También al gobierno libanés, que no frena a la milicia pro-iraní
¿Alguien tiene idea quién es el Presidente de Líbano? ¿Y el Primer Ministro? ¿El Presidente del Parlamento? La pregunta, claro está, no va dirigida a quienes siguen de cerca la realidad de la región y se interesan en detalle por ella, sino a ciudadanos promedio que cada tanto quizás leen alguna noticia o miran un informativo.
Seguramente muy pocos sabrán responder Michel Aoun , Sa´ad Hariri y Nabi´Beri respectivamente. Pero difícilmente haya alguien que no conozca a Hassan Nasrallah, Secretario General de Hizbala, el brazo de Irán en Líbano. Nasrallah, que acaba de cumplir 59 años, nació en Líbano. Pero en su calidad de jefe de Hizbala-cargo que ocupa desde 1992- sirve una agenda foránea: es el brazo de Irán dentro del Estado libanés.
El problema es que no se trata meramente de haber abrazado una ideología determinada, en este caso el de la revolución islámica del Ayatollah Khomeiny y sus seguidores, sino de la traducción práctica en el terreno, que ha convertido a Hizbala en un Estado dentro del Estado libanés. O mejor dicho, en el ejército más poderoso de Líbano.
Pero el problema central es que ese ejército, que hace mucho dejó de ser simplemente una milicia, está dispuesto a arriesgar al país todo para poner en práctica la agenda hostil de Irán y la suya propia, contra Israel. El territorio libanés es la base desde la que en repetidas ocasiones Hizbala atacó a Israel. Cabe recordar especialmente el lanzamiento masivo de misiles en julio del 2006 y el ataque a una patrulla del lado israelí de la frontera, secuestrando a tres soldados a los que mató, matando a otros en el momento, lo cual desató la así llamada Segunda Guerra en Líbano.
Desde entonces Nasrallah está en el bunker, pero desde allí habla ante cámaras como si fuera el dueño del destino de Líbano, hasta mostrando mapas de Israel en los que-señala- tiene numerosos blancos para elegir hacia los que lanzar los misiles de Hizbala. Y a ello se agrega lo que no cuenta pero Israel sabe: el continuo almacenamiento de arsenal bélico que amenaza a Israel y el desarrollo del proyecto de misiles precisos ordenado por Irán, que constituyen una amenaza estratégica de enorme envergadura para Israel.
Distintos medios de prensa libaneses identificados con Hizbala, especialmente las emisoras de televisión Al Mayadín y Al Manar transmitieron entusiastamente todos los últimos pronunciamientos de Nasrallah y el video del ataque del lunes a Avivim en la frontera israelo libanesa., presentándolo como gran victoria. Lo que nadie parecía preguntarse-hasta ahora-era qué derecho tiene una organización pro iraní para arriesgar al Estado y pueblo libanés a una guerra de grandes proporciones, si Israel decidía responder en forma masiva y no puntual y quirúrgica como hizo.
Pero al parecer hay también otras voces, que en lugar de glorificar “los impresionantes logros de Hizbala”, expresaron furia por su comportamiento.
La más destacada es la del ex Primer Ministro libanés Fouad Siniora, que se desempeñó en el cargo justamente durante la guerra del 2006. En una entrevista con la cadena televisiva británica “Sky News” un día después del ataque a Avivim con misiles Kornet, Siniora declaró:”Hizbala complica al Líbano. Precisamos una estrategia defensiva. Es inconcebible que Hizbala tome la iniciativa de una acción de ese tipo”. El ex jefe de gobierno libanés agregó que todo terminó en forma limitada “porque Israel perdió sólo hierros y el otro lado perdió árboles”. “Parecería que fue coordinado de antemano por las dos partes, no necesariamente por un vínculo directo, y eso fue lo que bajó el nivel de tensión”.
Nos permitimos agregar nuestra interpretación a las palabras de Siniora: Si el ataque de Hizbala hubiera causado varias víctimas en Israel, la reacción habría sido otra, y en este momento, Líbano estaría quizás pagando un duro precio por permitir a Hizbala hacer lo que se le antoja desde territorio libanés.
Según cuenta el portal israelí Ynet, también se pronunció sobre el tema un parlamentario de la facción del Premier libanés Sa´ad Hariri, quien si bien condenó lo que llamó de “agresión israelí”, dijo que sólo el gobierno libanés puede tomar decisiones sobre guerra o paz. “El gobierno libanés es el único que debe tomar decisiones referentes a la defensa de Líbano, no Hizbala ni ninguna corriente en particular. Tenemos al ejército libanés, y es quien tiene a su cargo nuestra protección, como ciudadanos. Las armas deben estar solamente en sus manos”.
Pero no lo están. En términos de decisiones claves para la seguridad de Líbano, el ejército libanés lamentablemente es irrelevante. No puede contra Hizbala, nunca intentó realmente enfrentarlo, y la culpa la tienen todos los gobiernos de Líbano que desde un comienzo no frenaron a Hizbala ni a sus patrones , Irán.
Otro parlamentario dijo explícitamente que Irán es quien mueve los hilos y quien tomó la decisión de atacar a Israel esta semana desde Líbano. Así fue citado en Ynet: “la decisión de ampliar el marco de la confrontación entre Israel y Hizbala está en manos de Irán, que parecería que en este momento no está interesado en una escalada, razón por la cual vimos que la reacción de Hizbala fue muy calculada Lamentablemente. La decisión de salir a una guerra, está en manos de Nasrallah”.
Pero Nasrallah no es el Presidente del Líbano ni el Primer Ministro. No es él quien debe tomar esa decisión.
Y las caricaturas, una forma de expresión y crítica política muy usada en el mundo árabe, también aportan lo suyo.