Levantan en andas al nuevo jugador Ali Muhamad, que “La Familia” rechazaba, por su nombre.
Quizás al sumarse recientemente al equipo de fútbol capitalino Betar Jerusalem, el jugador Ali Muhamad de Niger estaba aportando mucho más que la destreza en la cancha. Frente a los gritos racistas de un sector extremista de la hinchada contra este jugador, por su nombre y origen, esta viernes cientos de hinchas fueron a ver a su equipo en el entrenamiento y levantaron en andas a Ali Muhamad como a un verdadero héroe.
Este futbolista africano se encuentra en Israel desde hace aproximadamente un año. Jugó primero en Macabi Natania y hace poco llegó a Betar. En cuanto a su nombre, la explicación está en el origen familiar. Su padre es musulmán, por lo cual según el Islam también él es considerado como tal, pero su madre es cristiana y él mismo se considera cristiano, aunque su nombre confunda.
Si bien está claro que sería injusto juzgar a todo un equipo y a quienes lo aman en base al comportamiento de su barra brava, el tono racista que impuso varias veces el grupo conocido como “La Familia” ha manchado ineludiblemente su imagen. Siempre se opusieron, mediante amenazas y atisbos de violencia, a que se incorpore un jugador árabe al plantel, coreando también cánticos extremistas y hasta “muerte a los árabes” cuando Betar jugaba contra algún equipo de árabes israelíes.
El otro problema es que si bien hubo pronunciamientos contra el fenómeno –y en su momento recordamos que hasta el ex Primer Ministro Ehud Olmert, conocido hincha de Betar Jerusalem, aclaró que no iría más a los partidos si esos cantos no desaparecían- el fenómeno de “La Familia” no terminó. Cuando hace poco el dueño del club Moshe Hogeg anunció que incorporaba a Ali Muhamad, saltaron los extremistas a aclarar que “en Betar no jugará nadie que se llame Muhamad”, o sea Mahoma, Profeta del Islam.
Hogeg ya había dejado en claro que si no termina esta problemática, que llamó con razón de “racista”, él se va.
El problema es que aparentemente por temor a la barra brava, casi no hubo reacciones públicas contundentes contra los extremistas, ni de los jugadores (salvo el israelí Tal Ben Haim y dos extranjeros) ni tampoco del director Eli Ohana y el Director profesional y ex jugador Yosi Benaiun.
Afortunadamente, este viernes quedó en claro que “La Familia” no es sinónimo de Betar Jerusalem o al menos que también los hinchas normales se hacen oir. La mayoría hasta ahora silenciosa o quizás temerosa, empieza hablar. Al llevarse a cabo el entrenamiento en la cancha de Betar en el barrio Bait Vagan de Jerusalem, se hicieron presentes por lo menos 600 hinchas-según informaron medios locales- decididos a expresar su apoyo a Ali Muhamad y de hecho también a la decisión de Moshe Hogeg de traerlo a Betar.
Levantaron en andas a Ali Muhamad, pidieron sacarse fotos con él, lo abrazaron en el pleno sentido de la palabra, gritándole “Ali, te queremos”.
El dueño del club Moshe Hogeg, que se perdió el espectáculo por estar de vacaciones particulares con su familia en el exterior, posteó en Facebook uno de los videos de la celebración.
“’¡Una respuesta contundente al racismo!”, escribió. “La hermosa tierra de Israel, mujeres, religiosos, seculares, niños, adultos, de todos los colores y todos los tipos, vinieron a mostrar que la mayoría silenciosa también sabe rugir y ha rugido el nombre de Ali Muhamad!. Me emociona hasta las lágrimas. Gracias gente linda”, escribió.
Su resumen: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Shabat Shalom Betar Jerusalem”.
En las redes sociales circularon mensajes de hinchas de Betar que expresaban su alegría por las escenas de este viernes. Una de ellas fue la joven Dor Shaltiel, que escribió largo y tendido sobre la verguenza que le inspiraban los gritos racistas y sobre la felicidad de haber visto y oído voces tan diferentes.
