Una nota que vale la pena volver a publicar hoy.
A raíz de la firma por parte del Presidente de Argentina Mauricio Macri del decreto proclamando a Hizbala formal y oficialmente como organización terrorista, buscamos en nuestro archivo diferentes notas que hemos escrito a lo largo de los años sobre esta nefasta organización, el brazo de Irán en Líbano.
En nuestro “baúl de los recuerdos”, encontramos entre otras la nota que reproducimos aquí abajo, con información interesante que va más profundo aún que el tema de Hizbala.La escribimos años atrás y fue publicada originalmente en Semanario Hebreo el 31 de julio del 2008, dos años después de la así llamada “Segunda Guerra de Líbano”, causada por el ataque de misiles por parte de Hizbala a toda la zona norte de Israel, y el secuestro de dos soldados que patrullaban el lado israelí de la frontera. Concretamente, la escribimos a raíz del intercambio de prisioneros entre Israel y Hizbala.
Es interesante leer cómo algunos analistas del propio mundo árabe veían la situación.
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De a poco, aparecen las grietas. Tímidamente, sin levantar demasiado la voz, muy gradualmente, pero de a poco, van surgiendo: no sólo loas en el mundo árabe a Hizbalá por el reciente intercambio de prisioneros con Israel, en cuyo marco recibió al terrorista Samir Kuntar, sino también críticas.
No son todas del mismo tono ni van todas necesariamente acompañadas de elogios a Israel .Pero sí son duras contra Hizbalá.
A lo largo y ancho del mundo árabe, se vio a Hizbala entregando a la Cruz Roja , para que pasen a Israel, dos cajones negros con los cuerpos sin vida de los dos soldados secuestrados Ehud Goldwasser y Eldad Regev, a cambio de cinco terroristas vivos y de los cuerpos de 199 muertos en intentos de atentado o en guerra contra Israel. Todo parecía un gran festival de felicitaciones a Hizbalá. Pero hay también quienes piensan diferente.
Las críticas que comienzan a aparecer, no se refieren por ahora al hecho que durante dos años Hizbalá no dijo cuál era el estado de los soldados, si estaban vivos o muertos.Tampoco al hecho que se recibió como un héroe a un terrorista que asesinó a sangre fría a un joven israelí de 28 años ante los ojos de su hija de 4 y mató luego a la niña con la culata de su rifle, destrozándole de inmediato el cráneo golpeándola contra una roca de la playa en Naharia, la ciudad en la que perpetró el atentado en abril de 1979.
Son variadas y reflejan comprensión de procesos internos en el mundo árabe, sin limitarse a los slogans de Hizbalá.
Especialmente elocuente resultó lo escrito por el columnista Fuad el-Hashem del periódico “Al-Watan” de Kuwait, donde de hecho hay también una exhortación al mundo árabe a analizar la verdad del comportamiento de Israel.
“Líbano debería agradecer a Dios que es Israel su vecino y no el Irak de Saddam Hussein”, escribe el editorialista, en cuyo país se siente hace años rencor por Hizbalá, cuyo máximo agente de operaciones, Imad Muhniyeh-asesinado hace pocos meses en Siria- fue responsable del secuestro de un avión en Kuwait en 1986 y la muerte de dos de sus pasajeros.
“Samir Kuntar vivió en prisiones israelíes durante 29 años. Nadie le cortó las orejas, le sacó las uñas ni lo violó”-escribió Fuad el-Hashem. “Comía tres comidas al día, miraba televisión y leía diarios. Hasta se le permitió estudiar en una de las universidades abiertas de Israel , por lo que recibió un título académico”.Y agrega: “Según las imágenes publicadas tras su liberación, queda claro que se halla en buen estado de salud.Ahora podrá comenzar una nueva vida ….Hasta podrá tomarse un vaso de bebida y decir ´gracias Israel´por ser más humano que Saddam Hussein y su partido terrorista”.
El editorialista kuwaití sostiene que Kuntar y su familia deben agradecer a Dios que Israel sea su vecino.”Si no, Kuntar no habría vuelto a su patria de pie, pesando 90 kilos , sino en una bolsa de plástico con unos pocos huesos, como nuestros prisioneros volvieron a nosotros”.
Se estima que fue asesinado.
Al-Hashem agrega: ”Aunque los prisioneros kuwaitíes eran inocentes, se les alimentaba con trozos de pan duros como una roca y con agua contaminada, y finalmente, se les llevaba juntos al desierto, donde se los asesinaba como lo hacían los nazis y se les enterraba en fosas comunes sin juicio, sin ley, sin abogados y sin rol alguno de la prensa”.
El periodista Roí Nahmias del periódico “Maariv” cuenta también sobre quejas que el periódico libanés “Al Mustaqbal” publicó, exigiendo a Hizbalá explicar qué pasa con 200 prisioneros libaneses “perdidos en Siria”. Cabe recordar que Siria es aliado de Hizbalá, a la que entrega gran cantidad de armamentos y misiles propios y llegados de Irán.
“Quiero recordar el tema de los prisioneros, detenidos y desaparecidos libaneses que se hallan en prisiones sirias desde mediados de los años 70”-escribió el columnista Abdullah al-Hadlak. “¿Acaso el derrotado líder terrorista de Hizbalá puede poner fin al sufrimiento de las familias de estos prisioneros libaneses y hacer que Damasco ponga fin a este tema?”
Y agrega, refiriéndose explícitamente a Hassan Nasrallah. “Si alega que ganó, le invito a actuar con coraje y disparar un misil o un proyectil hacia el norte de Israel. Quizás también a ser valiente y secuestrar un soldado israeí.Si lo hace, las puertas del infierno se abrirán ante él”.
Ya durante la guerra en Líbano de hace algo más de dos años, se oían voces de crítica a Hizbalá dentro del país, acusándole de haber precipitado una reacción israelí con su provocación del secuestro y el ataque misilístico contra el norte de Israel.
No menos interesante resulta leer la crítica de una autoridad islámica-aunque sunita,no chiita como Hizbalá-, el Mufti del Monte del Líbano , Sheik Mohamed Ali al-Jouzoum, que ya en el pasado se manifestó contra Hizbalá.
Si bien no tiene reparos a la bienvenida a Kuntar y no es sobre eso que habla, ve la situación de fondo como muy problemática para el país todo.
“La propaganda de Hizbala tenía una agenda política más allá de la liberación de los prisioneros.Su liberación es una gran cosa, pero para devolver a unos pocos presos de Israel, la patria toda ha sido tomada presa en manos de Hizbalá e Irán”.
El Mufti sostiene con preocupación que “si la patria promueve su interés nacional de un modo que no le viene bien a Hizbalá, pagará un duro precio, tal cual lo hizo en Julio del 2006 y mayo del 2008”.Con ello se refiere, primero, a la guerra entre Hizbalá e Israel y luego, a los disturbios en Líbano en el marco de la crisis presidencial, durante los cuales Hizbalá usó las armas contra otros libaneses.
El Mufti, que no critica a Hizbalá por amor a Israel sino por consideraciones internas libanesas, señala: “Cuando las armas de Hizbalá estaban dirigidas contra Israel, yo me sentía orgulloso, pero ahora siento que esas armas están dirigidas contra las bases del país, que se ha sumido ante ellas”.
