuela y en 1° ya les explicaron qué son las elecciones y quiénes son los candidatos.
A la puerta de la escuela Szold encontramos a Mijal, que llegó a votar bien acompañada. Pedimos permiso para tomarle una foto con sus hijos y estaba encantada, contando que al mayor, en el jardín de infantes, ya le habían explicado qué son las elecciones.
“Se elige al Primer Ministro”, explicó su primogénito un tanto tímido. Su hermano menor, según contó la madre, se despertó temprano esperando ya salir a votar.
Más allá de posiciones políticas y matices diversos, cabe suponer que cada votante elige la papeleta que considera es la mejor para el futuro de todo el pueblo de Israel.
¡Que así sea!
