Hertzi Halevi alentó a sus soldados de la comunidad etíope a manifestar pero sin violencia.
El General Hertzi Halevi, jefe del Comando Sur de las Fuerzas de Defensa de Israel, demostró esta semana que un buen comandante es tal no sólo en el campo de batalla sino también como parte de la sociedad en la que vive. Y estos días, uno de los temas centrales en Israel era evidentemente la protesta de los israelíes de la comunidad de origen etíope.
Esto, a raíz de la muerte del joven Salomon Takkah por el disparo de un policía, que la comunidad atribuye a una supuesta ligereza en disparar, por su color. La investigación al respecto aún no ha terminado, y el abogado del policía en cuestión, que está en arresto domiciliario, desmiente terminantemente esta interpretación y sostiene que el disparo de su cliente no tuvo absolutamente nada que ver con el color ni la afiliación comunitaria de Takkah.
Según reveló el portal israelí Ynet, el General Hertzi Halevi envió una misiva interna a todos los oficiales en el Comando Sur, pidiéndoles que reúnan a sus soldados miembros de la comunidad de origen etíope y les exhorten a “expresar su justificada frustración”, pero no violentamente. “Préstenles atención y abrázenlos”, escribió el General.
Este es el texto completo de la carta del General Halevi, difundida por Ynet.
“Comandantes, les escribo sobre un tema que no es operativo ni profesional, pero que es clave para nosotros. Hace ya unos días que vemos la protesta de los miembros de la comunidad etíope, a raíz de la trágica muerte de Salomon Takkah. No hay aquí quienes tienen razón y quienes se equivocan. Hay una justificada frustración, un caso que habría sido mejor que no ocurriera.
Tenemos el poder de hacer un cambio. Tzahal es la oportunidad de actuar en pro de la cohesión en la sociedad israelí, a pesar de que tampoco nosotros estamos exentos de equivocaciones en el tema la igualdad y la actitud ante los miembros de la comunidad etíope.
Quiero que cada uno de nosotros llame a una conversación a los soldados miembros de la comunidad que sirven en sus batallones y unidades. Estos son días delicados. Háganlo con la sensibilidad digna de la situación.
Díganles que nosotros consideramos que no se debería haber llegado a un resultado así. Díganles que creemos que seremos mejores en cómo sepamos recibirlos en el futuro, que haremos lo necesario para que así sea.
Hablen con ellos del hecho que la protesta es legítima, comprensible y hasta imprescindible, pero que no debe ser violenta. Una protesta violenta no aporta a lograr el objetivo. Pídanles que les prometan que manifestarán y expresarán su justificada frustración durante el fin de semana pero sin recurrir a la violencia, y que influirán sobre sus amigos para actúen de la misma forma.
Y por sobre todo, préstenles atención, aliéntelos a compartir con ustedes sus sentimientos, para que podamos entender mejor y ser mejores.
Cumplimos juntos misiones difíciles, sin diferencias de color o de ningún otro tipo. Juntos arriesgamos nuestras vidas y pagamos con sangre igualmente roja en todos. Y juntos trataremos de ayudar a que salgamos mejores de estos días difíciles.
Ustedes son los comandantes. Los ojos de los soldados los observan a ustedes. Hablen con ellos, préstenles atención y abrázenlos.
General Hertzi Halevi
Jefe del Comando Sur.
La singular iniciativa del General Hertzi Halevi es ejemplar. Muestra empatía, interés en sus soldados todos y en la calidad de la sociedad israelí, con la capacidad de autocrítica necesaria para lidiar con una crisis.
Seguramente también en las Fuerzas de Defensa de Israel hay lo que corregir. Pero creemos que es justamente uno de los marcos más igualitarios de Israel.
En honor a los israelíes miembros de la comunidad de origen etíope que aportan, al igual que el resto de los ciudadanos a la defensa nacional, compartimos una foto que nos gustó en especial, que tomamos en el 2016 en una entrevista con varios soldados y oficiales en una unidad del Comando Central encargada de la seguridad cerca de la zona de Gush Etzion, de la que paramédicos militares debían acudir repetidamente al cruce cercano para tratar a heridos en atentados.